Sergeyev, Nicholas Grigorievich (1876-1951): Un pilar en la preservación del ballet clásico
Nicholas Grigorievich Sergeyev, nacido el 27 de septiembre de 1876 en San Petersburgo, Rusia, y fallecido el 23 de junio de 1951 en Niza, Francia, fue una figura clave en la evolución y conservación del ballet clásico. A lo largo de su vida, combinó su rol como bailarín, maestro de ballet y director artístico, convirtiéndose en una de las figuras más influyentes de la danza del siglo XX. A través de su dedicación y amor por el ballet clásico, jugó un papel fundamental en la preservación de las obras más importantes de Marius Petipa y Lev Ivanov, y fue responsable de su adaptación en Occidente.
Orígenes y contexto histórico
Nicholas Sergeyev nació en el contexto cultural y artístico de San Petersburgo, una ciudad que en su época era el epicentro de la cultura rusa. Desde temprana edad, su talento y pasión por la danza lo llevaron a estudiar en la renombrada Escuela Imperial de San Petersburgo, donde fue instruido por grandes maestros como Pavel Gerdt, Marius Petipa y Lev Ivanov. Estos tres maestros, figuras centrales en la historia del ballet ruso, tuvieron un impacto decisivo en su formación, y más tarde, Sergeyev llevaría sus enseñanzas al escenario.
El ballet en Rusia, durante los últimos años del siglo XIX, se encontraba en una etapa de esplendor, gracias en gran parte a la influencia de Petipa, Ivanov y otros coreógrafos. Estos maestros crearon una estructura rigurosa para el ballet que, si bien era impresionante, también requería una técnica precisa y una disciplina extrema para su correcta ejecución. Sergeyev, al estudiar bajo su tutela, no solo absorbió esta técnica, sino que la perfeccionó y la mantuvo viva a través de su carrera.
Logros y contribuciones
El debut de Sergeyev en la compañía del Teatro Marinsky en 1894 marcó el comienzo de una carrera notable. Fue aquí donde inició su andadura como intérprete y más tarde como coreógrafo y director artístico. A medida que avanzaba su carrera, Sergeyev se hizo cargo de la dirección de los ensayos del Teatro Marinsky en 1903 y, para 1914, ocupó el prestigioso puesto de régisseur générale (director principal de los ensayos y la producción). Este cargo le permitió tener una visión integral sobre el proceso creativo y la técnica de las grandes producciones de ballet.
Uno de los logros más importantes de Sergeyev fue su capacidad para preservar las obras de ballet clásicas que habían sido creadas por los grandes maestros del pasado, en especial las coreografías de Petipa e Ivanov. Después de la Revolución Rusa de 1917, Sergeyev abandonó Petrogrado y se trasladó al exilio en París, llevándose consigo valiosas anotaciones de los ballets clásicos que, en su mayoría, se basaban en el sistema de Vladimir Stepanoff (1866-1896), quien fue responsable de la primera notación de los ballets clásicos. Esta documentación resultó ser crucial, ya que permitió que los ballets tradicionales de Petipa e Ivanov se pudieran interpretar en Occidente.
En 1920, Sergeyev se instaló en París y, un año después, montó la obra La Bella Durmiente para los Ballets Russes de Diaghilev, siguiendo la coreografía original de Petipa. Aunque su versión de la obra estaba fielmente basada en el trabajo de Petipa, hubo un desacuerdo con la coreógrafa Bronislava Nijinska sobre la introducción de danzas adicionales. Esta discrepancia llevó a Sergeyev a abandonar la compañía de Diaghilev poco antes del estreno de la obra. Sin embargo, su contribución a la conservación del repertorio clásico continuó siendo un factor determinante en la historia del ballet.
A lo largo de su carrera, Sergeyev montó otras producciones clave, como La Bayadère (1923), El Lago de los Cisnes (1932), Cascanueces (1934), Coppélia (1938) y Danzas Polovtsianas del Príncipe Igor (1941). Estas obras, que recuperaban las coreografías originales de Petipa e Ivanov, fueron interpretadas por diversas compañías en todo el mundo, incluyendo la Ópera de Latvia, la Camargo Society, el Vic-Wells Ballet y los Ballets de Monte Carlo. En 1934, Sergeyev fundó el Ballet Ruso de Sergeyev en Gran Bretaña, y entre 1941 y 1948, fue el régisseur principal del Ballet de Mona Inglesby.
Momentos clave
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1894: Debut en la compañía del Teatro Marinsky, marcando el inicio de su carrera profesional.
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1903: Asume la dirección de los ensayos de la compañía del Teatro Marinsky.
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1914: Se convierte en régisseur générale del Teatro Marinsky.
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1920: Se traslada a París tras la Revolución Rusa.
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1921: Monta La Bella Durmiente para los Ballets Russes de Diaghilev.
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1934: Fundación del Ballet Ruso de Sergeyev en Gran Bretaña.
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1941-1948: Régisseur principal del Ballet de Mona Inglesby.
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1951: Fallece en Niza, dejando un legado que perdura en la historia del ballet.
Relevancia actual
A pesar de que Sergeyev ya no está entre nosotros, su legado sigue vivo en el mundo del ballet. Su esfuerzo por preservar las coreografías de los grandes maestros rusos ha sido esencial para que las generaciones posteriores pudieran disfrutar y reinterpretar esas obras clásicas. Sin la labor de Sergeyev, muchas de las obras emblemáticas del repertorio clásico podrían haberse perdido con el tiempo.
El Ballet Ruso de Sergeyev y su trabajo con compañías como el Ballet de Mona Inglesby ayudaron a garantizar que las técnicas y las coreografías tradicionales continuaran siendo una parte integral del repertorio de ballet mundial. Su influencia perdura tanto en las interpretaciones modernas de estas obras como en la enseñanza de las técnicas de ballet, que siguen siendo esenciales en las academias de todo el mundo.
Sergeyev también fue un símbolo de la preservación de la tradición en tiempos de cambio, cuando la danza se encontraba bajo la influencia de nuevas formas y estilos. Aunque su carrera estuvo marcada por la preservación de los clásicos, su impacto también fue un puente hacia la modernidad en el ballet, marcando una transición entre el ballet clásico ruso y las innovaciones que surgirían posteriormente.
El trabajo de Sergeyev no solo es una referencia histórica, sino una fuente continua de inspiración para coreógrafos y bailarines que buscan mantener viva la rica herencia del ballet clásico. Sin duda, su nombre permanece como uno de los pilares en la historia del ballet mundial.
MCN Biografías, 2025. "Sergeyev, Nicholas Grigorievich (1876-1951): Un pilar en la preservación del ballet clásico". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/sergeyev-nicholas-grigorievich [consulta: 18 de octubre de 2025].