Victorina Sáenz de Tejada (1841-?). La monja poetisa que dejó huella en las letras religiosas del siglo XIX

La historia de Victorina Sáenz de Tejada, también conocida como Sor María de los Ángeles, es una de esas trayectorias silenciosas pero profundas que marcaron el ámbito de la literatura religiosa y femenina del siglo XIX en España. Poetisa y dramaturga, su vida osciló entre el recogimiento conventual y el bullicio intelectual de los círculos literarios. Su obra, aunque muchas veces firmada bajo pseudónimos, constituyó un testimonio esencial del pensamiento devoto, el simbolismo cristiano y la lucha interior de una mujer profundamente espiritual, pero también apasionada por el arte de la escritura.

Orígenes y contexto histórico

Nacida el 28 de julio de 1841 en Granada, Victorina procedía de una familia influyente y acomodada. Su padre, José Sáenz de Tejada, ostentaba el rango de mariscal de campo, un indicativo del entorno privilegiado en el que transcurrieron sus primeros años. Sin embargo, la temprana muerte de su progenitor en Cuba cambió drásticamente el destino de la familia, empujándola a la pobreza y obligándola a trasladarse a Antequera, en la provincia de Málaga.

En este nuevo contexto de precariedad, la joven Victorina encontró en la costura su medio de subsistencia, al tiempo que alimentaba su incipiente vocación literaria. Fue en esta época cuando comenzó a escribir, robando horas al sueño para cultivar su sensibilidad poética. A los trece años, ya había compuesto el poema «A Jesús Crucificado», obra que marcó el inicio de una carrera literaria precoz y admirable.

La sociedad española del siglo XIX se encontraba en plena transformación. Las tensiones políticas, los conflictos coloniales y el auge del pensamiento liberal convivían con una tradición religiosa aún dominante, en la que las mujeres escritoras debían enfrentarse a múltiples obstáculos para publicar y destacar. Victorina sorteó estos escollos mediante pseudónimos, destacando entre ellos el de Sor María de los Ángeles, que adoptaría tras ingresar en la vida religiosa.

Logros y contribuciones

El talento de Sáenz de Tejada no pasó desapercibido. Gracias al impulso de los círculos culturales antequeranos, consiguió publicar su primer poemario titulado Poesía en 1865, editado en Granada por la Imprenta de Otero y Cª. Este debut literario fue posible gracias al prólogo que le dedicó la reconocida escritora Natividad de Rojas y Ortiz de Zárate, quien reconoció en Victorina una voz original y sincera en el panorama literario femenino.

Un año después, en 1866, recibió un accésit en la Academia Mariana de Lérida por su poema «Nuestra Señora de Covadonga». Esta distinción consolidó su prestigio y facilitó su traslado a Sevilla, donde continuó su labor literaria. Allí colaboró con publicaciones religiosas como La Verdad Católica y Las Hijas del Sol, medios que reflejaban su profunda fe y su estilo lírico devocional.

Sus textos también aparecieron en revistas como El Recreo de las Familias, de Valencia, donde se publicó su leyenda La esposa de Farfán, y en El Correo de la Moda, de Madrid, que recogió en 1883 su poema a «La Virgen Madre». La proyección nacional de su obra es una muestra de la acogida crítica y popular que tuvo en vida, especialmente entre lectores interesados en la literatura religiosa y moralizante.

En 1873, alcanzó uno de sus hitos más importantes al obtener la Rosa de Oro del certamen literario de la Academia Sevillana de Buenas Letras, gracias a una leyenda inspirada en Miguel de Mañara, figura clave del barroco sevillano.

Momentos clave

El giro definitivo en la vida de Victorina llegó en 1875, cuando decidió ingresar como novicia en el convento del Espíritu Santo de Sevilla. Profesó como monja el 26 de octubre de 1876, adoptando el nombre de Sor María de los Ángeles. Esta etapa no supuso el fin de su producción literaria; al contrario, el ambiente conventual le permitió escribir numerosas comedias y poemas que eran representados por las alumnas del colegio vinculado al convento.

Entre sus obras más destacadas figuran:

  • «El Rey del Dolor» (1888), poema impreso por orden del cardenal Ceferino González, que incluso le valió la bendición del papa León XIII.

  • «Azucena entre espinas» (1893), editada en Sevilla y prologada por el Excmo. Sr. D. J. M. Asensio.

  • «La azucena del Tíber» (1897), drama religioso en verso centrado en la figura de Santa Inés, mártir cristiana del siglo III.

También se le atribuyen obras hoy desaparecidas como:

  • Tarcirio (drama)

  • El nazareno de la calle Nueva

  • La doncella laureada

Estas creaciones, aunque no sobrevivieron al paso del tiempo, completan el perfil de una autora prolífica, cuya obra osciló entre el teatro, la poesía y la leyenda.

Cronología de momentos destacados

  • 1841: Nace en Granada.

  • c. 1854: Compone «A Jesús Crucificado».

  • 1865: Publica Poesía.

  • 1866: Gana accésit en la Academia Mariana de Lérida.

  • 1873: Obtiene la Rosa de Oro en Sevilla.

  • 1876: Profesa como Sor María de los Ángeles.

  • 1888: Publica El Rey del Dolor.

  • 1893: Aparece Azucena entre espinas.

  • 1897: Imprime La azucena del Tíber.

  • Finales del XIX o inicios del XX: Fallece, presumiblemente en su convento.

Relevancia actual

Aunque Victorina Sáenz de Tejada ha quedado relegada a un segundo plano en la historia literaria española, su legado resulta esencial para comprender el papel de las mujeres en la escritura religiosa del siglo XIX. Su obra representa una intersección entre la fe y la creatividad, y es ejemplo de cómo la vida conventual no siempre fue sinónimo de silencio intelectual.

La literatura de Sor María de los Ángeles ofrece una mirada profunda sobre temas como el sufrimiento redentor, la pureza espiritual y la resistencia de la fe frente a la persecución, en especial a través de sus personajes femeninos como Santa Inés. A ello se suma su compromiso pedagógico, al crear obras teatrales para el entretenimiento y la formación moral de las alumnas de su convento.

Además, es una figura fundamental para los estudios de género en la literatura, pues su carrera evidencia cómo muchas mujeres del siglo XIX debieron ocultarse tras seudónimos o ingresar a órdenes religiosas para poder desarrollar libremente su vocación literaria.

Las recientes investigaciones sobre escritoras olvidadas del siglo XIX han comenzado a reivindicar su figura. Obras como Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994) de Juan Antonio Hormigón y Escritoras españolas del siglo XIX. Manual biobibliográfico de Carmen Simón Palmer incluyen a Sáenz de Tejada como una voz significativa, no solo por su valor literario, sino también por su singular trayectoria vital.

Victorina Sáenz de Tejada, o Sor María de los Ángeles, dejó una huella poética que aún resuena entre quienes exploran los orígenes del pensamiento espiritual en la literatura escrita por mujeres. Su vida demuestra que la reclusión monástica no fue obstáculo para la inspiración, y que la pluma de una mujer, aun entre muros, puede trascender siglos.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Victorina Sáenz de Tejada (1841-?). La monja poetisa que dejó huella en las letras religiosas del siglo XIX". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/saenz-de-tejada-victorina [consulta: 11 de julio de 2025].