Bernardino Rivadavia (1780-1845): El arquitecto de la Argentina moderna

Bernardino Rivadavia (1780-1845): El arquitecto de la Argentina moderna

Bernardino Rivadavia es una de las figuras más controvertidas de la historia argentina, un político que jugó un papel clave en la conformación de la nación durante las primeras décadas del siglo XIX. Nacido en Buenos Aires en 1780, su vida estuvo marcada por una serie de acontecimientos trascendentales que definieron el curso de la historia de Argentina, tanto en sus aciertos como en sus fracasos. Su legado se asocia principalmente con la construcción de un estado centralizado y liberal, a pesar de la fuerte oposición que enfrentó, tanto de los federales como de otros sectores conservadores.

Orígenes y contexto histórico

Bernardino Rivadavia nació en una familia de origen español, lo que marcó su vida desde el principio. Estudió en el Colegio Real de San Carlos, una de las instituciones educativas más prestigiosas de la época en Buenos Aires. Este contexto formativo le permitió adentrarse en las ideas ilustradas y liberales que caracterizarían gran parte de su carrera política. Su matrimonio con la hija del virrey Joaquín del Pino consolidó su posición social y lo acercó a los círculos de poder de la época. No obstante, la influencia de su familia española también jugó un papel crucial en su visión del mundo y en su aproximación a la política.

La Revolución de Mayo y sus primeros pasos en la política

La Revolución de Mayo de 1810, que dio inicio al proceso de emancipación del virreinato del Río de la Plata, fue el escenario en el que Rivadavia comenzaría a mostrar su capacidad política. Si bien se encontraba en el bando patriota, no estuvo de acuerdo con todas las posturas que predominaban en el movimiento. En particular, se alineó con las ideas liberales del intelectual Mariano Moreno, en oposición a las posturas más conservadoras de figuras como Cornelio de Saavedra, quien representaba los intereses de los sectores más tradicionales de la sociedad porteña. Este enfrentamiento ideológico sería una constante a lo largo de la carrera de Rivadavia.

Un papel central en la política argentina

En 1811, tras la renuncia de Saavedra, Rivadavia fue designado Secretario de Guerra del Primer Triunvirato argentino, lo que marcó el inicio de su carrera política de alto nivel. Desde este cargo, influyó decisivamente en la promulgación del estatuto que liberó al Triunvirato de la autoridad de la Junta Conservadora. Este acto representó un avance significativo en el proceso de centralización del poder en Buenos Aires, lo que fue uno de los pilares del pensamiento político de Rivadavia y la futura corriente unitaria. La centralización sería uno de los temas más polémicos de su gestión, pues la oposición de los sectores federales a su visión política se intensificaría con el tiempo.

En 1814, el director supremo Gervasio Posadas le encargó, junto a Manuel Belgrano, una misión diplomática en Europa para obtener ayuda económica para la causa independentista. Esta misión se complicó cuando Rivadavia se involucró en el fallido proyecto de Manuel Sarratea de establecer una monarquía en Buenos Aires bajo el dominio de Francisco de Paula, hermano de Fernando VII. Este intento de imponer una monarquía independiente fracasó rotundamente, lo que minó la credibilidad de Rivadavia entre los sectores más radicales del movimiento independentista.

La lucha por la independencia y las gestiones en Europa

Rivadavia continuó sus gestiones diplomáticas en Europa entre 1814 y 1820, aunque sin lograr avances significativos. No obstante, al regresar a Buenos Aires en 1820, su carrera tomó un nuevo impulso. El gobernador Martín Rodríguez lo nombró ministro, y fue en esta etapa cuando promovió un gobierno constitucional centralizado de acuerdo con las ideas liberales que había conocido en Europa. Durante su gestión, Argentina logró el reconocimiento internacional de su independencia. Países como Portugal, Brasil, Estados Unidos y Gran Bretaña reconocieron a la nación argentina, y Rivadavia firmó con esta última un tratado de amistad, comercio y navegación que fortaleció la posición internacional de Argentina.

Entre sus medidas más notables, Rivadavia dispuso la abolición del Cabildo de Buenos Aires, al considerarlo un foco de resistencia a su gobierno. Además, fue un firme defensor de la secularización de la sociedad argentina, impulsando reformas como la abolición de órdenes monásticas, la supresión de los fueros eclesiásticos especiales y la transferencia de la gestión de los cementerios a la jurisdicción civil. En términos políticos, también promovió la ampliación del derecho al voto a todos los varones mayores de 20 años y organizó tanto el parlamento como los tribunales judiciales del país. En el ámbito educativo, fundó la Universidad de Buenos Aires y promovió la enseñanza de nuevas doctrinas filosóficas y económicas liberales en el Colegio de San Carlos.

La guerra con Brasil y el fin de su presidencia

Sin embargo, su presidencia también estuvo marcada por la guerra con Brasil en 1825, un conflicto motivado por el deseo de independencia de la Banda Oriental, que más tarde daría origen a Uruguay. La guerra resultó muy costosa para el gobierno, y Rivadavia decidió enviar al emisario Manuel José García para negociar un acuerdo de paz. Sin embargo, las instrucciones de García se excedieron, lo que aumentó el desprestigio de Rivadavia tanto entre los federales como dentro del propio sector unitario. La presión interna y la creciente oposición política lo llevaron a renunciar en 1827.

El exilio y su legado

Tras su renuncia, Rivadavia se retiró a su finca en las afueras de Buenos Aires. En 1829, se exilió voluntariamente en Cádiz, donde pasaría el resto de sus días, a excepción de un breve regreso a Buenos Aires en 1834 para enfrentar las acusaciones de sus enemigos políticos. Finalmente, en 1845, Rivadavia falleció en Cádiz, y sus restos fueron repatriados a Argentina en 1857, siendo enterrados en el cementerio de La Recoleta, uno de los lugares más emblemáticos de Buenos Aires.

Aunque la figura de Bernardino Rivadavia sigue siendo objeto de debate, su impacto en la historia argentina es indiscutible. Su visión de una nación centralizada y liberal influyó profundamente en el desarrollo político de Argentina en el siglo XIX, aunque también sembró las semillas de la polarización política que perduraría durante años.

Momentos clave en la vida de Bernardino Rivadavia:

  • 1780: Nacimiento en Buenos Aires.

  • 1810: Participa activamente en la Revolución de Mayo y apoya las ideas de Mariano Moreno.

  • 1811: Nombrado Secretario de Guerra del Primer Triunvirato argentino.

  • 1814: Misión diplomática a Europa junto con Manuel Belgrano.

  • 1820: Regresa a Buenos Aires y es nombrado ministro de Martín Rodríguez.

  • 1824: Convoca el Congreso Nacional Constituyente que redacta la Constitución de 1826.

  • 1826: Es elegido presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

  • 1827: Renuncia a la presidencia tras la guerra con Brasil y la rebelión de Buenos Aires.

  • 1829: Se exilia en Cádiz.

  • 1845: Fallece en Cádiz, España.

El legado de Rivadavia es, sin lugar a dudas, uno de los más complejos de la historia argentina, marcado por sus aportes a la estructura del Estado y sus intentos de modernizar el país, pero también por las divisiones y conflictos que dejó a su paso.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Bernardino Rivadavia (1780-1845): El arquitecto de la Argentina moderna". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/rivadavia-bernardino [consulta: 26 de septiembre de 2025].