Pedro III, Zar de Rusia (1728-1762): El breve reinado del monarca que marcó un antes y un después en la historia rusa

Pedro III de Rusia (1728-1762) es una de las figuras más controvertidas y trágicas en la historia de la dinastía Romanov. Su vida, aunque corta, estuvo llena de eventos que definieron no solo su destino, sino también el de Rusia. Nació en Kiel, Alemania, el 21 de febrero de 1728, y su muerte en San Petersburgo el 18 de julio de 1762, a los 34 años, dejó una marca indeleble en la historia del Imperio Ruso. Pedro III fue el único hijo del duque Carlos Federico de Holstein-Gottorp y Ana Petrovna, hija de Pedro I el Grande, un vínculo de sangre que lo conectaba directamente con los Romanov y con los destinos de Rusia.

Orígenes y contexto histórico

Pedro III nació en una época de grandes cambios en Europa y especialmente en Rusia, un imperio que se encontraba en expansión bajo el gobierno de Pedro I el Grande, su abuelo. El contexto histórico en el que creció fue fundamental para entender las decisiones que tomaría más tarde en su reinado. Su madre, Ana Petrovna, era hija de Pedro I el Grande, el zar que transformó Rusia en una gran potencia europea. Sin embargo, el joven Pedro III pasó sus primeros años en Holstein, lejos de la corte rusa, una circunstancia que influyó profundamente en su carácter y en su relación con Rusia.

El ascenso de Pedro III al trono se produjo en 1741, cuando, a los 13 años, fue llamado a la corte por su tía Isabel Petrovna, quien lo nombró heredero al trono. Isabel, una zarina popular y con una visión política sólida, veía en su sobrino el futuro líder de Rusia, pero la vida en la corte rusa sería muy diferente para Pedro, quien había sido educado en la disciplina estricta de la corte alemana. Aunque Pedro era un joven de buen corazón y simpático en apariencia, su carácter era inestable debido a una educación severa y poco afectuosa.

Logros y contribuciones

A pesar de las dificultades de su carácter y su falta de formación en los entresijos del poder ruso, Pedro III mostró en su breve reinado algunas decisiones notables. Su reinado comenzó el 4 de enero de 1762, con la muerte de Isabel Petrovna. Una de las primeras acciones de Pedro III fue firmar una paz con Federico II, el rey de Prusia, en el contexto de la Guerra de los Siete Años. Sin consultar a nadie, el zar firmó un tratado con Federico, restableciendo las fronteras previas a la guerra y realizando una alianza perpetua con Prusia. Pedro III admiraba enormemente a Federico II, al que consideraba un héroe militar, y su amistad con él resultó ser uno de los factores determinantes en su política exterior.

Dentro del país, Pedro III adoptó algunas reformas significativas, como la creación de un nuevo cuerpo de policía, la instalación de alumbrado urbano en San Petersburgo, la apertura de astilleros en Kronstadt y la supresión del castigo con el temido knut (un látigo utilizado para castigar a los siervos). Sin embargo, su enfoque un tanto caótico y su inclinación por las influencias extranjeras le granjearon la enemistad de muchos sectores de la sociedad rusa, especialmente del ejército y la Iglesia Ortodoxa.

Uno de los actos más controvertidos de su reinado fue la prusianización de la famosa Guardia Preobrazhenski, un cuerpo militar de élite en el que cambió uniformes y maniobras, lo que causó la pérdida de apoyo de los militares. Además, su deseo de crear una capilla luterana en el Palacio de Invierno y su negativa a participar en una procesión religiosa también fueron motivos de descontento entre la alta sociedad rusa, que lo consideraba un monarca con inclinaciones extranjeras.

Momentos clave de su reinado

El reinado de Pedro III estuvo marcado por varios momentos clave que terminaron por precipitar su caída. Su esposa, Catalina II, quien más tarde se convertiría en la famosa zarina Catalina II, se encontraba en un estado avanzado de embarazo cuando Pedro III subió al trono, lo que añadiría más tensión a la relación entre ambos. Catalina, quien había llegado a Rusia desde Alemania con el nombre de Sofía Augusta Federica de Anhalt-Zerbst, adoptó la religión ortodoxa y asumió el nombre de Catalina II. A pesar de su alianza matrimonial, los dos nunca se llevaron bien, y Catalina tenía grandes ambiciones de poder.

La situación se agravó cuando Pedro III tomó una amante, Isabel Vorontsova, con la que pasó gran parte de su tiempo, mientras que Catalina buscaba el apoyo de los militares y otros sectores de la corte. En 1762, Catalina se unió a los hermanos Orlov y otros conspiradores, organizando un golpe de Estado. El 9 de julio de ese año, Catalina se proclamó zarina en la catedral de Kazán, iniciando un proceso que llevaría a la abdicación de Pedro III.

Pedro III, inicialmente irritado por la rebelión, pronto se vio derrotado. En un intento de salvar su vida, pidió por carta a Catalina que le respetara la vida a cambio de su abdicación y un exilio a Holstein. Sin embargo, sus enemigos no lo dejaron escapar. El 11 de julio de 1762, fue arrestado en el palacio de Peterhof y llevado a Ropsha, cerca de San Petersburgo. Pocos días después, Pedro III fue encontrado muerto. Aunque oficialmente se dijo que había muerto por un cólico, la versión más probable es que fue envenenado y estrangulado, posiblemente por Alejandro Orlov, con la complicidad de Catalina II.

Relevancia actual

Aunque el reinado de Pedro III fue efímero, su figura sigue siendo importante en la historia de Rusia y de los Romanov. Su muerte permitió que Catalina II ascendiera al trono, convirtiéndose en una de las zarinas más famosas y poderosas de la historia. El reinado de Catalina II, conocido como «la Era de la Ilustración rusa», transformó a Rusia en una de las grandes potencias de Europa. Pedro III, aunque no tuvo tiempo para realizar reformas profundas o cambios duraderos, sentó las bases para los futuros acontecimientos en la corte rusa.

La figura de Pedro III es recordada principalmente por su relación con figuras clave como Federico II, Catalina II, y Pablo I, su hijo, quien más tarde también sería zar de Rusia. En la historiografía rusa, Pedro III es a menudo considerado un monarca inexperto y mal asesorado, que no supo aprovechar su posición de poder. Sin embargo, su breve reinado sigue siendo un tema fascinante para los historiadores y una de las etapas más intrigantes de la dinastía Romanov.

Algunas de las figuras más destacadas de su vida, como Isabel Petrovna, Federico II, Catalina II, Pablo I, y Gregorio Orlov, son elementos clave para entender la compleja dinámica de poder que existía en la corte rusa en ese período. Sin duda, el breve pero impactante reinado de Pedro III contribuyó a la formación del Imperio Ruso tal como lo conocemos hoy.

Bibliografía

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Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Pedro III, Zar de Rusia (1728-1762): El breve reinado del monarca que marcó un antes y un después en la historia rusa". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/pedro-iii-zar-de-rusia [consulta: 16 de octubre de 2025].