Bartolomé Ordóñez (1490-1520): Un escultor renacentista español de gran renombre

Bartolomé Ordóñez (1490-1520), escultor de origen burgalés, es considerado uno de los más grandes exponentes de la escultura del Renacimiento en España. Su obra, profundamente influenciada por el arte italiano, refleja su dominio técnico y su capacidad para interpretar los avances artísticos de la época. A lo largo de su carrera, trabajó en diversas ciudades europeas, dejando su huella en importantes monumentos y encargos de la época. A través de su talento y su estilo, el escultor alcanzó un lugar destacado dentro del Renacimiento, haciendo importantes contribuciones tanto en el ámbito escultórico como arquitectónico.

Orígenes y contexto histórico

Bartolomé Ordóñez nació en 1490 en Burgos, una de las ciudades más destacadas del norte de España durante el Renacimiento. En una época en la que la influencia de la cultura italiana estaba tomando fuerza en todo el continente europeo, Ordóñez se sintió atraído por el arte y la técnica renacentista, especialmente por la escultura. Como muchos otros artistas de su tiempo, decidió viajar a Italia para formarse y experimentar de primera mano los avances artísticos que se estaban desarrollando en ese momento. Su viaje a Italia estuvo estrechamente vinculado con su amistad con el escultor italiano Fancelli, cuya obra fue fundamental para el desarrollo de su estilo.

El entorno artístico de Italia, con su conexión con figuras como Miguel Ángel y Donatello, permitió a Ordóñez comprender y adaptar la técnica de estos grandes maestros. Esta influencia se refleja de manera clara en su obra, que incorpora elementos del «miguelangelismo» que caracterizó a muchos escultores renacentistas, mientras competía con otros artistas locales hacia una liberación del estilo clásico. Sin embargo, Ordóñez no solo se limitó a reproducir los estilos de otros, sino que también logró desarrollar un lenguaje propio, fusionando la tradición clásica con nuevas técnicas innovadoras que marcaron su sello personal.

Logros y contribuciones

Uno de los logros más importantes de Bartolomé Ordóñez fue su capacidad para combinar las influencias italianas con las tradiciones escultóricas españolas. Su estilo, de marcado carácter clásico, era un reflejo de la serenidad, el equilibrio y la precisión técnica que definieron el Renacimiento en Europa. A lo largo de su carrera, Ordóñez trabajó en varios encargos de renombre, especialmente en la zona de Aragón y en la ciudad de Barcelona, donde realizó obras que se consideran esenciales para el patrimonio artístico de la época.

Entre 1515 y 1519, Ordóñez llevó a cabo algunos de sus trabajos más emblemáticos en Barcelona, como la sillería del coro de la catedral y los relieves del trascoro, ambos realizados en mármol de Carrara. Estos trabajos, dedicados principalmente a la figura de Santa Eulalia, destacan por la calidad de su ejecución y la riqueza de los detalles escultóricos. Durante este período, Ordóñez trabajó junto a sus discípulos Vittorio Cogano, Simón de Bellana y el alemán Juan Petit Monet, quienes contribuyeron en diversas partes de la obra. A través de estos trabajos, el escultor demostró su maestría en el tratamiento del mármol y su capacidad para plasmar escenas religiosas con un gran realismo y emotividad.

En 1518, Ordóñez se trasladó a Nápoles, donde continuó su trabajo en el ámbito de la escultura religiosa. Uno de sus encargos más importantes en esta ciudad fue el retablo de la Capilla Caracciolo en la iglesia de San Giovanni a Carbonara. En este retablo, Ordóñez se encargó del tema central, La Adoración de los Reyes, una escena que refleja su dominio de la técnica del schiacciato de Donatello. Esta técnica, que consistía en realizar relieves con un bajo relieve muy suave, permitió a Ordóñez conseguir efectos visuales y volumétricos que daban a sus obras una gran expresividad y profundidad. Además, en los relieves del friso bajo del retablo, el escultor representó escenas del Sacrificio de Isaac y Moisés, las cuales son considerados ejemplos sobresalientes de su estilo clásico y su capacidad para reinterpretar temas religiosos con un enfoque innovador.

Momentos clave

Uno de los momentos más importantes en la carrera de Ordóñez tuvo lugar en 1519, cuando fue convocado nuevamente a Barcelona para trabajar en los sepulcros de Felipe el Hermoso y doña Juana la Loca en la Capilla Real de Granada. Estos sepulcros, que se situarían junto a los de los Reyes Católicos, muestran un gran dominio técnico por parte del escultor y reflejan su capacidad para manejar las formas clásicas con una gran serenidad. Las figuras de los sepulcros, que incluyen representaciones de San Juan, San Miguel y San Andrés, así como las Virtudes en las hornacinas, muestran una exquisita precisión en la anatomía y una clara influencia de la tradición escultórica italiana.

En el mismo año de 1519, Ordóñez recibió el encargo de realizar el sepulcro del Cardenal Cisneros en Alcalá de Henares. Sin embargo, esta obra no pudo ser finalizada por el escultor, ya que su vida fue truncada prematuramente en ese mismo año. A pesar de no poder completar esta pieza, la obra de Ordóñez dejó una fuerte impresión en la escultura renacentista española y su legado continuó influyendo en generaciones posteriores de artistas.

Relevancia actual

Hoy en día, el trabajo de Bartolomé Ordóñez sigue siendo altamente valorado en el ámbito del arte renacentista. Su capacidad para fusionar las influencias italianas con las tradiciones españolas lo convierte en un artista fundamental para comprender la evolución de la escultura en Europa durante el Renacimiento. Las obras que dejó, como los sepulcros en Granada y Alcalá de Henares, siguen siendo admiradas por su calidad técnica y por la forma en que reflejan los ideales del Renacimiento: el equilibrio, la proporción y la serenidad.

Además de su maestría técnica, Ordóñez fue un pionero en la introducción de nuevas formas de esculpir en España. A través de sus viajes a Italia y su colaboración con otros grandes artistas de la época, como Fancelli, pudo adaptar y mejorar las técnicas escultóricas italianas, contribuyendo al desarrollo del Renacimiento en el ámbito artístico ibérico. Su estilo, profundamente influenciado por el miguelangelismo, le permitió competir con los artistas más renombrados de la época y dejar un legado duradero que sigue siendo estudiado y apreciado en la actualidad.

El impacto de Bartolomé Ordóñez en la historia del arte renacentista es innegable. Su habilidad para combinar lo mejor de la tradición clásica con las nuevas técnicas del Renacimiento le aseguró un lugar destacado en la historia de la escultura. La influencia de su trabajo sigue presente en las obras de muchos artistas posteriores, quienes continuaron explorando y desarrollando el estilo clásico que Ordóñez ayudó a consolidar en España.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Bartolomé Ordóñez (1490-1520): Un escultor renacentista español de gran renombre". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/ordonnez-bartolome [consulta: 22 de junio de 2025].