Pedro de Oña (1570-1643). El escritor colonial de Chile que inmortalizó la guerra contra los mapuches
Pedro de Oña, nacido en 1570 en Angol de los Confines (o de los Infantes), se destaca como uno de los poetas más relevantes del Chile colonial. Hijo de Gregorio de Oña, quien perdió la vida en la guerra contra los mapuches, y de Isabel de Arcucio, se encuentra enmarcado en una época turbulenta de la historia de Chile. La influencia de figuras históricas como García Hurtado de Mendoza y su dedicación a la causa española marcaron su vida y su obra. Este escritor no solo reflejó la cruda realidad de su época a través de sus versos, sino que también tuvo una serie de vivencias personales que lo hicieron un testigo directo de la historia de su país.
Orígenes y contexto histórico
Pedro de Oña nació en un Chile colonial bajo la constante presión de los conflictos bélicos con los pueblos mapuches. Su padre, Gregorio de Oña, fue un destacado combatiente en la guerra contra los mapuches, pero perdió la vida en la contienda, lo que dejó a Pedro con una carga emocional y de identidad vinculada a los eventos bélicos de su tiempo. Tras la muerte de su padre, su madre se volvió a casar con un pariente político de García Hurtado de Mendoza, quien fue virrey del Perú. Esta relación, sin duda, tuvo un gran impacto en la vida de Pedro de Oña, pues le permitió viajar a Lima para estudiar, recibiendo una beca del propio García Hurtado, figura influyente en su vida.
A los 19 años, Oña se trasladó a Lima para continuar su educación en el Real Colegio de San Martín y más tarde en la Universidad de San Marcos. Su formación académica fue un reflejo de su contexto colonial, donde el sistema educativo estaba vinculado estrechamente con las élites españolas. Fue en este ambiente donde Oña comenzó a desarrollar su interés por la literatura, lo que le permitió destacar como escritor en la época. En 1596, publicó su obra más emblemática, Arauco Domado, que refleja la tensa relación entre los colonizadores españoles y los pueblos mapuches.
Logros y contribuciones
La obra de Pedro de Oña, especialmente Arauco Domado, se erige como un testimonio literario de la lucha entre las fuerzas coloniales españolas y los pueblos originarios de Chile. En esta épica, Oña narra la figura del virrey García Hurtado de Mendoza, quien fue protagonista de la conquista y pacificación de los mapuches. La obra, escrita en octavas endecasílabas, es considerada uno de los grandes poemas épicos del Chile colonial.
El poema Arauco Domado está estructurado en un exordio y diecinueve cantos, en los que se aborda la figura heroica de García Hurtado de Mendoza, descrito casi como un ser sobrenatural. En muchos pasajes, Oña lo elogia en términos desmesurados, llamándolo «sublime garza San García» o «nuevo Aquiles», lo que refleja el fervor con el que veía a su protector y mecenas. El poeta también menciona en su obra a figuras históricas clave como Alonso de Ercilla, quien con su obra La Araucana había sentado las bases de la narrativa épica sobre la guerra contra los mapuches.
Además de su influencia literaria, Oña reflejó en su obra el contexto cultural de la época, con influencias de la mitología clásica, la retórica latina y un notable cromatismo que caracteriza su estilo barroco. En el Arauco Domado, también se muestra una profunda admiración por las figuras del pasado, ya que la narración se mezcla con elementos mitológicos y reflejos del pensamiento clásico, aludiendo a personajes como Virgilio, quien marcó una huella indeleble en el autor.
Sin embargo, la obra fue polémica. A raíz de su glorificación de García Hurtado, Arauco Domado fue objeto de prohibición por parte de algunos opositores, especialmente aquellos de Quito, quienes no compartían la visión favorable hacia los eventos narrados por Oña. Este tipo de conflictos en torno a la obra demuestra las tensiones políticas de la época, donde las narrativas sobre los hechos coloniales estaban sometidas a las tensiones de poder entre las diversas facciones coloniales.
Momentos clave
Los momentos clave en la vida de Pedro de Oña no solo estuvieron marcados por sus obras, sino también por sus diferentes etapas como funcionario colonial y su vida personal. Fue corregidor de Jaén de Bracamoros y desempeñó otros cargos administrativos en Perú, como en Yauyos y Calca. Su obra siempre estuvo vinculada con sus responsabilidades oficiales, y en muchas ocasiones sus poemas fueron dedicados a figuras políticas de la época, como Juan de Mendoza, hijo del virrey.
En 1602, Oña publicó el poema Temblor de Lima, inspirado por un terremoto ocurrido en la ciudad de Lima. Este poema, dedicado a Juan de Mendoza, reflejó la preocupación de Oña por los eventos naturales y la forma en que estos eventos se vinculaban con las fuerzas divinas, una constante en la literatura barroca.
En 1630, publicó Canción Real, dedicada a San Francisco Solano, figura importante en la historia religiosa de América Latina. Este poema reflejó su devoción religiosa y su vínculo con las autoridades coloniales, que en muchos casos también eran miembros de la Iglesia.
El último gran momento de su carrera literaria fue la publicación de El Vasauro en 1639, un poema en el que Oña narra los hechos de la guerra dinástica de 1466 y la expulsión de los árabes de Granada en 1492. Esta obra, más madura en su estilo, refleja la consolidación del autor como una figura literaria de renombre en el Chile colonial.
Relevancia actual
La figura de Pedro de Oña sigue siendo relevante dentro del contexto de la literatura colonial latinoamericana. Su obra, especialmente Arauco Domado, no solo es un testimonio de la visión colonial sobre los mapuches y la conquista de Chile, sino también una representación de las tensiones culturales y políticas que marcaron la historia del país. A través de su estilo barroco, Oña se alejó de las formas narrativas tradicionales de la época, incorporando elementos sensoriales y cromáticos que lo vinculan con la corriente literaria del barroco. Su poesía tiene la capacidad de trasladar al lector a un universo de colores, sonidos y sentimientos, lo que lo convierte en uno de los grandes poetas de su tiempo.
El análisis de la figura de Oña también permite reflexionar sobre la relación entre la literatura y el poder en el Chile colonial. Su obra no solo fue un vehículo de expresión personal, sino también un instrumento al servicio de las autoridades coloniales, lo que añade una capa compleja a su legado literario.
Obras destacadas de Pedro de Oña
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Arauco Domado (1596)
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Temblor de Lima (1602)
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Canción Real (1630)
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El Vasauro (1639)
Pedro de Oña, a través de sus escritos, contribuyó a dar forma a la historia literaria de Chile, y su obra sigue siendo objeto de estudio por su riqueza estilística y su inmersión en los eventos más relevantes del Chile colonial.
MCN Biografías, 2025. "Pedro de Oña (1570-1643). El escritor colonial de Chile que inmortalizó la guerra contra los mapuches". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/onna-pedro-de [consulta: 10 de julio de 2025].