Omar al-Murtad (ca.1210-1266). El califa almohade que vio el ocaso de su imperio

Omar al-Murtad (ca.1210-1266) fue un califa almohade de Marruecos y Al-Andalus que, durante su reinado, presenció el lento pero inevitable declive de su imperio. Nacido en una época de agitación y con un reinado marcado por intrigas y traiciones, al-Murtad tuvo que enfrentarse a múltiples desafíos tanto internos como externos. Si bien su gobierno estuvo plagado de conflictos, también dejó una huella en la historia por su cultura, amor por las artes y su trágico final. Este artículo repasa su vida, sus logros, y su papel en la historia del Imperio Almohade.

Orígenes y contexto histórico

Abú Hafs Omar al-Murtad ibn Ishaq ibn Yusuf ibn Abd al-Mumin, conocido como Omar al-Murtad, nació en torno al año 1210. Su ascendencia provenía de una familia prominente dentro del Imperio Almohade, un imperio que, en sus inicios, alcanzó una gran extensión, dominando el norte de África y gran parte de la península ibérica. Bajo el liderazgo de sus predecesores, el imperio había experimentado sus momentos de gloria, pero hacia la mitad del siglo XIII, su poder comenzó a debilitarse.

La figura de Omar al-Murtad emergió en un contexto marcado por la decadencia del Imperio Almohade. Durante su juventud, recibió una educación rigurosa y desempeñó roles menores en la administración. No fue hasta 1248 que su vida dio un giro significativo, cuando fue nombrado gobernador de Salé, un punto clave en la costa atlántica de Marruecos. La muerte inesperada del califa Abu-l-Hassan Alí, quien estaba en campaña contra Tremecén, generó una crisis de sucesión que alteró el destino de al-Murtad.

La elección de Omar al-Murtad como nuevo califa fue un proceso intrincado, llevado a cabo por los descendientes de Abd al-Mumin, que convocaron una asamblea en la mezquita de al-Mansur. Al recibir la noticia de su elección, Omar se dirigió hacia la capital y, al llegar a Marruecos, procedió a encarcelar a varios de sus rivales, consolidando su poder en la ciudad.

Logros y contribuciones

Omar al-Murtad asumió el liderazgo de un imperio en plena decadencia. Uno de los mayores desafíos a los que tuvo que enfrentarse fueron los benimerines, un grupo que controlaba el norte de Marruecos y se convirtió en el principal enemigo durante su reinado. En agosto de 1248, el emir benimerín Abú Yahya logró la rendición de Taza y Fez, aunque la ciudad de Fez se rebeló brevemente y regresó a la obediencia de al-Murtad en 1249. No obstante, el califa no envió refuerzos a la ciudad, lo que permitió que Abú Yahya la tomara en 1250.

A pesar de estos reveses, al-Murtad intentó frenar la expansión benimerín. En 1251, organizó un ejército combinado de almohades, árabes y cristianos con el fin de romper el asedio a Salé. Sin embargo, tras una serie de intrigas y la negativa a negociar la paz con Abú Yahya, el ejército almohade sufrió una derrota significativa el 14 de marzo de 1252, lo que debilitó aún más su posición.

En un intento por recuperar el control de su imperio, Omar al-Murtad se enfrentó también a rebeliones internas. El descontento de los árabes Jult y otros sectores de la población, sumado a las traiciones dentro de su propio círculo, contribuyó a la desestabilización de su reinado. A pesar de sus esfuerzos, sus campañas militares se vieron marcadas por fracasos. En una de las ocasiones, al intentar reconquistar Fez, su ejército huyó sin siquiera enfrentarse al enemigo, dejando tras de sí un gran botín que cayó en manos de los benimerines.

Momentos clave de su reinado

  1. Proclamación como califa: En 1248, tras la muerte de Abu-l-Hassan Alí, Omar al-Murtad fue proclamado califa en un proceso de sucesión que incluyó una serie de intrigas y conspiraciones. Esta decisión marcó el inicio de un reinado plagado de conflictos internos.

  2. Conquista benimerín de Fez (1250): La pérdida de Fez ante los benimerines fue uno de los primeros grandes golpes para el califa, quien no logró enviar apoyo en su momento. Este evento demostró la debilidad del Imperio Almohade frente a sus enemigos internos.

  3. Derrota en el asedio de Salé (1252): La derrota sufrida por al-Murtad en marzo de 1252 ante los benimerines en el asedio de Salé fue un punto de inflexión en su gobierno. Este evento consolidó a los benimerines como la principal amenaza para su imperio.

  4. Revolución interna: La ejecución de su visir Ibn Yunús y el destierro de sus familiares en un intento por detener las rebeliones internas, marcó una etapa de represión. Sin embargo, la lucha contra los rebeldes no tuvo el resultado esperado.

  5. Paz con los benimerines (1263): Después de una serie de derrotas, al-Murtad firmó un acuerdo de paz con los benimerines en 1263, comprometiéndose a pagar un tributo anual a cambio de la paz. Esta derrota diplomática reflejaba la pérdida de poder de los almohades.

  6. El final trágico de su reinado (1266): Las traiciones dentro de su propio entorno palaciego llevaron a la caída de al-Murtad. El emir Abú Dabbús, que había sido uno de los comandantes de la defensa de Marruecos, se rebeló y marchó hacia la capital, derrocando a Omar al-Murtad. Finalmente, al-Murtad fue capturado y decapitado en noviembre de 1266, poniendo fin a su gobierno.

Relevancia actual

El legado de Omar al-Murtad es mixto. En términos políticos, su reinado estuvo marcado por la incapacidad de frenar la decadencia del Imperio Almohade y las victorias efímeras frente a los benimerines. A pesar de su cultura y amor por las artes, su falta de habilidades políticas y su tendencia a la intriga interna llevaron al colapso de su gobierno.

Sin embargo, al-Murtad dejó una huella importante en la historia del imperio no solo por sus fallos, sino también por su amor por la música y la literatura. Fue un hombre culto, que también se destacó como autor de varias obras en prosa y verso. Esta faceta de su personalidad demuestra que, aunque su imperio estuviera en declive, al-Murtad no dejó de lado su pasión por las artes.

Hoy en día, Omar al-Murtad es recordado como un califa cuya vida y reinado reflejan los altibajos del Imperio Almohade en sus últimos años. La historia de su caída es un testimonio de las complejas dinámicas de poder en el mundo islámico medieval y de cómo las traiciones y las luchas internas pueden destruir un imperio. En cuanto a su figura, aunque la memoria de sus logros militares y políticos pueda ser sombría, su contribución a la cultura sigue siendo valorada.

Bibliografía

HUICI MIRANDA, A. Historia Política del Imperio Almohade. Tetuán, 1957.

JOVER ZAMORA, J.M. (dir). «El retroceso territorial de Al-Andalus», en Historia de España Menéndez Pidal, vol. VIII-II. Madrid, Espasa Calpe, 1994.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Omar al-Murtad (ca.1210-1266). El califa almohade que vio el ocaso de su imperio". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/omar-al-murtad [consulta: 28 de septiembre de 2025].