Neferites I (398-392 a.C.): El primer rey de la XXIX dinastía egipcia

Neferites I, también conocido como Nayfaarudje I, fue un destacado monarca de la antigua Egipto que gobernó durante el periodo de la XXIX dinastía. Su reinado, aunque breve, dejó una huella significativa en la historia egipcia, no solo por sus logros militares, sino también por las decisiones estratégicas que tomaron durante su mandato. Su historia está marcada por su ascenso al poder, la captura y ejecución de Amirteo, así como sus alianzas con potencias extranjeras. Este artículo explora los aspectos más importantes de su vida y legado.

Orígenes y contexto histórico

Neferites I fue el primer rey de la XXIX dinastía egipcia. Se desconoce mucho sobre sus orígenes y antecedentes antes de llegar al trono. Su nombre real, Baenre-merynetjeru, le daba un gran estatus como soberano egipcio, pero lo que realmente lo distinguió fue su capacidad militar. En un momento crucial, logró capturar a Amirteo, el último rey de la XXVIII dinastía, y llevarlo a la ciudad de Menfis, donde ejecutó al monarca derrotado. Este acto consolidó su poder y le permitió establecer su dominio en Egipto.

En cuanto al contexto histórico, el Egipto de Neferites I se encontraba en una etapa de declive, con luchas internas entre dinastías rivales y presiones externas. La XXVIII dinastía, de la que Amirteo era el último rey, había caído, y Neferites I aprovechó la situación para asegurar su ascenso al poder.

Logros y contribuciones

Una de las principales decisiones de Neferites I fue la elección de Mendes como la nueva capital de su dinastía. Mendes, su ciudad natal, fue un centro cultural y religioso en el antiguo Egipto, y su elección como capital reflejó tanto su afinidad personal con la ciudad como la importancia estratégica de la misma. Durante su reinado, se llevaron a cabo diversas actividades constructivas y culturales en Mendes, incluyendo el culto a las estatuas de Neferites I. La ciudad proporcionó valiosos restos arqueológicos que permiten hoy comprender mejor el período de su reinado.

Neferites I también fue un rey que supo gestionar las relaciones exteriores de Egipto. Uno de sus logros más notables fue la alianza con la ciudad-estado de Esparta, con la que mantuvo una relación amigable durante su gobierno. De hecho, se sabe que Neferites I envió refuerzos militares a Esparta para colaborar con ellos en Rodas, un gesto que refleja la estrategia militar y diplomática que adoptó en su época. Además, su actividad está documentada en varias importantes ubicaciones arqueológicas, como Tell Tami, Tell Roba, Tell el-Farain, Saqqara y Menfis, lo que demuestra su influencia en diversas regiones de Egipto.

Un evento importante de su reinado fue la celebración de un Apis en su segundo año de mandato, un acto ceremonial que estaba reservado para los faraones más poderosos y que marcaba la legitimidad de su reinado.

Momentos clave del reinado de Neferites I

1. La captura y ejecución de Amirteo: El evento que permitió a Neferites I consolidar su poder fue la captura de Amirteo, el último rey de la XXVIII dinastía. Tras llevarlo a Menfis, Neferites I ejecutó al rey derrotado, asegurando su lugar como monarca de Egipto.

2. La elección de Mendes como capital: A lo largo de su reinado, Neferites I decidió trasladar la capital de Egipto a Mendes, su ciudad natal. Esta decisión tuvo un profundo impacto en la historia cultural y religiosa de la región, dado el significado simbólico de Mendes en la tradición egipcia.

3. La colaboración con Esparta: Neferites I mantuvo una alianza estratégica con la ciudad-estado de Esparta. A través de la colaboración militar en Rodas, mostró su habilidad para forjar alianzas internacionales en tiempos de conflicto.

4. La construcción y culto en Mendes: El culto a las estatuas de Neferites I en Mendes es otro de los aspectos destacados de su reinado. La ciudad fue un centro de adoración durante su mandato, lo que reforzó su imagen como un rey venerado por su pueblo.

Relevancia actual

Aunque el reinado de Neferites I fue relativamente breve, su legado perdura gracias a los registros arqueológicos y su vinculación con importantes eventos históricos. Su reinado marcó el inicio de la XXIX dinastía, un periodo de la historia egipcia que, aunque poco documentado, tuvo una serie de cambios políticos y culturales importantes. El hecho de que Neferites I lograra consolidar el poder en Egipto después de la caída de la XXVIII dinastía refleja la dinámica política del momento, caracterizada por luchas internas y el deseo de restaurar la unidad del país.

Sin embargo, a su muerte, la situación política de Egipto se complicó. La Crónica demótica menciona que dos facciones rivales se disputaron el poder, lo que dio paso a una serie de luchas por el trono. La Crónica también sugiere que Neferites I podría haber sido el padre putativo de Nectánebos I, el futuro faraón de la XXX dinastía, aunque esta relación no ha sido confirmada de manera fehaciente. Tras la muerte de Neferites I, el trono fue disputado por Muthis, quien fue mencionado por Manetón como un posible hijo de Neferites I, y Psammuthis, quien terminó usurpando el trono.

La figura de Neferites I sigue siendo una de las más fascinantes de la historia de Egipto debido a su ascenso al poder en un momento de inestabilidad, sus logros militares y su relación con potencias extranjeras como Esparta.

La sucesión de Neferites I

La sucesión del trono tras la muerte de Neferites I fue un proceso turbulento. La Crónica demótica señala que el primer sucesor en el trono fue Muthis, aunque Psammuthis pronto le arrebató el poder. Esto generó un periodo de inestabilidad política que culminó con la aparición de Hakor, quien, según la misma crónica, asumió el trono tras la muerte de Neferites I.

La falta de información concluyente sobre la relación entre Neferites I y sus sucesores genera dudas sobre la transmisión del poder en este periodo. Sin embargo, el enfrentamiento entre Muthis y Psammuthis resalta las luchas dinásticas que marcaron la XXIX dinastía.

En resumen, Neferites I fue un monarca que, a pesar de su corto reinado, desempeñó un papel crucial en la historia egipcia, marcando el inicio de la XXIX dinastía. Su capacidad para capturar a Amirteo, su elección de Mendes como capital y su alianza con Esparta son algunos de los logros que perduran en la memoria histórica de Egipto.