Francisco de Montejo (1479–1553): Conquistador del Yucatán y la Historia Olvidada
Francisco de Montejo (1479–1553): Conquistador del Yucatán y la Historia Olvidada
Los Primeros Años y la Conquista de Veracruz
Orígenes y Familia
Francisco de Montejo nació en 1479 en Salamanca, una ciudad de renombre en la España de la época, pero en el seno de una familia de hidalgos venidos a menos. Su linaje provenía de la localidad de Montejo, en la provincia de Segovia, aunque la familia ya no gozaba de la misma posición económica que en tiempos pasados. Este contexto de declive social y económico fue un elemento que marcaría, en parte, el carácter y las decisiones de Montejo a lo largo de su vida. A pesar de ser miembro de la baja nobleza, los Montejo tenían escasos recursos, lo que obligó al joven Francisco a buscar fortuna en el Nuevo Mundo, como tantos otros conquistadores de la época.
Los Primeros Pasos en América
En 1514, a los 35 años, Montejo se trasladó a la isla de Cuba, una de las principales bases de expansión española en el Caribe. Allí, obtuvo varias encomiendas y se involucró activamente en la fundación de La Habana, uno de los asentamientos más importantes para los colonos españoles en las Américas. Durante este período, comenzó a labrarse una reputación como hombre de confianza y habilidad para las expediciones de exploración y conquista.
A solo un año de su llegada, Montejo se unió a la expedición de Juan de Grijalba en 1517, que exploraba las costas del Yucatán. Esta región, llena de misterios y riquezas, despertaba gran interés entre los conquistadores. Con la esperanza de encontrar oro y nuevos territorios para la Corona española, Montejo se adentró en tierras mayas, en un intento por asegurar su futuro y ascender dentro de las filas del poder colonial.
La Conquista de Veracruz y Primeros Conflictos
Sin embargo, fue en la expedición de Hernán Cortés, en 1519, donde Francisco de Montejo encontraría su oportunidad más significativa. Cortés, en su intento de conquistar el Imperio Azteca, necesitaba hombres leales y con experiencia en el terreno. Montejo se unió a esta aventura y fue asignado por Cortés para encontrar un emplazamiento adecuado en las costas mexicanas donde fundar la ciudad de Veracruz, una ciudad clave para la expansión española en América. Tras su éxito en esta misión, Cortés le otorgó a Montejo el cargo de primer alcalde de Veracruz, un importante puesto en la estructura política del incipiente Virreinato de la Nueva España.
En ese mismo año, 1519, Montejo y Alonso Hernández de Portocarrero fueron enviados a España como representantes de la expedición para informar al emperador Carlos V sobre los avances de la conquista y llevar con ellos las riquezas obtenidas de la emperador azteca Moctezuma. Este viaje a la Corte española resultó ser una de las primeras pruebas políticas de Montejo. Las intrigas del clero, y en particular las maniobras del prelado Fonseca, quien favorecía al gobernador de Cuba, Diego Velázquez, complicaron la misión. Portocarrero fue encarcelado, pero Montejo, gracias a su relación con Cortés, logró salir de la situación sin mayores consecuencias. Este episodio mostró la habilidad política de Montejo, que ya se perfilaba como un hombre de gran astucia y lealtad hacia sus compañeros.
El Regreso a América y la Conquista de Yucatán
Regreso a América y la Conquista de Yucatán
En 1523, Montejo regresó a América, cargado con una serie de recomendaciones y apoyos por parte de Cortés, así como con su hijo Francisco de Montejo el Mozo. Sin embargo, la meta de Montejo era clara: completar la conquista del Yucatán, un territorio aún no sometido por las autoridades coloniales. Montejo se trasladó nuevamente a la región, pero las dificultades no tardaron en aparecer. Durante su primera expedición al Yucatán, Montejo y sus hombres se encontraron con una feroz resistencia por parte de los pueblos mayas, quienes defendían sus tierras con tenacidad.
En 1527, Montejo fundó la ciudad de Salamanca en la costa oriental de la península de Yucatán, pero la ubicación resultó ser poco favorable, dada la humedad y las malas condiciones del terreno. Después de meses de desplazarse a través de la selva maya, Montejo sufrió una derrota significativa en manos de los nativos, lo que lo obligó a regresar a Veracruz en busca de refuerzos. La situación en el Yucatán parecía ser cada vez más difícil, y Montejo tuvo que hacer una pausa estratégica para reorganizar su expedición.
Cambio de Estrategia y Consolidación del Poder
En Veracruz, Cortés, consciente de las dificultades que enfrentaba Montejo, sugirió que se centrara en la costa occidental del Yucatán, en lugar de continuar sus esfuerzos por la costa oriental, donde la resistencia maya era más feroz. A partir de este consejo, Montejo reorientó su estrategia y, con nuevos refuerzos, comenzó una nueva fase de la conquista. A lo largo de los siguientes años, Montejo, con su hijo y varios colaboradores, fundó varias ciudades clave, entre ellas Campeche y Mérida, en el corazón de la región.
Sin embargo, los problemas no cesaron. A pesar de los avances territoriales, Montejo tuvo que enfrentarse a la constante hostilidad de los mayas, que no cedían fácilmente ante la presencia española. La falta de recursos y hombres en algunas ocasiones llevó a Montejo a tomar decisiones arriesgadas, como la evacuación de ciertas zonas de la península para concentrar fuerzas en otras áreas más prometedoras.
La Conquista de Yucatán y el Juicio Final
Reconquista y Organización del Yucatán
Con el paso del tiempo, y a pesar de las dificultades, Montejo consolidó su poder en la región. Después de su regreso a Veracruz, donde recibió nuevas tropas y recursos, se dedicó a reorganizar su estrategia para completar la conquista del Yucatán. En 1528, Montejo se trasladó a Tabasco, una zona más estable y cercana, y desde allí comenzó una nueva incursión hacia la península. Los mayas, sin embargo, no cedían fácilmente, y Montejo encontró una fuerte resistencia en casi todas las regiones que intentaba colonizar.
Durante este período, se fundaron varias ciudades importantes, como Mérida, que sería clave para la futura administración española en el área. En 1535, su hijo, Francisco de Montejo el Mozo, alcanzó un gran triunfo al someter la ciudad de Campeche, lo que marcó un paso crucial para el dominio español sobre la península. Mientras tanto, Montejo padre permaneció en Tabasco, donde reorganizó las fuerzas y se dedicó a la logística de la campaña, a la vez que mantenía el control administrativo de las áreas conquistadas.
Problemas Administrativos y Juicio de Residencia
No obstante, el éxito de Montejo en el terreno militar no fue suficiente para asegurar su posición en el gobierno. A lo largo de los años, las tensiones crecieron en torno a su estilo de liderazgo, especialmente debido a las críticas por su trato hacia los indígenas y el nepotismo que mostró al repartir tierras y encomiendas entre sus familiares y amigos. En 1550, la orden franciscana, que ya había manifestado su desacuerdo con las políticas de Montejo, promovió un juicio de residencia contra él.
El juicio de residencia fue un proceso habitual en la época para evaluar la conducta de los oficiales coloniales, y Montejo fue acusado de abusos contra los nativos, arbitrariedades en la administración y la explotación excesiva de los recursos. La corrupción en el reparto de tierras y el uso del poder para beneficio personal fueron elementos clave de su condena. El tribunal, presidido por Diego de Santillán, encontró pruebas suficientes de los cargos en su contra, lo que resultó en la pérdida de todos sus títulos y encomiendas, además de la pérdida del control sobre el Yucatán, que pasó a depender de la Audiencia de Nuevo México.
El Fin de Francisco de Montejo
Tras la sentencia, Montejo se retiró de la vida pública y regresó a España en busca de justicia. Sin embargo, la Corte española no revirtió las decisiones tomadas en América, y las capitulaciones que había firmado en Granada en 1526 fueron rescindidas. El conquistador, quien en su juventud había sido elogiado por su valentía y logros, murió en la miseria y el olvido en Sevilla en 1553. Su vida terminó de manera desoladora, lejos de la gloria que una vez había tenido, rodeado por la indiferencia de aquellos que antes lo habían exaltado.
A pesar de la desilusión final de Montejo, su legado perduró en la historia de la colonización española del Yucatán. A lo largo de su vida, Montejo logró conquistar y colonizar la península de Yucatán, fundando importantes ciudades como Mérida, que todavía sigue siendo una de las principales urbes de la región. Su nombre está inscrito en la historia de la conquista, aunque su final trágico y la crítica a su gobierno son recordatorios de las complejidades y las contradicciones de la conquista de América.
Reflexión sobre su Legado
El legado de Francisco de Montejo es el de un hombre que alcanzó grandes logros a través de su perseverancia y coraje, pero que también enfrentó los mismos cuestionamientos que muchos de sus contemporáneos sobre la brutalidad de la conquista y la explotación de los pueblos indígenas. Aunque su nombre quedó marcado por el juicio de residencia, la obra de Montejo en Yucatán fue crucial para la expansión del Imperio Español en el Nuevo Mundo. La región, que hoy lleva el nombre de Yucatán, fue una de las zonas más importantes en el proceso de colonización y, gracias en parte a la labor de Montejo, se integró a la estructura colonial española de manera efectiva.
La figura de Montejo es, por tanto, un reflejo de las contradicciones de la conquista: un hombre que, por un lado, fue un conquistador decidido y un administrador eficiente, pero que, por otro, no pudo evitar los abusos y las excesivas ambiciones que finalmente arruinaron su carrera. La historia de Francisco de Montejo es, en última instancia, un recordatorio de las sombras que acompañan a los grandes logros históricos y de cómo los héroes de una época pueden convertirse en figuras desilusionadas y olvidadas con el paso del tiempo.
MCN Biografías, 2025. "Francisco de Montejo (1479–1553): Conquistador del Yucatán y la Historia Olvidada". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/montejo-francisco-de [consulta: 2 de octubre de 2025].