Monsiváis, Carlos (1938-2010).
Narrador, cronista, ensayista y antólogo mejicano, nacido en Ciudad de México el 4 de mayo de 1938 y fallecido el 19 de junio de 2010. Fue galardonado con el Premio Juan Rulfo en septiembre de 2006. Dotado desde muy joven de un amplísimo bagaje cultural, el vasto alcance de su humanismo polifacético le ha convertido en uno de pensadores que mejor han sabido indagar en los aspectos fundamentales de la sociedad, la política y la cultura mejicanas del siglo XX.
Se formó al lado del gran poeta Salvador Novo, cuyo talante provocador infundió en el ánimo del joven Carlos Monsiváis un vigor y una tenacidad capaces de adentrarse en cualquier aspecto de la sociedad de su tiempo. Además, la condición de periodista temido y agresivo de que gozaba Salvador Novo pasó enseguida a formar parte del legado que dejó a su discípulo, quien desde muy temprana edad empezó a estampar su firma en las publicaciones culturales y suplementos literarios más importantes de México. No es de extrañar, por ende, que gran parte de las ideas de Carlos Monsiváis haya quedado recogida en estas publicaciones periódicas, o se haya transmitido oralmente por boca de sus asiduos lectores. Durante la década de los años setenta se convirtió en uno de los principales creadores de opinión de su país, merced al impulso y la renovación que imprimió a Siempre!, el suplemento cultural más influyente de dicho período.
Como cronista de la cultura mejicana, Monsiváis ha sobresalido por encima de cualquiera de sus contemporáneos. Sus crónicas han sido sucesivamente recopiladas en varios volúmenes, entre los que destacan Principios y potestades (1969); Días de guardar (1971), donde da cuenta de las implicaciones políticas y estéticas del movimiento estudiantil de 1968; Amor perdido (1976), libro centrado en algunas figuras míticas de las materias predilectas de Monsiváis: el cine, la canción popular, el sindicalismo, la militancia de izquierda y la ideología burguesa; Entrada libre (1987), donde recoge sus crónicas sobre la nueva sociedad mejicana (1987); Escenas de pudor y liviandad (1988), que disecciona, con humor, acidez y ternura, el mundo del espectáculo; Los rituales del caos (1995), donde pinta una panorama desolador, en medio de la debacle de la clase política y la decadencia de los ciudadanos; y, en fin, otras recopilaciones como Sabor a PRI, ¿De qué se ríe el licenciado? y Rostros del cine mexicano (1993).
En su condición de ensayista y antólogo, Carlos Monsiváis ha dado a la imprenta obras tan destacadas como La cultura mexicana del siglo XX, Jorge Cuesta, La poesía mexicana del siglo XX y A ustedes les consta. Dentro de este ámbito de la especulación ensayística, se ha significado por su encendida defensa y su tenaz divulgación de la poesía popular de su tierra, que considera como la mayor riqueza cultural de México y una de las mejores aportaciones de sus compatriotas al acervo intelectual de toda Hispanoamérica. En esta plasmación de la creatividad popular de sus paisanos -ligada siempre a la música y la personalidad artística de quienes la transforman en canción y, por lo tanto, la difunden entre el pueblo-, Monsiváis encuentra unas dosis de intuición, creatividad, humor y vitalidad mucho más ricas, intensas y concentradas que las que puedan rastrearse en otros manifestaciones literarias tenidas en mayor consideración por parte de la crítica oficial (como, por ejemplo, la novela hispanoamericana). De ahí sus reiteradas muestras de admiración hacia algunos compositores e intérpretes mejicanos como José Alfredo Jiménez y Agustín Lara, o hacia otras grandes figuras de la canción popular hispanoamericana, como el cubano Pérez Prado.
Al mismo tiempo que abogaba por esta revalorización del folclore latino, la ingente curiosidad universal y la aguda capacidad de síntesis que ha animado constantemente el pensamiento de Carlos Monsiváis han hecho que llevara a cabo, desde el mencionado suplemento Siempre!, una profunda renovación teórica y conceptual de las ideas filosóficas vigentes en su país. Convencido, en la misma línea que Octavio Paz, de la importancia de las ideas como fuente del hacer poético y motor del desarrollo cultural, emprendió una revisión del pensamiento postnietzscheano abanderado por el filósofo francés Michel Foucault, que a finales de los años sesenta y comienzos del decenio siguiente gozaba de gran predicamento entre la clase intelectual mejicana.
Más entregado a la especulación filosófica y a la divulgación ensayística que a la creación literaria, Monsiváis no ha rehuido, empero, su compromiso con la literatura: en 1982 dio a la imprenta una extraordinaria novela, Nuevo catecismo para indios sumisos, que hasta la fecha (1999) constituye su única aportación al género narrativo.
A principios del año 2000 fue galardonado con el XXVIII Premio Anagrama de Ensayo por su libro Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina; mientras que en septiembre de 2006 recibió el prestigioso Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo en su XVI edición por ser «autor de una obra deslumbrante que ha sabido combinar, con maestría y calidad literaria excepcional, el rigor crítico con la lucidez de una mirada capaz de interpretar en cada elemento de la realidad que registra, seña y signo de las complejas negociaciones y opciones que delinean y configuran la realidad humana, política y cultural de nuestro tiempo«.