Medina, Bartolomé de [ingeniero español] (s. XVI).


Ingeniero español del que se desconocen gran cantidad de datos biográficos. Se sabe tan sólo que era vecino de Sevilla y que hacia 1553, según las más recientes investigaciones, embarcó con destino a México (Pachuca). Los datos concretos acerca de su trabajo no comenzaron a dilucidarse hasta los estudios de Francisco Fernández del Castillo (1927), Modesto Barballó (1955) y Luis Muro (1964).

A su llegada a México, Medina llevó a cabo multitud de experiencias hasta que puso a punto un procedimiento de aplicación industrial para beneficiar los minerales de plata por amalgamación, experiencias que debieron de alcanzar el éxito en 1554, como prueban, entre otros hechos, que el 4 de enero de 1555 se dictaran órdenes para buscar minas de mercurio con este fin y que la prórroga del privilegio de derechos de aplicación del método por seis años se fechara en 1560. El método de amalgamación del oro y la plata era ya conocido con anterioridad a Medina y este mismo dice haberlo aprendido «de pláticas con un alemán». Ello no obstante, la única referencia escrita es la que aparece en la obra de Vannocio Biringuccio (1540); esta descripción, no demasiado precisa, debió de tener escasa trascendencia, porque no fue recogida en los grandes tratados metalúrgicos que la siguieron, concretamente en las obras de Georg Bauer Agricola y de Lazarus Ercker. Otras referencias al método de amalgamación eran siempre aplicadas a los metales puros y no a sus minerales. Frente a la afirmación de Pierre Vilar de que el método era «corriente en Alemania desde hacía bastante tiempo», cabe oponer la expectación que se creó en Viena ante la demostración que iba a efectuar Juan de Córdoba en 1588, que por cierto concluyó en fracaso. En esta misma línea cabe situar el testimonio de Federico Sonneschmidt en 1805, al recomendar el conocimiento en Europa del beneficio de patio de Bartolomé de Medina, con las variantes que la experiencia había introducido. De hecho, la amalgamación no fue practicada en Europa hasta que en 1780 el barón de Born redescubrió el método de Álvaro Alonso Barba.

En esencia, el método de Medina tuvo una vigencia de más de tres siglos, hasta que a finales del siglo XIX se descubrió el beneficio de la plata por cianuración. Aquel método surgió en un momento providencial, por cuanto los minerales de alta ley se estaban agotando y el habitual procedimiento de fundición ya no era rentable. Su difusión en Nueva España fue fulminante; en Zacatecas, por ejemplo, había treinta y cinco haciendas que lo aplicaban en 1562. Más dificultosa fue la introducción del método en Perú, sin duda a causa de los distintos minerales en que se encontraba la plata; sólo en 1571 alcanzó el éxito en esta empresa Pedro Fernández de Velasco. En realidad, la aplicación de la amalgamación a nuevos minerales y la preocupación por disminuir las pérdidas de mercurio que se producían estimularon una investigación constante, que jalona la historia de la minero-metalurgia hispanoamericana de innovadores que introdujeron modificaciones de mayor o menor vigencia, como los hermanos Carlos y Juan Andrea Corzo, Garci-Sánchez o Juan Fernández Montano. Sin duda, la coronación de todo este proceso se encuentra en el Arte de los metales (1640) del ya citado Barba, donde por otra parte puede verse una de las pocas descripciones en extenso de la amalgamación, ya que tanto Medina como los sucesivos innovadores se guardaron de referencias precisas para evitar que sus métodos pudieran aplicarse sin el pago del canon; otras descripciones anteriores pueden encontrarse en Juan Cárdenas y en Gonzalo Gómez de Cervantes. Acerca de la introducción del método de amalgamación en la península, véase Antonio Boteller.

Bibliografía.

Fuentes.

Medina no publicó ningún escrito y, por el difícil acceso de los manuscritos, recomendamos los trabajos de Francisco Fernández del Castillo, Modesto Barballó y Luis Muro (ver abajo), donde han sido reproducidos.

Estudios.

(La figura de Bartolomé de Medina está incluida en todos los grandes tratados de historia de la ciencia y de la tecnología, pero la información que sobre su obra facilitan es muy superficial; recogemos aquí tan sólo auténticas aportaciones a su estudio).

FERNÁNDEZ DEL CASTILLO, F.: «Algunos documentos nuevos sobre Bartolomé de Medina», en Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate, 47, 1927, pp. 207-251.BARBALLÓ, M.: La minería y la metalurgia en la América española durante la época colonial, México: Fondo de Cultura Económica, 1955.MURO, L.: «Bartolomé de Medina, introductor del beneficio de patio en Nueva España», en Historia Mexicana, 13, 1964, pp. 517-531.MIRANDA, J.: «España y Nueva España en la época de Felipe II», en Obras completas de Francisco Hernández, vol. I, México: Universidad Nacional, 1960, pp. 7-93.PRIETO, C.: La minería en el Nuevo Mundo, 2.ª ed., Madrid: Revista de Occidente, 1969.PORTELA, E.: Los orígenes de la química moderna en España, Tesis de Valencia, 1977.

Eugenio PORTELA MARCO.