López Aranguren, José Luis (1909-1996).
Filósofo español, nacido en Ávila el 9 de junio de 1909 y fallecido en Madrid en 1996, que mostró siempre una visión crítica hacia la moral, la política y la cultura, y se convirtió en el prototipo del intelectual español comprometido y respetado.
Vida y obras
Se licenció en Derecho y Filosofía y Letras por la Universidad de Madrid. Durante los años de la Guerra Civil española y siguientes se dedica a una profunda interiorización religioso-existencial, que le lleva al estudio de la religión y le abre a la poesía. De la meditación del catolicismo «día tras día» pasará a una reflexión política que desemboca en la ruptura con el nacionalcatolicismo establecido. Fue profesor de Ética y Filosofía de la universidad Complutense, cátedra que le es retirada entre 1966 y 1976 como sanción disciplinaria, expulsado por motivos políticos, junto con García Calvo y Tierno Galván. Desde este año hasta 1979, en que es restituido en su cátedra, comienza un recorrido por diversas universidades de Europa y de América como profesor visitante y emérito en la universidad de California en Santa Bárbara.
En 1989 recibió el Premio Nacional de Literatura, en la modalidad de Ensayo. Seis años después obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (compartido con la Agencia EFE). Además, en 1992 fue nombrado Miembro del Consejo Asesor de Sanidad, investido doctor honoris causa por la Universidad Carlos III de Madrid en 1993 y también perteneció desde 1994 a la Comisión Asesora de la Fundación María Zambrano.
Sus obras principales son: La filosofía de Eugenio d’Ors (1945), Catolicismo y protestantismo como formas de existencia (1952), El protestantismo y la moral (1954), Catolicismo día tras día (1955), Crítica y meditación (1957), Ética (1958), La ética de Ortega (1958), La juventud europea y otros ensayos (1961), Implicaciones de la filosofía en la vida contemporánea (1962), Ética y política (1963), Moral y sociedad. Introducción a la moral social española del siglo XIX (1966), La comunicación humana (1967), El marxismo como moral (1968), Sociología de la comunicación (1968), La crisis del catolicismo (1969), Por un mundo sin ejecuciones, (1990), Avila de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, (1993). En marzo de 1994 se presentó el primer tomo de sus Obras completas.
En 2006 se publicó un volumen titulado La izquierda, el poder y otros ensayos, que recopila los artículos que Aranguren escribió para el diario El País y la revista Claves de la Razón Práctica entre 1982 y 1996. En ellos, Aranguren mostró su convicción acerca del papel del intelectual, que debe «hacer crítica del poder desde fuera del poder».
Pensamiento
El estudio y la preocupación dominante de Aranguren es el problema religioso, no en su aspecto teórico como filosofía de la religión, sino como descripción y examen crítico de los modos de vivir la religión, sobre todo en los campos católico y protestante. A este problema dedicó dos obras: en la primera, Protestantismo y catolicismo, analiza las diferencias existentes entre protestantes y católicos en cuanto a su modo peculiar de sentir la vida religiosa y desde la psicología de los estados de ánimo, en que juegan papel importante las categorías de «talante» y «situación histórica»; en la segunda, El protestantismo y la moral, la comparación se establece entre la equívoca antítesis religión como iustitia y religión como gratia. En los años sucesivos Aranguren acentúa aún más su «talante» de crítico del catolicismo en su calidad de teólogo seglar de avanzada.
Pero la obra más propiamente filosófica de Aranguren es la Ética. Su aproximación al tema se realiza desde la convicción de que la función del intelectual es crear un ethos social, una moral para una sociedad desmoralizada. La base estructurante de su pensamiento es el concepto de felicidad, «el supremo bien» de Aristóteles: «La estructura humana es constitutivamente felicitante»; la felicidad humana se muestra como «el cumplimiento de nuestro ethos«.
En la vida del hombre descubre tres condicionamientos para su libertad: la de su estructura psicológica, la de sus hábitos adquiridos y la de su situación social. Aranguren distingue dos clases de ética: «ética de la estructura» y «ética del contenido». La primera es una especie de justificación de la moral basada en la idea de Zubiri de «ajustamiento»: el hombre se ve obligado a ser justo o a ajustarse, en cada uno de sus actos y en su vida entera, a la realidad. La respuesta se traduce en «hacerse cargo de la situación». Sobre esta moral como estructura se alza la moral como «contenido», la dirección que toman los actos hacia el bien o hacia el mal según las normas éticas. Su mayor mérito estriba en la fundamentación metafísica de la ética, la cual tiene su último fundamento en Dios, sin el cual sería insuficiente y se negaría a sí misma. La ética se abre necesariamente a la religión, pues debe conducir al hombre a su fin último.
En los últimos años, Aranguren radicalizó más sus posturas hacia el campo de la secularización, y volvió su interés hacia el marxismo y el neopositivismo. Muestra de ello son los ensayos Moral y sociedad, Ética y política y El marxismo como moral, obra esta última en la que trata de justificar la superioridad del comunismo frente a los partidos democristianos, basado precisamente en el ángulo de una supuesta moral, que no es preocupación fundamental de la teoría marxista.