Francisco Javier Laso de la Vega y Orcajada (1785-1836). El médico que transformó la medicina española
Francisco Javier Laso de la Vega y Orcajada (1785-1836) fue una de las figuras más influyentes de la medicina española del siglo XIX. Su legado ha perdurado principalmente gracias a su dedicación al avance de la medicina interna, la adopción de nuevos métodos de diagnóstico y su incansable labor en la mejora de la salud pública. Nacido en Cartagena (Murcia), Laso fue testigo de los grandes cambios que atravesó la medicina en su época y se convirtió en uno de los pioneros de la medicina anatomoclínica en España.
Orígenes y contexto histórico
Francisco Javier Laso nació en 1785 en Cartagena, en un periodo de gran inestabilidad en España, marcado por las guerras napoleónicas y la posterior Guerra de Independencia. Su formación académica se desarrolló en el Colegio de Medicina y Cirugía de Cádiz, un centro destacado en su tiempo, donde obtuvo una sólida educación en los campos de la cirugía y la medicina. En 1806, Laso consiguió su grado de licenciado en cirugía, y más tarde, en 1817, se graduó como licenciado en medicina, convirtiéndose en uno de los médicos más formados de su generación.
La España de Laso vivía en una época de renovación en la ciencia médica, influenciada por las corrientes del pensamiento europeo, especialmente por la escuela de París. Esta transformación fue clave para que Laso se adentrara en los avances médicos que cambiarían para siempre el curso de la medicina en su país.
Logros y contribuciones
La medicina anatomoclínica
Una de las contribuciones más destacadas de Laso fue su introducción en España de la medicina anatomoclínica, una corriente que surgió en la escuela médica de París, donde médicos como René T. H. Laennec revolucionaron el diagnóstico médico mediante la auscultación. Laso fue uno de los primeros en incorporar la auscultación mediata como método diagnóstico habitual en España. Fue gracias a su estrecha relación con el médico francés André Mazet que Laso recibió el primer pectorilocuo, un dispositivo fundamental para la auscultación de los pulmones, y lo introdujo en las clínicas españolas en 1822.
La obra de Laso también se vio reflejada en su trabajo sobre la fiebre amarilla, una enfermedad que golpeó duramente a Cádiz en 1819. Su monografía de 1821 es un testimonio exhaustivo sobre la clínica, la anatomía patológica y la terapéutica de esta enfermedad, y es considerada una de las primeras investigaciones científicas sobre la fiebre amarilla en Europa. Laso aportó detalles cruciales sobre la autopsia y la epidemiología de la fiebre, lo que le permitió establecer la base para un tratamiento más efectivo de la enfermedad.
El impacto de su enseñanza
Laso fue también un destacado pedagogo. En 1813, fue nombrado profesor sustituto de medicina práctica en el Colegio de Cádiz, donde comenzó a enseñar y a formar a futuras generaciones de médicos. Su dedicación a la enseñanza le permitió llegar a ser catedrático de historia de la medicina y bibliografía médica en 1831, pero su impacto fue mucho más allá de las aulas. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Cádiz, una institución clave para el desarrollo de la medicina en España. Como secretario y principal redactor de su revista, Laso desempeñó un papel fundamental en la difusión de los avances médicos europeos en el país.
Aportes a la farmacología
La labor de Laso también se extendió al campo de la farmacología. En su artículo de 1822 sobre el uso médico de la quinina y la cinconina, Laso resumió y comentó los estudios realizados por los científicos franceses François Magendie y Pierre Joseph Pelletier. Esta publicación fue la primera de su tipo en España y ayudó a introducir estos importantes alcaloides en la práctica médica española. Su trabajo, basado en la experiencia personal y en los estudios de los avances científicos de la época, reflejó su capacidad para integrar nuevos conocimientos farmacológicos en su práctica diaria.
Laso también promovió el uso de la electroterapia y otros tratamientos innovadores, como el tratamiento iódico del bocio. En su labor como científico y médico, Laso mostró una actitud abierta y receptiva a los avances terapéuticos de su tiempo, siempre con el objetivo de mejorar el bienestar de sus pacientes.
La higiene pública y la vacunación
El interés de Laso por la salud pública le llevó a dedicar esfuerzos significativos al estudio de la higiene y la vacunación. Fue uno de los primeros médicos españoles en apoyar y promover la vacunación antivariólica, un avance crucial para el control de las enfermedades infecciosas. Influenciado por los trabajos de Louis René Villermé, un importante higienista francés, Laso promovió la importancia de la vigilancia y el control de las enfermedades epidémicas en las ciudades españolas.
El Periódico de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Cádiz, dirigido por Laso, publicó regularmente tablas con datos termométricos, barométricos e higrométricos, así como una «constitución epidémica» que permitía identificar las enfermedades dominantes y las estadísticas de mortalidad. Este enfoque preventivo y científico fue pionero en su tiempo y contribuyó a la mejora de las políticas de salud pública en España.
Su obra sobre José Celestino Mutis
Laso también fue un ferviente admirador de las figuras más destacadas de la medicina española. En 1828, publicó una biografía sobre José Celestino Mutis, uno de los más grandes científicos españoles del siglo XVIII. En este trabajo, Laso rindió homenaje a la vida y obra de Mutis, consolidando su figura como un referente para las generaciones futuras de médicos.
Momentos clave
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1813 – Nombramiento como profesor sustituto de medicina práctica en el Colegio de Cádiz.
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1819 – Investigación sobre la fiebre amarilla y su publicación en forma de monografía.
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1821 – Introducción de la auscultación mediata en las clínicas españolas.
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1822 – Publicación del artículo sobre la quinina y cinconina.
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1831 – Nombramiento como catedrático de historia de la medicina y bibliografía médica.
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1836 – Fallecimiento en Cádiz.
Relevancia actual
El legado de Francisco Javier Laso de la Vega sigue presente en la medicina española actual. Su introducción de la medicina anatomoclínica, la auscultación mediata y su enfoque innovador en la farmacología han sido esenciales para el desarrollo de la medicina moderna en España. Además, su trabajo en salud pública, en especial su contribución a la vacunación y a la higiene, sigue siendo un modelo a seguir en la medicina preventiva.
Su influencia perduró a través de las generaciones, y la escuela de Cádiz continuó promoviendo los avances que él introdujo. Médicos como José de Gardoqui, Manuel José de Porto y Antonio Gracia Álvarez siguieron la tradición de Laso y continuaron desarrollando la medicina anatomoclínica en el país. La importancia de su obra y su dedicación a la enseñanza aseguran que su nombre siga siendo recordado y respetado en la historia de la medicina española.
MCN Biografías, 2025. "Francisco Javier Laso de la Vega y Orcajada (1785-1836). El médico que transformó la medicina española". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/laso-de-la-vega-y-orcajada-francisco-javier [consulta: 28 de septiembre de 2025].