Kitchener, Lord Herbert (1850-1916).
Militar y político británico, nacido el 24 de junio de 1850 en Crotter House (condado de Kerry, Irlanda) y muerto el 5 de junio de 1916 en las Islas Orkney, tras chocar el crucero que le trasladaba con una mina. Fue Ministro de la Guerra durante la Primera Guerra Mundial, aunque durante su dilatada carrera militar y política estuvo destinado en Egipto, Sudáfrica y la India, y participó, entre otras, en la Batalla de Omdurman, en el incidente de Fashoda y en la guerra anglo-bóer.
Vida
Kitchener estudió en la Real Academia Militar de Woolwich y su brillante carrera militar se empezó a fraguar en Palestina, Egipto y Sudán, donde fue nombrado capitán en 1883 y gobernador general en 1886; posteriormente, fue asignado en Egipto como general adjunto en la ciudad de El Cairo. En 1892 fue nombrado sirdar (‘comandante en jefe’) del Ejército Egipcio y dirigió a partir del 24 de agosto de 1898 la campaña militar anglo-egipcia contra los rebeldes mahdistas, que ocupaban Jartum y parte del territorio sudanés desde 1881, campaña que terminó con la victoria el 2 de septiembre en la Batalla de Omdurman y la reconquista de la totalidad del territorio sudanés que pasó a ser un condominio anglo-egipcio, con Kitchener -nombrado barón Kitchener de Kharthoum y Aspall- como gobernador general. Inmediatamente tuvo que frenar el avance de las tropas francesas dirigidas por el general Marchand que pretendían unir las colonias del este africano (Somalia) con la costa atlántica (Senegal). El encuentro tuvo lugar en Fashoda el 18 de septiembre y fue el comienzo de un tenso período de espera, al que se dio el nombre de incidente de Fashoda, en el cual, las partes implicadas (franceses, británicos y egipcios) reclamaban la posesión del lugar. El conflicto terminó el 4 de noviembre cuando Delcasse, ministro francés, cedió a las presiones y ordenó a Marchand abandonar el territorio sudanés.
En 1899 fue sustituido como gobernador de Sudán por Sir Reginald Wingate y fue enviado a la Guerra de los Boers, donde actuó como comandante en jefe desde noviembre de 1900. A partir de este momento combatió a la guerra de guerrillas con brutales y polémicos métodos, tales como la quema de granjas boers y la reclusión en campos de concentración de niños y mujeres. Las tácticas empleadas por Kitchener tuvieron el efecto deseado y la guerra se decantó lentamente del lado británico hasta que, el 31 de mayo de 1902, mediante el tratado de Vereenging, uno de cuyos firmantes fue el propio Kitchener, los boers aceptaron la pérdida de su independencia y pasaban a ser ciudadanos británicos. Tras este triunfo, Kitchener regresó a Inglaterra, donde fue nombrado vizconde en julio de 1902.
Su siguiente destino estuvo en la India, lugar donde sirvió desde 1902 como comandante en jefe de las fuerzas británicas, con la misión de reorganizar el ejército para evitar posibles agresiones externas, más temidas que una rebelión interna. Durante una primera etapa mantuvo una gran controversia con Lord George Cuzon, virrey de la India, sobre el control del ejército destinado en la India, disputa que terminó el 16 de agosto de 1905 con la dimisión de Cuzon, tras el apoyo del gabinete británico a Kitchener. El hecho de no ser nombrado virrey en lugar de Cuzon produjo en Kitchener una gran frustración, aunque siguió ejerciendo su puesto hasta el año 1909. En septiembre de 1911 aceptó el puesto de procónsul de Egipto, en el cual permaneció hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.
Tras el comienzo de este conflicto, Kitchener ocupó la cartera en el ministerio de la Guerra británico y fue ascendido a mariscal de campo. Kitchener predijo una larga guerra, en contra de la opinión de la mayoría del gabinete que esperaba que fuese corta, en la que serían necesarios una gran cantidad de combatientes. En un primer momento, sus esfuerzos se centraron en reclutar el mayor número posible de voluntarios y en el entrenamiento de soldados profesionales que pasaron a formar un grupo conocido como las fuerzas Kitchener. Planeó conjuntamente con Winston Churchill el ataque británico a los Dardanelos y participó en la estrategia a seguir dentro de la llamada batalla de Gallipoli, desarrollada entre el 25 de abril de 1915 y el 8 de febrero de 1916, que supuso una derrota del ejercito británico. El fracaso de esta ofensiva produjo la destitución de Churchill y se extendió la idea de una cierta ineptitud militar del ejército aliado. Kitchener murió el 5 de junio de 1916, cuando el barco que le trasladaba a Rusia para cumplir una misión propia de su cargo, el crucero «HMS Hampshire», fue hundido cerca de la islas Orkney por una mina alemana. Cabe destacar que tras su muerte, una ciudad canadiense fue rebautizada en 1916 como Kitchener en su honor.