Churchill, Winston Leonard Spencer (1874-1965)
Político, militar y escritor inglés, nacido en el palacio de Blenheim, cercano a Oxford, el 30 de noviembre de 1874 y muerto en Londres el 24 de enero de 1965.
Síntesis biográfica
Miembro de una familia de la aristocracia inglesa, estudió en prestigiosos internados, donde obtuvo pésimos resultados académicos. A la edad de 18 años ingresó en la Royal Military College de Sandhurst y tras concluir la instrucción fue destinado al 4º regimiento de Húsares. Entre los años 1895 y 1898 participó en la Guerra de Cuba, en la campaña de Malakand, y en la India, además de la carga de Oldurman, en Sudán. Tras esta última, pidió la baja de su puesto. En 1899 se incorporó al Partido Conservador y destacó por sus grandes dotes como orador; ese mismo año viajó a Sudáfrica como corresponsal de guerra y decidió incorporarse nuevamente al ejército, participando en la liberación de Ladysmith y de Pretoria. En 1900 fue elegido diputado, pero las diferencias con algunos miembros de su partido propiciaron su incorporación, en 1903, al Partido Liberal. En 1906 fue nombrado subsecretario de colonias; en 1907 fue incluido en el Consejo Privado del rey Eduardo VII y un año después fue nombrado ministro de comercio, ese mismo año contrajo matrimonio con Clementine Ogilvy. En 1910 fue nombrado ministro del interior, puesto en el que tuvo que hacer frente a numerosas huelgas. En 1911 la situación europea era muy tensa y Churchill fue nombrado primer lord del Almirantazgo, desde su nuevo puesto realizó una importante labor en los primeros años de la Primera Guerra Mundial. Tras abandonar ambos puestos partió hacia Holanda, donde entró en combate como teniente coronel del 6º batallón de los Royal Scot Fusiliers. En 1917 fue nombrado ministro de municiones, puesto en el que se mantuvo hasta el final de la guerra, dos años más tarde ocupó el Ministerio del Aire y Guerra pero poco tiempo después, debido a la crisis que se vivía en los países árabes, fue nombrado ministro de colonias. Tras el fin del primer gobierno laborista, Churchill debido a los numerosos problemas que tuvo con los miembros del Partido Liberal, comenzó a acercarse a los conservadores.
En 1923 fue nombrado canciller del Exchequer, puesto en el que se mantuvo hasta 1929, en el que intentó reactivar la economía inglesa. Una vez concluido su mandato como canciller, fue marginado en el parlamento y hasta 1939 no volvió a ocupar ningún puesto de responsabilidad. En 1939 fue nombrado nuevamente primer lord del Almirantazgo y tras la dimisión de Chamberlain, ocupó el puesto de primer ministro hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. El gran fracaso electoral de 1945, le obligó a pasar a la oposición, hasta que tras las elecciones de 1951, logró ser nombrado nuevamente primer ministro, puesto en el que se mantuvo hasta 1955. Durante estos años empeoró su estado de salud y fueron muchas las presiones para que abandonara el poder. Tras finalizar su mandato viajó por todo el mundo y recibió importantes premios internacionales, como el Premio Nobel de Literatura por su obra La Segunda Guerra Mundial. Churchill abandonó el Parlamento en 1964 y murió el 24 de enero de 1965.
Infancia y juventud
Miembro de una de las familias aristocráticas más importantes de Inglaterra, nació en un palacio propiedad de su abuelo, el séptimo duque de Marlborough, un mes antes de lo previsto y fue bautizado con los nombres de Winston Leonard Spencer Churchill. Primer hijo de Randolph Churchill y de la ciudadana estadounidense Jennie Jerome, a los dos años de edad se trasladó junto a su familia a Dublín, ya que su abuelo fue nombrado virrey de Irlanda y su padre ejerció como su secretario particular. Dada la elevada posición de su familia, los grupos independentistas irlandeses, conocidos como fenianos, amenazaron con secuestrar al pequeño Winston, para forzar de este modo la dimisión del duque. Por este motivo fue estrictamente vigilado por el personal a su cargo y especialmente por su niñera, la señora Everet, con la que pasó gran parte de su infancia.
En el año 1879 fue matriculado en Saint Jaimes School, en el condado de Ascot, en el cual muy pronto se sintió desgraciado debido al estricta disciplina a la que estuvo sometido. Además sus resultados académicos fueron muy pobres, sobre todo por la profunda aversión que sintió por el estudio de las lenguas clásicas y por las matemáticas, aunque destacó por sus resultados en lengua inglesa. En el año 1883 abandonó el mencionado internado, ya que contrajo una grave enfermedad, siendo trasladado a la ciudad de Brignton, donde inició su recuperación lentamente y estuvo atendido por los más prestigiosos médicos. Como su salud quedó algo mermada, fue matriculado en un colegio de la zona, donde a pesar de que la disciplina no era tan estricta, sus resultados académicos no mejoraron. Tres años después contrajo neumonía y, tras su nueva convalecencia, sus padres decidieron cambiarle de colegio.
Sir Randolph, no era un hombre rico y por ese motivo debía encaminar los pasos de su primogénito hacia una carrera que le proporcionara una elevada posición, pero éste había demostrado ser un estudiante indisciplinado y era difícil que tuviera éxito en la universidad. Así decidió orientar los estudios de su hijo hacia la carrera militar, por la que había demostrado gran interés desde su infancia. Debido a que su salud seguía siendo muy frágil fue matriculado en el colegio Harrow, ya que los médicos consideraron que el clima de Eton podía perjudicarle. Sus resultados continuaron siendo muy deficientes y tras dar comienzo los cursos de preparación de los exámenes de acceso a la Royal Military College de Sandhurst, sus padres fueron informados de sus escasos progresos en este sentido. Churchill suspendió el examen de acceso en dos ocasiones y sólo le restaba una oportunidad para hacer posible su ingreso, por este motivo sir Randolph, en un último intento, buscó un tutor especializado en preparar alumnos para la mencionada prueba. De regreso a su residencia familiar, con 18 años de edad, sufrió una caída de un árbol, lo cual le hizo guardar reposo durante seis meses. El tiempo que permaneció en cama, lo empleó en aplicarse en sus estudios y finalmente consiguió aprobar el examen de ingreso. Debido a su pobre nota media fue admitido en la escuela de oficiales de caballería, y no en la de infantería como deseaba su padre; lo cual suponía que su familia debía realizar un importante desembolso para financiar los caballos del nuevo cadete. A pesar de todo se mostró entusiasmado, ya que había demostrado durante toda su juventud gran amor por los caballos y gran afición por la práctica del polo.
Tras iniciar sus estudios en el Royal Military College de Sandhurst, muy pronto destacó por sus resultados académicos y cultivó la amistad de numerosos oficiales y soldados veteranos. Así tras dieciocho meses de estancia en Sandhurst, se graduó el octavo de su promoción. Una vez concluido el periodo de instrucción, regresó a su residencia familiar en espera de que se le asignara destino. En estas fechas su padre cayó gravemente enfermo y murió el 21 de enero de 1895. En la primavera de ese mismo año fue destinado al 4º regimiento de Húsares, con guarnición en Aldershot, donde en numerosas ocasiones comentó, como afirma en sus memorias, sus deseos de entrar en acción lo antes posible.
Tras recibir su primer permiso, comprobó que se encontraba en serios apuros económicos y concentró su atención en planificar sus ingresos para no tener la necesidad de pedir más dinero a su madre. Decidió que una buena solución sería entrar en acción en el único conflicto bélico que permanecía abierto en el momento, la guerra de Cuba. Churchill se puso en contacto con el embajador inglés para España, Henry Wolf, el cual había sido íntimo amigo de su padre; para pedirle que intercediera por él ante las autoridades españolas con el fin de incorporarse, de forma temporal, a los ejércitos destacados en la mencionada isla. El embajador hizo llegar la petición a O’Donnell, el cual se mostró encantado con el ofrecimiento y escribió una carta de recomendación para que se presentara ante el general Martínez Campos. Churchill tras realizar una breve escala en Nueva York, llegó a la Habana en el mes de noviembre de 1895 y fue recibido con todos los honores, además había recibido el encargo, del diario Daily Graphic, de realizar cinco crónicas sobre los progresos de la guerra, así el pago de dichas crónicas le permitió mejorar su precaria situación económica. Churchill se reunió poco tiempo después con Martínez Campos en Santa Clara y decidió incorporarse a la columna dirigida por Suárez Valdés. El 30 de noviembre de 1895 participó en su primera acción militar y pudo comprobar las grandes dificultades que tenían los españoles para controlar la sublevación. Churchill regresó a Inglaterra muy impresionado por los acontecimientos que había presenciado, conservó un grato recuerdo de sus compañeros de armas y sobre todo de la belleza de Cuba, donde además adquirió algunos hábitos que mantendría durante toda su vida, la siesta y fumar cigarros puros.
Después de reincorporarse a su puesto en Aldershot, recibió la noticia de que su regimiento había sido destinado a la India. Antes de su partida, Churchill publicó su primera novela corta en una revista, la cual fue titulada Overboard, e inició la redacción de la novela, publicada cuatro años más tarde, Savrola. Llegó a la India y se instaló en Bangalore, donde muy pronto se sintió aburrido por la falta de acción, además una caída en el momento del desembarco, le produjo una lesión en hombro, que nunca llegó a curarse totalmente. De regreso a Londres, tras la obtención de un permiso, conoció la noticia de que se habían reanudado las hostilidades en el paso de Malakand y decidió regresar para incorporarse al ejército destacado en la zona. En un principio, no pudo incorporarse al mencionado ejército, debido a que los puestos de oficial estaban todos cubiertos, pero si obtuvo la autorización para incorporarse como reportero de guerra de los diarios The Pioneer, de la ciudad de Bombay; y del Daily Telegraph, de Londres. Tras la batalla del valle de Mamund hizo realidad su deseo y fue incorporado al ejército. Obtuvo el puesto de teniente en el regimiento de Infantería Nº 31, de Pujab, conocido en la época como el regimiento de los sikhs. Tras participar en algunas escaramuzas, la zona quedó pacificada y la atención del mando británico se centró en el valle de Tirah, al norte de Peshawar. Churchill intentó que se le destinara a la zona, pero no pudo conseguirlo y regresó a su puesto en su regimiento, donde se ocupó de la instrucción de los nuevos cadetes. Desilusionado por no estar en la primera línea de combate, dedicó gran parte de su tiempo a escribir y en 1898 envió a su madre el manuscrito del libro titulado Historia de la campaña de Malakand, que obtuvo un notable éxito y que le valió la felicitación del príncipe de Gales; además las criticas favorables le animaron a concluir la novela iniciada años antes, Savrola.
Tras la total pacificación de la India, Churchill se interesó por el nuevo conflicto abierto en Sudán y decidió regresar a Londres, para intentar ser destinado a la zona. A su llegada fue recibido por el primer ministro, lord Salisbury, que le felicitó por su libro; es posible que éste utilizara su influencia para que el joven teniente fuera enviado a Sudán. Nombrado teniente supernumerario del regimiento de Lanceros Nº 21, por el tiempo que durara el conflicto, el 1 de septiembre de 1898 llegó al campamento al que había sido destinado, siendo su actuación más destacada su participación en la carga de Ondurman. Tras finalizar esta campaña, decidió que había llegado la hora de abandonar el ejército, a causa de las numerosas trabas a las que tuvo que hacer frente por parte de sus enemigos; y sobre todo a que su carrera periodística le reportaba mayores ingresos que la actividad castrense. Así regresó a Bangalore con el propósito de obtener la licencia absoluta.
Inicio de su carrera política
Churchill llegó a Londres en la primavera de 1899 y decidió iniciar su carrera política en el Partido Conservador. Gracias a sus grandes dotes como orador, muy pronto fue elegido para participar en importantes concentraciones políticas, donde criticó con firmeza las actuaciones de los miembros del Partido Liberal. Decidido a consolidar su carrera política, ese mismo año acudió a las elecciones parlamentarias, presentando su candidatura por el distrito de Oldham, aunque no logró ser elegido. Además publicó un nuevo libro titulado La Guerra del Nilo, que fue acogido por sus compañeros con frialdad, ya que en él expuso que era necesario desarrollar nuevas formas de gobierno en las colonias que dieran a éstas más independencia.
Tras el estallido de la Guerra de los Boers, en 1899, recibió el encargo de trasladarse a Sudáfrica, como corresponsal de guerra del Morning Post. El conflicto con los boer acababa de comenzar y las hostilidades se concentraron en la ciudad de Natal, a la cual se dirigió Churchill rápidamente. El 14 de noviembre de ese mismo año decidió visitar el asedio de la ciudad de Ladysmith, pero no llegó a la mencionada ciudad ya que el tren en que viajaba fue secuestrado por los boer. Churchill tomó el mando en la desesperada situación y consiguió que la mayoría de los pasajeros huyeran en la locomotora del mencionado tren, pero él, no logró escapar y fue encarcelado en Pretoria, como prisionero de guerra, aunque poco después logró fugarse. Tras días de vagar por la zona de Transvaal, encontró refugio en la casa de un colono inglés, Jonh Howard, y pasó algunas semanas escondido en una mina, hasta que su protector pudo evacuarle y llegó al consulado inglés de la colonia portuguesa de Lorenzo Márquez. Churchill fue considerado un héroe por su acción, tanto en Inglaterra como en Sudáfrica y tras estos acontecimientos decidió incorporarse al ejército, en diciembre de 1899. Así participó en la liberación de Ladysmith y fue el primero en entrar, junto a sus hombres, en la ciudad. Churchill intentó incorporarse al Estado Mayor, pero en un principio no fue aceptada su petición. Gracias a su perseverancia y a que contaba con importantes amistades, finalmente fue admitido, aunque tuvo que enfrentarse a que muchos le consideraran un advenedizo, pero esto no le desanimó y participó en la toma de Petroria.
El 7 de julio de 1900 abandonó nuevamente el ejército y regresó a Londres, donde era ya un personaje muy popular. Poco tiempo después retomó su carrera política y se presentó a las elecciones al Parlamento, una vez más por el distrito de Oldham, donde en esta ocasión derrotó a sus adversarios por un estrecho margen, contaba tan solo con 26 años de edad. Pero no pudo afrontar su carrera política con comodidad, ya que sus nuevas actividades no le iban a permitir dedicarse al periodismo, actividad de la que obtenía sus ingresos, por ese motivo antes de incorporarse al Parlamento recorrió Inglaterra, Estados Unidos y Canadá impartiendo una serie de conferencias sobre sus aventuras en África, las cuales le proporcionaron fondos para vivir cómodamente algunos años.
En su primer discurso ante la cámara, adoptó una postura pacifista con respecto a las actuaciones que debían llevarse a cabo en las colonias, por este motivo muchos miembros del Partido Conservador comenzaron a criticarle abiertamente. Además se mostró partidario de las teorías librecambistas, por lo que sus ideas estaban más próximas al Partido Liberal. Finalmente en 1903 Churchill se unió al mencionado partido, abandonó su puesto en el Parlamento y se sentó junto a los liberales, siendo recibido con un cálido abrazo por David Lloyd George.
En el año 1906, tras la convocatoria electoral, los liberales llegaron al poder. El nuevo jefe de gobierno, Henry Campbell-Bannerman, ofreció a Churchill la Subsecretaria del Tesoro, cargo muy importante en la Administración y muy bien remunerado, pero éste rechazó el ofrecimiento y solicitó que se le concediera la Subsecretaria de Colonias, puesto que finalmente obtuvo. Ese mismo año Churchill finalizó la biografía de su padre, titulada The life of Sir Randolph Churchill, que tuvo un gran éxito. Desde su nuevo puesto recibió a la embajada boer, que llegó a Inglaterra con el objetivo de firmar la paz, allí pudo conocer la identidad de su captor en el mencionado episodio del tren, Louis Botha, con el cual trabó una gran amistad posteriormente. Churchill comenzó a tener algunos problemas con destacados miembros del Partido Liberal, ya que muchas de las resoluciones que tomó estaban más cercanas al modo de proceder de los conservadores, a pesar de todo ganó gran popularidad en toda Europa y fue invitado por el kaiser Guillermo a presenciar las maniobras del ejército alemán en Breslau.
En el año 1907 fue nombrado miembro del Consejo Privado del rey Eduardo VII, y consiguió que se firmara la paz definitivamente con los boer. Churchill que había realizado una gran labor, consideró que su trabajo había concluido en la Subsecretaria de Colonias, por este motivo, con el fin de hacer menos monótono su trabajo y en vista de que el Parlamento permanecía tranquilo, decidió realizar un viaje a las colonias sobre las que tenía jurisdicción. En abril de 1908 regresó a Londres ya que tuvo noticias de la dimisión de Bannerman y de la llegada al poder de Henry Asquith, el cual le nombró ministro de comercio. Churchill según la ley inglesa estaba obligado, para ocupar el nuevo puesto, a renovar su acta parlamentaria, de este modo presentó su candidatura el distrito noroeste de Manchester, donde fue derrotado por la asombrosa recuperación de los conservadores y por la total animadversión que sintieron hacia él las sufragistas, que acudieron a muchos de sus mítines con el fin boicotearlos. Finalmente obtuvo su escaño en el distrito escocés de Dundee. Durante la campaña conoció a su futura esposa, Clementine Ogilvy Hozier, con la que contrajo matrimonio en la iglesia de Santa Margarita de Westminster, en septiembre de 1908. Ese mismo año publicó su libro titulado Mi viaje por África.
Tras regresar de la luna de miel, Churchill comprobó que la situación en Londres era muy tensa, ya que la situación en los Balcanes había empeorado y Austria-Hungría se había anexionado Bosnia-Herzegovina; por otro lado la privilegiada situación de los ingleses en el Golfo Pérsico corría grave peligro por la Revolución de los Jóvenes Turcos; pero el problema que dividía a los parlamentarios era la noticia de la construcción de una poderosa armada por parte de Alemania, ya que esto podía suponer el fin de la hegemonía naval inglesa y además, una gran amenaza a su seguridad. Churchill consideró que sería un enorme despilfarro de recursos, la construcción de más buques de guerra, ya que la seguridad inglesa no corría peligro, estas declaraciones le hicieron muy impopular en todo el país. Churchill desde su puesto como ministro apoyó el nuevo presupuesto presentado por Lloyd George y las reformas sociales que pretendía llevar a cabo, como la ley de retiro obrero, además publicó el libro titulado Los derechos del pueblo, donde tildaba a la Cámara de los Lores de institución anacrónica. La negativa de los Lores a aprobar estas reformas y el mencionado presupuesto, supuso una grave crisis constitucional y el gobierno decidió convocar elecciones para conocer la opinión del pueblo. Tras varias crisis del gobierno y la intervención del nuevo rey, Jorge V, Churchill obtuvo un sonado triunfo en el distrito de Dundee, en las elecciones de 1910, ese mismo año nació su primera hija, bautizada con el nombre de Diana; y fue nombrado ministro del Interior. Poco tiempo antes de ocupar su cargo realizó un viaje por el Mediterráneo, donde pudo comprobar que la amenaza alemana era un hecho consumado, ya que la construcción del ferrocarril Berlín-Bagdad, entraba en conflicto con los intereses coloniales ingleses. A su regreso, tuvo que hacer frente a numerosos disturbios y huelgas por todo el país y decidió solicitar la ayuda del ejército para solucionar la situación, lo cual le hizo ganarse la animadversión de los representantes de los sindicatos, pero su popularidad aumentó.
En 1911 nació su segundo hijo, Randolph, y en otoño de ese mismo año el primer ministro Asquith le invitó a pasar unos días en Escocia, con el fin de resolver la crisis diplomática abierta con Alemania, ya que el día 1 de julio un barco de guerra alemán, atracó en el puerto marroquí de Agadir, quedando las resoluciones tomadas en la Conferencia de Algeciras en entredicho. Es muy posible que en esta reunión se elaboraran los primeros planes de guerra contra Alemania y Churchill tras su regreso, intentó controlar las actividades de los numerosos espías alemanes que permanecían en suelo inglés. Poco tiempo después fue nombrado primer lord del Almirantazgo, para que tuviera poder de dirigir la armada y el ejército. Además de los problemas en el exterior, Churchill tuvo que enfrentarse a un grave problema interior, la cuestión irlandesa, así se ofreció para mediar entre los irlandeses del norte y del sur, ya que estaba convencido de que la solución al conflicto pasaba por conceder la autonomía prometida, sin dejar de tomar las precauciones necesarias para que los protestantes del Ulster estuvieran protegidos.
La Primera Guerra Mundial
El 28 de junio de 1914 Churchill tenía preparada la realización de unas maniobras de guerra, pero tras conocerse la muerte del archiduque Francisco Fernando, decidió posponerlas y organizó un movimiento de reservistas. El pleito de Irlanda quedó en segundo plano debido a la grave situación internacional y Churchill afirmó que Inglaterra debía apoyar a Francia en caso de que sufriera un ataque por parte de Alemania. Tras conocer la noticia de que Rusia había declarado la guerra a Alemania, decidió movilizar la armada, el 1 de agosto de 1914; a pesar de que el primer ministro le recomendó esperar al día siguiente, cuando debían reunirse el Consejo de Ministros. El 2 de agosto el gobierno inglés envió un ultimátum a Alemania para que respetara la neutralidad de Bélgica, lo que equivalía a una declaración de guerra. Pocos días después, el 11 de agosto, Inglaterra y Francia declaran la guerra a Austria-Hungría.
Churchill dirigió los movimientos de centenares de barcos ingleses, diseminados por todo el mundo y se encargó de preparar las defensas aéreas de Inglaterra. Tras la batalla del Marne, del 6 al 9 de septiembre, intentó incorporarse al ejército inglés, pero antes de llegar a la zona del conflicto tuvo que volver a su puesto en Londres, ya que el rey belga solicitó la ayuda de los ingleses, para proteger la ciudad de Amberes. Churchill no podía enviar tropas a la zona, por el momento, pero decidió a acudir personalmente para dar ánimos a la población, incluso intento ponerse al frente de las tropas que llegaron para socorrer la mencionada ciudad, pero el primer ministro inglés, consideró que su presencia era necesaria en Londres y se negó a aceptar su dimisión. Churchill manifestó en ocasiones sucesivas sus deseos de incorporarse a la lucha, pero el ataque alemán a las ciudades de Yarmouth y Lowestoft generalizó las críticas hacia la actuación del Almirantazgo, por lo que decidió permanecer en su puesto, aunque la victoria de las islas Falkland, acalló las críticas rápidamente.
Tras la entrada en la guerra de Turquía, Churchill expresó la necesidad que tenían los aliados de apoderarse de Estambul para ayudar a los rusos, pero la operación que planeo requería tiempo y el gran duque no podía resistir tanto. El 25 de abril de 1915 se produjo el desembarco de un contingente de tropas inglesas y australianas en Galípoli, pese a lo cual los Dardanelos permanecieron en poder de los turcos y se produjeron numerosas bajas. Churchill tras el fracaso de la arriesgada operación, perdió muchos de los apoyos con los que contaba, pero decidió continuar en su puesto, así tras interceptar un mensaje cifrado alemán en el cual se daba la orden de atacar Inglaterra, logró que los planes alemanes no se llevaran a la práctica ya que preparó la armada en un tiempo récord para presentar batalla. Pero en mayo de 1915, un nuevo fracaso en Galípoli le obligó a abandonar su puesto en el Almirantazgo y a pesar de que siguió conservando su cargo de ministro, decidió abandonar su puesto e incorporarse al ejército.
Poco tiempo después de su dimisión llegó a Holanda, donde John French, gracias a su experiencia militar, le puso al mando de una brigada, aunque Asquith desde Londres puso en entredicho esta decisión, por considerar que iba en contra de los intereses del gobierno y que el ex ministro debía asumir el mando de un batallón, así tras el retiro de French, Churchill fue nombrado teniente coronel del 6º batallón de los Royal Scot Fusiliers. A pesar de que sus intervenciones no fueron destacadas, consiguió recuperar gran parte del prestigio perdido en su país, pero no pudo ocupar el puesto de teniente durante mucho tiempo ya que debido a las numerosas bajas de su batallón, éste tuvo que refundirse con otro y Churchill perdió su cargo ante la mayor antigüedad del teniente coronel de la otra unidad.
Mientras permaneció inactivo en el frente, dedicó gran parte de su tiempo a escribir y mantuvo una nutrida correspondencia con sus contactos en Londres, que le indicaban que podía ser un buen momento para regresar a la vida política. Finalmente regresó y en su primer discurso afirmó que era necesario desarrollar la aviación, como arma de guerra, pero esta idea fue considerada fantasiosa por la mayor parte de los políticos ingleses. Churchill consiguió recuperar su prestigio casi totalmente, ya nadie consideraba que hubiera sido el único responsable de la derrota de los Dardanelos y el Almirantazgo le encargó la elaboración de un relato sobre la batalla de Jutlandia. A pesar del veto de los conservadores, el 16 de julio de 1917, fue nombrado ministro de municiones gracias al apoyo del pueblo; desde este momento desarrollo una actividad febril y potenció la construcción de carros blindados, los cuales prestaron un gran servicio en importantes batallas como la de Cambrai. Churchill se mantuvo en su puesto hasta el fin de la guerra y lloró emocionado cuando llegó la noticia a Londres de que los aliados habían derrotado a los alemanes definitivamente.
Tras la firma del Tratado de Versalles, Churchill afirmó que era necesario intervenir en Rusia en contra de los bolcheviques, pero la coyuntura internacional no era propicia para iniciar de nuevo una guerra. Además expresó que las condiciones impuestas a Alemania podían generar gran resentimiento hacia los aliados y esto a la larga podía ser el inicio de nuevos conflictos.
El período de entreguerras
El 15 de enero de 1919 Lloyd George reformó el gobierno y nombró a Churchill ministro de aire y guerra, desde su nuevo puesto se ocupó de reintegrar en la sociedad civil al gran número de soldados que habían sido reclutados durante la guerra. Poco tiempo después se desató una campaña en su contra, ya que intentó retrasar todo lo posible la salida de Rusia de los ejércitos ingleses.
Los acontecimientos internacionales volvieron a ocupar su atención, así los pueblos árabes que habían estado sometidos a los turcos se sublevaron y Lloyd George eligió a Churchill para ocupar la cartera de colonias. Éste decidió que su más estrecho colaborador sería el coronel Lawrence, el cual le aconsejó que se reuniera con los jefes árabes lo antes posible, de este modo en una asamblea en El Cairo, Churchill respaldó al emir Faysal para que gobernara en Irak y confió al emir Abdullah el gobierno de la Transjordania, además intentó buscar una formula para que palestinos y judíos llegaran al entendimiento. En estos años gran parte de su tiempo libre lo dedicó a escribir sus impresiones sobre la Primera Guerra Mundial en varios tomos. Tras solucionar la crisis de Oriente Medio, fijó su atención en el conflicto irlandés, Churchill pudo llegar al entendimiento con importantes líderes independentistas, como Michael Collins, según sus planes Irlanda pasaría a convertirse en un Estado autónomo dentro del Imperio, pero el Ulster continuaría formando parte de Inglaterra, pero De Valera se negó a firmar el tratado, Collins murió poco tiempo después y Churchill fue amenazado de muerte por el Ejército Republicano Irlandés.
La revolución turca de Mustafá Kemal desencadenó una enorme crisis política en Inglaterra, que supuso la ruptura de la coalición conservadora liberal que permanecía en el poder. Tras una nueva convocatoria electoral Churchill no consiguió mantener su escaño en el distrito de Dundee y fue marginado políticamente por los conservadores, que habían llegado al poder.
Churchill que durante la campaña electoral había sido operado de apendicitis, por consejo de sus médicos emprendió un largo viaje, visitó España e Italia y permaneció 6 meses en Cannes. Finalmente regresó a Inglaterra en la primavera de 1923 y adquirió una finca en el condado de Kent, para retirarse de la vida pública. Tras la muerte del primer ministro Bonar Law, su sustituto, Stanley Baldwin, convocó elecciones a las que decidió presentarse Churchill, por el distrito de West Leicester, aunque una vez más fue derrotado. La llegada de los laboristas al poder le molestó, puesto que opinaba que éstos no tenían fuerza suficiente para gobernar, ya que el apoyo que le prestaban los liberales no podía durar mucho tiempo. La muerte de un diputado en el distrito de la abadía de Westminster, poco tiempo después, le ofreció una nueva oportunidad para ser elegido, aunque debido a sus diferencias con importantes miembros de su partido decidió presentarse de forma independiente, tampoco en esta ocasión consiguió su propósito. Tras la caída del primer gobierno laborista, se convocaron nuevas elecciones y se presentó por el distrito de Epping, en esta elección fue evidente su acercamiento al Partido Conservador. Churchill afirmó en sus discursos que el socialismo revolucionario suponía un gran problema para el mantenimiento del orden y la democracia, y la aparición de la carta de
MCN Biografías, 2015. "Churchill, Winston Leonard Spencer (1874-1965)". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/churchill-winston-leonard-spencer [consulta: 16 de julio de 2025].