Kirchner, Néstor Carlos (1950-2010).
Político argentino nacido el 25 de febrero de 1950 en Río Gallegos (Santa Cruz) y fallecido el 27 de octubre de 2010 en El Calafate (Santa Cruz). Ocupó el cargo de gobernador de la provincia de Santa Cruz durante tres mandatos consecutivos (1991-2003) y el 25 de marzo de 2003 fue investido presidente de la República. El 10 de diciembre de 2007 fue sucedido en el cargo por su esposa, Cristina Fernández de Kirchner.
Graduado en Derecho por la Universidad Nacional de La Plata en 1976, Kirchner militó desde su juventud en las filas del Movimiento Justicialista y desarrolló su trayectoria profesional ligado a la vida pública. Fue presidente de la Caja de Previsión Social en los primeros años de la década de los ochenta y entre 1987 y 1991 fue alcalde de Río Gallegos, su ciudad natal. El 9 de marzo de 1975, contrajo enlace con Cristina Fernández, colega recibida en la misma casa de estudios en el año 1979, unión de la que nacieron sus hijos Máximo en el año 1977, y Florencia en el año 1990.
Las elecciones de 1991 le convirtieron en gobernador de la provincia de Santa Cruz, una responsabilidad ejecutiva que reeditó tras los comicios de 1995 y 1999, mientras en las filas del peronismo ocupaba el cargo de secretario de Acción Política del Concejo Nacional y, desde 1993, el de presidente del Concejo Provincial del Partido Justicialista. En 1996 fundó La Corriente Peronista; nueva facción interna del Justicialismo.
Pocos meses antes de finalizar su gestión al frente de la provincia santacruceña, Kirchner anunció su intención de participar en las elecciones internas del Partido que debían designar al candidato peronista de cara a las presidenciales, previstas para la primavera de 2003. Sin embargo, las disidencias internas se hicieron más que evidentes y, por primera vez en la historia del Partido Justicialista, los peronistas acudieron a las urnas fragmentados en apoyo de tres candidaturas diferentes: la del gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, la del anterior efímero presidente Adolfo Rodríguez Saá y la de Carlos Menem. En este punto de partida, Kirchner contaba con el apoyo explícito del presidente saliente, Eduardo Duhalde, declarado enemigo político de Menem.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales argentinas, celebradas el 27 de abril de 2003, confirmó los pronósticos y colocó las candidaturas de Menem y Kirchner a la cabeza de los resultados; circunstancia que emplazaba a ambos líderes peronistas a disputarse la jefatura del Estado en segunda vuelta. El ex presidente concentró el 24 de los votos y el gobernador santacruceño el 22.
Todas las encuestas daban entonces como favorito a Kirchner y aventuraban un abultada derrota de Menem en la segunda cita con las urnas. No tardaron en circular rumores sobre la intención del ex presidente de abandonar la lucha electoral, y finalmente el 14 de mayo de 2003, cuatro días antes de las elecciones, Menem anunció la retirada de su candidatura. Su gesto, acogido con sorpresa por sus seguidores y con indignación por sus detractores, convirtió a Néstor Kirchner en nuevo presidente electo de la República.
El nuevo jefe del Estado juró el cargo el 25 de mayo de 2003 y anunció, en su discurso de investidura, una lucha implacable contra la corrupción y la impunidad. En esta dirección, sus primeras medidas políticas fueron dirigidas a reformar las cúpulas del poder militar y judicial. Pocos meses después de su investidura, promovió la anulación de las leyes de impunidad, dictadas en 1986 y 1987 (llamadas de Obediencia Debida y Punto Final) que habían impedido procesar a cerca de 2.000 militares acusados de secuestros, torturas, homicidios y desapariciones entre 1976 y 1986. Tras la anulación, el Senado bloqueó las extradiciones y cerró la posibilidad de juicios en el extranjero ya que los criminales de la dictadura ya podían ser juzgados en Argentina. En 2006, numerosos militares y oficiales de policía fueron juzgados en el país.
Con una gestión socioeconómica que comenzaba a trasladar resultados esperanzadores a los indicadores del país y unos índices de popularidad bastante favorables, con una oposición del partido Radical en horas menguantes, el presidente tenía en las filas del dividido Peronismo a sus principales detractores. La tarea de reconciliación se adivinaba ardua, más aún tras las elecciones legislativas de octubre de 2005 en las que los argentinos concedieron su respaldo mayoritario al Frente Para la Victoria (FPV) del presidente, en detrimento del oficialista Partido Justicialista, controlado por Duhalde, lo que representaba un sólido espaldarazo para las aspiraciones de reelección de Kirchner de cara a las presidenciales de 2007.
La economía de Argentina fue paulatinamente resurgiendo de sus cenizas, luego de la tremenda devaluación del peso con respecto al dólar, y la semi ilegal retención de los ahorros en los bancos (sistema que fue conocido como «el corralito»), efectuada por Duhalde, en la que empresarios y población en su conjunto se vieron perjudicados. Nuevamente, luego del colapso del 2001, se registró un impresionante crecimiento de las finanzas (a un ritmo de un 8 anual), desde que Kirchner asumió su mandato. En marzo del 2005, Kirchner anunció que la deuda argentina con algunos de sus acreedores había sido saldada; en enero del 2006, Argentina le pagó al FMI una deuda multimillonaria, mediante canje de deuda, gesto dramático, pero por el que no muchos economistas creen que ha reportado beneficios.
El devenir de su gobierno, a pesar de los buenos resultados financieros, no ocurrió sin tropiezos: en julio de 2004 tuvo que relevar de su cargo al ministro de Justicia por el fracaso en la política implementada en el tema de la seguridad, dado que los índices de criminalidad ascendieron. En noviembre de 2005 el presidente también se vio impulsado a sustituir al ministro de Economía, Roberto Lavagna, por la ex presidenta del Banco Nación, Felisa Miceli, discípula suya, dado que el experimentado funcionario, quien ya había cumplido funciones con Duhalde, y antes con Alfonsín, había censurado el coste elevado de obras públicas. La ministra renunció en 2007, al ser cuestionada por la fiscalía por la procedencia de maletas cargadas de dinero.
En el ámbito exterior, en 2005 se conocieron detalles de corrupción por el pago de un 175 de sobreprecio a la empresa sueca Skanska, por la que ejecutivos de la misma fueron procesados. En 2006 surgió un conflicto internacional con Uruguay, a raíz de la instalación de una planta de tratamiento de celulosa en el país vecino, en que intervino como mediador el rey Juan Carlos de España.
En junio de 2007, el presidente anunció que no presentaría su candidatura, y que en su lugar, lo haría su esposa Cristina Fernández. Kirchner retuvo para sí funciones de presidente del Partido Justicialista (PJ), que logró recuperar luego de un acto con incidentes con sindicalistas, celebrado en Parque Norte. Su esposa ganó las elecciones presidenciales de octubre de 2007 y se convirtió en la primera presidenta electa de Argentina. En la elecciones legislativas del 28 de junio de 2009, Kirchner se presentó a la cabeza de la lista de la formación Frente Justicialista por la Victoria a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires; sin embargo, tras conocerse la derrota de su formación (sólo logró el 32,1 de los votos) renunció a la presidencia del partido, cargo que retomó el 10 de marzo de 2010, un mes después de haber sido operado a causa de una afección en la arteria carótida. El 4 de mayo de 2010 fue nombrado secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
El 27 de octubre de 2010 falleció a los 60 años en su domicilio familiar en la ciudad de El Calafate, donde se encontraba en compañía de su esposa para ser censado, a causa de un fallo cardiaco que le provocó la «muerte súbita». Sus restos mortales fueron trasladados a Buenos Aires, para recibir honores de jefe de Estado en la Casa Rosada, sede del Gobierno.