Grigoriev, Sergei Leonidovich (1883-1968). El legado de un maestro del ballet ruso

Sergei Leonidovich Grigoriev (1883-1968) fue una figura trascendental en el mundo de la danza, cuya influencia perdura aún hoy. Nacido el 5 de octubre de 1883 en Tikhvin, Rusia, y fallecido el 28 de junio de 1968 en Londres, Grigoriev es recordado como un destacado bailarín, maestro de ballet y director de ensayos. Su carrera estuvo estrechamente ligada a la evolución del ballet ruso y su trabajo con la famosa compañía de los Ballets Russes de Diaghilev, una de las instituciones más influyentes en la historia del arte de la danza.
Orígenes y contexto histórico
El contexto en el que Sergei Grigoriev nació y creció fue clave para entender su futuro artístico. A finales del siglo XIX y principios del XX, Rusia experimentaba un periodo de grandes cambios políticos, sociales y culturales. El ballet en Rusia vivía una etapa de oro, principalmente impulsada por la figura de Sergei Diaghilev, quien en 1909 fundó los Ballets Russes, una compañía revolucionaria que trajo consigo innovaciones en la danza, el teatro y la música.
Grigoriev comenzó su formación en la prestigiosa Escuela del Teatro Imperial de San Petersburgo, donde recibió una rigurosa educación en ballet clásico. Al igual que muchos otros artistas de la época, su carrera estuvo profundamente marcada por las transformaciones en la danza rusa, y, como era de esperarse, fue parte fundamental de la evolución de esta disciplina en la primera mitad del siglo XX.
Logros y contribuciones
Carrera en los Ballets Russes de Diaghilev
Sergei Grigoriev se unió a los Ballets Russes de Diaghilev en 1909, donde comenzó a trabajar como maestro y régisseur (director de ensayos). En este puesto, desempeñó un papel esencial en la organización y dirección de las repeticiones de los ballets, labor que le permitió profundizar en el proceso creativo y artístico de las coreografías. Fue uno de los pilares de la compañía, contribuyendo a la consolidación de su éxito y a la creación de numerosas obras maestras que marcaron un antes y un después en la historia del ballet.
Uno de los aspectos más destacados de su carrera fue su participación en el estreno de papeles importantes en varias de las producciones más influyentes de la época. Entre los personajes que interpretó se encuentran el Shah Shariar en Schéhérazade (1910), una obra coreografiada por Mikhail Fokine, y Guidone en Le Coq d’Or (1914), otra pieza de Fokine. También interpretó al Mercader Ruso en La Boutique Fantasque (1919) y al Emperador en Le Chant du Rossignol (1920), ambas coreografiadas por Léonide Massine, otro de los grandes nombres del ballet ruso.
Maestros y discípulos
El trabajo de Grigoriev no se limitó a ser un simple intérprete. Como maestro, formó a varias generaciones de bailarines, y su influencia se extendió más allá de los límites de la danza rusa. Fue conocido por su habilidad para transmitir los secretos de las coreografías de los grandes maestros, como Fokine, Massine y Diaghilev. Su dominio de la técnica, junto con su profunda comprensión de la historia del ballet, le permitió formar a algunos de los más destacados bailarines de la época.
Tras la disolución de los Ballets Russes en 1929, Grigoriev continuó su labor en la compañía de los Ballets Russes de Monte Carlo, más tarde conocida como la Ballets Russes del Coronel de Basil y Original Ballet Russe del Coronel de Basil. En este periodo, trabajó como maestro de ballet y régisseur general, consolidándose como una figura fundamental en la transmisión de las tradiciones de los Ballets Russes a nuevas generaciones.
Colaboraciones destacadas
En 1954, Grigoriev y su esposa, la bailarina Lubov Tchernicheva, colaboraron en la puesta en escena de los ballets L’Oiseau de Feu y Las Sílfides para el Sadler’s Wells Ballet. Estas representaciones fueron una re-creación de las coreografías originales de Fokine, lo que permitió que el legado de los Ballets Russes siguiera vivo en el repertorio de importantes compañías internacionales. Esta colaboración con Tchernicheva, quien también había sido una gran figura del ballet, se convirtió en una de las experiencias más enriquecedoras de su carrera.
Otros trabajos y publicaciones
A lo largo de su carrera, Grigoriev también trabajó para el London Festival Ballet y el Teatro de la Scala, dos de las instituciones más prestigiosas del mundo de la danza. Fue un defensor de la preservación del estilo y las coreografías originales de los Ballets Russes, lo que le permitió desempeñar un papel esencial en la conservación de la historia del ballet ruso.
Además de su trabajo como bailarín y maestro, Grigoriev fue autor de The Diaghilev Ballet 1909-1929 (Londres, 1953), un libro que se convirtió en una obra de referencia para los estudiosos del ballet y que ofrece una mirada detallada sobre el impacto y la evolución de los Ballets Russes bajo la dirección de Diaghilev.
Momentos clave en la carrera de Sergei Grigoriev
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1909: Se une a los Ballets Russes de Diaghilev, comenzando a trabajar como maestro y régisseur.
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1910: Estreño el papel de Shah Shariar en Schéhérazade de Fokine.
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1914: Participa en la obra Le Coq d’Or (Fokine), donde interpreta a Guidone.
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1920: Es el Emperador en Le Chant du Rossignol, una obra coreografiada por Massine.
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1929-1952: Continúa su trabajo con los Ballets Russes de Monte Carlo y sus sucesores.
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1954-1955: Colabora con su esposa, Lubov Tchernicheva, en la puesta en escena de L’Oiseau de Feu y Las Sílfides.
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1953: Publica The Diaghilev Ballet 1909-1929, una obra fundamental sobre la historia de los Ballets Russes.
Relevancia actual
A pesar de su fallecimiento en 1968, Sergei Grigoriev sigue siendo una figura clave en el legado de los Ballets Russes. Su trabajo no solo influyó en las generaciones posteriores de bailarines y coreógrafos, sino que también contribuyó al reconocimiento internacional de las producciones de los Ballets Russes. En la actualidad, su influencia sigue viva en muchas de las compañías de ballet más importantes del mundo, que continúan presentando obras de Fokine, Massine y otros grandes coreógrafos bajo su dirección y supervisión.
Su dedicación al arte del ballet, su enfoque en la preservación de las tradiciones y su capacidad para innovar dentro del marco clásico han convertido a Grigoriev en un referente fundamental para el estudio y la práctica del ballet. De esta forma, Sergei Grigoriev no solo es recordado como un gran maestro y bailarín, sino también como un guardián de la memoria de los Ballets Russes, cuya influencia sigue vigente en el mundo del ballet hasta el día de hoy.
MCN Biografías, 2025. "Grigoriev, Sergei Leonidovich (1883-1968). El legado de un maestro del ballet ruso". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/grigoriev-sergei-leonidovich [consulta: 28 de septiembre de 2025].