Gordiano III (225-244). El emperador adolescente que desafió a Persia
El emperador Gordiano III (225-244) fue uno de los soberanos más jóvenes y efímeros del Imperio Romano, cuyo mandato estuvo marcado por la inestabilidad política, las luchas internas y la amenaza constante de invasiones bárbaras. Con tan solo trece años, Gordiano III fue proclamado emperador tras el asesinato de sus predecesores. Aunque su juventud lo relegó a un papel más simbólico que efectivo, su reinado dejó una profunda huella en la historia de Roma y su relación con el Imperio Persa.
Orígenes y contexto histórico
Nacido en el año 225 d.C., Marco Antonio Gordiano III pertenecía a la influyente dinastía Gordiana. Era nieto de Gordiano I, quien en el 238 d.C. fue proclamado emperador por los latifundistas de África como respuesta a las excesivas exacciones de Maximino. Tras la trágica muerte de su abuelo y de su tío Gordiano II, el joven Gordiano III fue designado césar por el Senado, en un momento de gran convulsión política.
La elección de Gordiano III representaba una esperanza para estabilizar un imperio desgarrado por los conflictos internos y las continuas amenazas externas. Sin embargo, su corta edad hizo que quedara bajo la tutela de poderosos prefectos del pretorio, como Timesiteo y Filipo, quienes ejercieron un control efectivo sobre las decisiones del imperio.
Logros y contribuciones
A pesar de las limitaciones impuestas por su juventud, el reinado de Gordiano III logró ciertos avances significativos en la defensa y administración del imperio. Su matrimonio con Furia Sabina Tranquilina, hija de Timesiteo, consolidó una alianza que fortaleció su posición como emperador. Además, su política se caracterizó por algunos hitos notables:
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Desintegración de la legio III Augusta, unidad militar responsable de la muerte de sus familiares Gordianos. Esta legión no sería reconstruida hasta el reinado de Valeriano.
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Recuperación de territorios en Oriente: gracias a la habilidad militar de Timesiteo, lograron sofocar rebeliones en las provincias del Danubio y reconquistar ciudades estratégicas como Antioquía, Carras y Níbisi.
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Fortalecimiento de la frontera del Danubio, controlando a godos y sármatas mediante campañas militares que garantizaron la paz temporal en esta región.
Estas acciones contribuyeron a contener, aunque solo momentáneamente, la presión de los pueblos bárbaros y la amenaza persa, manteniendo la integridad del Imperio Romano.
Momentos clave
El breve pero intenso reinado de Gordiano III estuvo jalonado de episodios dramáticos que marcaron su ascenso y caída. A continuación, un listado de los momentos más destacados:
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238 d.C.: El Senado romano nombra césar a Gordiano III tras la muerte de Pupieno y Balbino, asesinados por la guardia pretoriana.
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241 d.C.: Gordiano III se casa con Furia Sabina Tranquilina, fortaleciendo la alianza con Timesiteo.
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242 d.C.: Inicia una gran campaña militar en Oriente contra el Imperio Persa.
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242-243 d.C.: Victoria en Antioquía y conquista de Carras y Níbisi, gracias a la dirección de Timesiteo.
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243 d.C.: Fallecimiento de Timesiteo durante la campaña oriental, debilitando la posición del joven emperador.
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11 de febrero de 244 d.C.: Derrota de las tropas romanas en la batalla del Éufrates frente a Sapor I, rey de Persia.
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244 d.C.: Asesinato de Gordiano III en Zaitha (Mesopotamia) por orden de Filipo, quien asume el título de emperador.
Estos acontecimientos reflejan no solo la turbulencia de la época, sino también la constante pugna por el poder entre las élites militares y senatoriales, en un imperio al borde de la crisis.
Relevancia actual
La figura de Gordiano III sigue siendo un símbolo de la fragilidad de los emperadores adolescentes en la historia romana. Su reinado se enmarca en un período de intensos cambios y transformaciones, en el que la autoridad imperial se veía cuestionada por las lealtades de las tropas y la influencia de poderosos prefectos. A nivel historiográfico, su mandato ofrece claves para comprender la compleja transición entre la estabilidad de la dinastía Severa y el caos de la crisis del siglo III.
La breve trayectoria de Gordiano III pone de manifiesto el modo en que las ambiciones personales y las intrigas políticas podían determinar el destino de un emperador. Su ascenso al poder como césar elegido por el Senado reflejaba un intento de reconciliar las aspiraciones senatoriales con las demandas del ejército. Sin embargo, la tragedia de su asesinato a manos de su propio prefecto ilustra la brutal realidad del poder romano: en última instancia, la autoridad residía en la fuerza de las armas y en la habilidad de quienes controlaban el ejército.
En la actualidad, los historiadores valoran el gobierno de Gordiano III no tanto por sus éxitos militares o políticos —que fueron limitados por su corta edad y la inestabilidad del imperio—, sino por el papel que desempeñó como figura de unión y legitimidad en un momento de crisis. El Senado romano, al elegirlo como césar, intentó restaurar la tradición republicana de nombrar a los gobernantes, pero la práctica demostró que la lealtad militar era el verdadero sostén del trono imperial.
El nombre de Gordiano III perdura como un testimonio de las complejas relaciones entre el Senado, la guardia pretoriana y los pueblos que amenazaban las fronteras del imperio. Aunque su figura fue manipulada por los poderosos prefectos y su final estuvo marcado por la traición, Gordiano III representa un capítulo fascinante en la historia de Roma: la historia de un niño emperador que, durante seis años, fue la esperanza de un imperio en decadencia.
Bibliografía
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MCN Biografías, 2025. "Gordiano III (225-244). El emperador adolescente que desafió a Persia". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/gordiano-iii-marco-antonio-emperador-de-roma [consulta: 29 de septiembre de 2025].