Gibernau, Sete (1972-VVVV).


Motociclista español nacido en Barcelona el 15 de diciembre de 1972, uno de los pilotos españoles presentes en el Campeonato del Mundo de motociclismo desde su debut en 1996.

A Manuel «Sete» Gibernau su afición por las motos le vino, sin duda alguna, por herencia familiar, ya que es miembro de una de las sagas de motociclistas más importantes de España: los Bultó. Nieto de Paco Bultó, el fundador de la dinastía y de las fábricas de motocicletas Bultaco y Montesa, Sete siguió el camino elegido por varios de sus tíos y primos, así como de su hermano Borja, y con apenas dos años ya poseía su propia máquina Bultaco. Tras competir durante su adolescencia en las especialidades de trial y motocross, en 1990 corrió su primera prueba importante, la Copa Gilera. Al año siguiente se proclamó Campeón de España de 125 c.c., y en 1992 participó como piloto wild-car (‘comodín’) en el Gran Premio de España de 250 c.c. La creación en 1993 del Open Ducados le dio la oportunidad de formar parte del equipo Yamaha dirigido por el mítico Kenny Roberts, con el que además de lograr varios triunfos y adquirir la experiencia necesaria para correr en la alta competición, trabajó como instructor y piloto probador de las motos de 500.

En 1996 debutó en el Campeonato del Mundo de 250 c.c. con una Honda no oficial, y a falta de cuatro pruebas para finalizar la temporada Wayne Rainey le reincorporó al equipo Yamaha en sustitución del japonés Tetsuya Harada. En 1997 pasó a ser piloto oficial de Yamaha en el Campeonato de 500, pero a pesar de obtener algunos buenos resultados, octavo en Indonesia, séptimo en Alemania, sexto en el Gran Premio de Australia y la decimotercera plaza final en la clasificación, quedó fuera del equipo cara a la temporada siguiente. La lesión de Takuma Aoki, piloto oficial Repsol-Honda, le dio la oportunidad de correr el Mundial de 1998 a los mandos de una NSR 500 V2, máquina con la que logró subir por primera vez al podio en el Gran Premio de Madrid, en la tercera plaza, y obtener un meritorio cuarto puesto en el Gran premio de Cataluña. En 1999, Honda puso a su disposición la V4 pilotada por Doohan, y los resultados no se hicieron esperar; esta temporada, ciertamente la de su consagración en la categoría reina del motociclismo, fue segundo en Sudáfrica, tercero en los grandes premios de España, Cataluña y Holanda, cuarto en Francia, y quinto en Japón y Brasil, además de finalizar siempre entre los diez primeros a excepción de dos carreras.

Tras un desastroso campeonato de 2000 en el que bajó hasta el decimoquinto puesto de la clasificación general, en 2001 fichó por Suzuki, equipo en el que sumó su primera victoria en una carrera del Mundial: el Gran Premio de la Comunidad Valenciana. La temporada 2002 también resultó aciaga para el piloto español que concluyó el Campeonato en la decimosexta plaza.

Con Honda, Gibernau recuperó en 2003 el pulso del Mundial y debutó con un meritorio cuarto puesto en el GP de Japón, prueba en la que su compañero de equipo, el piloto japonés Daijiro Kato sufrió un dramático accidente que le costó la vida días más tarde en un hospital. Decidido a rendir un sentido homenaje a Kato, Sete resistió el acoso del vigente campeón del mundo Valentino Rossi y logró una victoria espectacular en el GP de Suráfrica. Después llegó la decepción del GP de España, con abandono del piloto catalán por una caída pero, dos semanas más tarde, Gibernau volvió a ofrecer un espectáculo memorable a los aficionados al motociclismo y se coronó campeón en Le Mans, por delante de Rossi y Barros. Aquel GP de Francia pasó a la historia como la jornada en la que tres pilotos españoles subieron a lo más alto del podio en las tres categorías del Mundial. Dani Pedrosa en 125 cc y Toni Elías en 250 cc siguieron la estela de Sete en la prueba reina.

Gibernau volvió a ser el mejor en Holanda, en el mítico circuito de Assen y en una jornada de intensa lluvia. El piloto catalán lanzó un ataque fulgurante desde la primera vuelta y logró su tercer triunfo de la temporada por delante de Biaggi y Rossi. Los tres pilotos volvieron a subir al podio tras el GP de Gran Bretaña aunque, en esta ocasión, Sete ocupó el segundo cajón. La novena cita del Mundial, el GP de Alemania, fue de nuevo escenario de una actuación espectacular del piloto catalán. La carrera estuvo marcada por un intenso duelo entre Sete y el italiano Rossi hasta que Gibernau resolvió la contienda contra el campeón del mundo con un adelantamiento magistral en la última curva, que le permitió cruzar la meta en primera posición. El piloto barcelonés mantuvo un comportamiento extraordinario sobre la moto hasta el final del Campeonato; conquistó cuatro segundos puestos y se proclamó subcampeón del mundo, por detrás del italiano Valentino Rossi.

El comienzo de la temporada 2004 vino marcado por el anuncio de que Rossi abandonaba el equipo Honda y comenzaba la temporada con Yamaha, lo que suponía que afrontaría el nuevo Campeonato con una moto inferior a la de sus rivales más directos. No obstante, Gibernau comprobó que, a pesar de las dificultades, Rossi seguía siendo el temible piloto de siempre cuando consiguió subir a lo más alto del podio en el primer GP, en Sudáfrica. Pero tres cuartos puestos de «il dottore» fueron contestados con dos primeros y un segundo puesto por el corredor barcelonés, lo que suponía que Gibernau lideraba el Campeonato. Sin embargo, dos abandonos seguidos en Brasil y Alemania decantaron la balanza del lado de Rossi, lo que fue además ratificado por dos cajones de Rossi en Gran Bretaña y Portugal, y dos segundos puestos en la República Checa (donde Sete consiguió una magnífica victoria) y Japón. Así las cosas, y con un abandono de Rossi en Qatar, la clasificación se quedó en una exigua diferencia de catorce puntos a favor del piloto italiano. Sin embargo, Rossi demostró de nuevo su poderío en las tres últimas pruebas, al conseguir sendos primeros puestos que relegaron a Gibernau por segundo año consecutivo a un segundo lugar en la clasificación, tras haber conseguido llegar cuatro veces a lo más alto del podio. Con 257 puntos por 304 de Rossi, Gibernau remató una excelente temporada con otro subcampeonato del mundo, aunque con un sabor de boca final agridulce, al haber tenido a tiro de piedra al piloto italiano hasta prácticamente el final de temporada.

La temporada 2005, sin embargo, fue la peor de su carrera deportiva. Ilusionado por sus dos subcampeonatos consecutivos, el piloto barcelonés partía como uno de los favoritos para desbancar a Rossi del primer puesto. Tanto él mismo como su escudería pusieron muchas esperanzas en su Honda. Sin embargo, desde la segunda jornada, en Estoril, donde sufrió la primera caída de la temporada, su paso por los circuitos fue un auténtico calvario de problemas mecánicos y, porque no, mala suerte. Sumó cuatro segundos puestos, pero su mono de cuero fue a parar al duro asfalto de los circuitos hasta en cinco ocasiones (la citada de Portugal y en Italia, Inglaterra, Japón y Malaisia), lo que desesperó al piloto hasta tal punto que decidió abandonar la marca japonesa al finalizar la temporada y fichar por Ducati, con la que confiaba obtener mejores resultados en la temporada 2006. Al final del curso 2005 acabó en séptima posición, lejísimos de la cabeza.

MAH