Ekaterina Vasilievna Geltzer (1876-1962): La Maestra de la Danza Rusa

Ekaterina Vasilievna Geltzer (1876-1962) es una de las figuras más representativas de la danza clásica rusa, cuya influencia perdura hasta nuestros días. Conocida por su técnica refinada, su profundo sentido dramático y su dedicación a preservar el repertorio tradicional ruso, Geltzer marcó un hito en la historia de la danza no solo como bailarina, sino también como pedagoga. A lo largo de su vida, contribuyó de manera significativa al desarrollo y la evolución del ballet ruso en una época llena de turbulencias políticas y sociales.
Orígenes y contexto histórico
Ekaterina Vasilievna Geltzer nació el 14 de noviembre de 1876 en Moscú, Rusia, en una familia vinculada estrechamente al mundo del teatro. Su padre, Vasili Geltzer, fue un conocido bailarín de mimo y regidor del prestigioso Teatro Bolshoi. Gracias a este entorno artístico, Ekaterina creció rodeada de una profunda influencia cultural que la llevó a iniciarse en la danza a una edad temprana. A los ocho años, ingresó en la Escuela Coreográfica de Moscú, donde comenzó a desarrollar una sólida base técnica bajo la tutela de su maestro José Méndez. Su habilidad y dedicación a la danza la llevaron a graduarse en 1894, con apenas 18 años.
Desde su ingreso al Teatro Bolshoi, Geltzer comenzó a forjar su carrera profesional. En sus primeros años, se desempeñó como bailarina en la compañía, pero rápidamente evidenció su gran talento, lo que la llevó a formar parte de las filas de la danza más destacadas de la época. Su carrera dio un giro importante cuando decidió mudarse a San Petersburgo, donde se unió a los estudios de Christian Johansson, un coreógrafo y pedagogo que, con su enfoque refinado, ayudó a Geltzer a mejorar aún más su estilo y técnica. Esta decisión sería crucial, pues le permitió alcanzar niveles de virtuosismo que la harían famosa en toda Europa.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera, Geltzer destacó no solo como intérprete, sino también por su capacidad para transmitir emociones a través de la danza. En 1901, fue nombrada prima ballerina de la compañía, un título que le permitió desempeñar los papeles principales en los ballets más importantes de la época. Entre sus interpretaciones más célebres se encuentran los papeles protagónicos en los ballets Harlequinade (1907) y Salammbô (1910), ambos coreografiados por Alexander Gorsky. Estos estrenos marcaron su ascenso definitivo como una de las figuras más destacadas del ballet clásico ruso.
Además de su trabajo en los teatros de Moscú, Geltzer tuvo la oportunidad de realizar giras internacionales. En 1910, viajó con los Ballets Russes de Diaghilev a Berlín y París, dos de las ciudades más influyentes de la época en cuanto a cultura y danza. Fue en París donde interpretó papeles destacados, como en Les Orientales, de Mikhail Fokine, y también participó en el famoso Vals de Las Sílfides, un ballet que ejecutó durante las ausencias de Tamara Karsavina, otra gran estrella del ballet ruso.
El legado de Geltzer en el ballet soviético
La Revolución de 1917 fue un punto de inflexión no solo para la política rusa, sino también para la vida artística del país. En este contexto de cambios radicales, Geltzer y su esposo, Vasili Tikhomirov, se establecieron en Moscú, donde continuaron luchando por mantener el repertorio tradicional del ballet ruso. En 1921, Geltzer fundó un grupo denominado Artistas del Pueblo Soviético, con el objetivo de preservar el estilo de danza rusa frente a las influencias extranjeras, especialmente las italianas y francesas, que comenzaban a ganar terreno en la escena artística.
Uno de los logros más notables de este período fue la creación del primer ballet típicamente soviético: La Amapola Roja (1927). Este ballet fue coreografiado por Vasili Tikhomirov y Lev Lashchilin, y Geltzer desempeñó el papel principal de Tao-Hoa. La obra se convirtió en un referente de la danza soviética y reflejó los valores del nuevo régimen, a la vez que mantenía la tradición del ballet ruso.
Momentos clave en la vida de Geltzer
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1894: Graduación en la Escuela Coreográfica de Moscú.
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1901: Nombrada prima ballerina en el Teatro Bolshoi.
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1907-1910: Estreno de los ballets Harlequinade y Salammbô, ambos coreografiados por Alexander Gorsky.
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1910-1911: Viaje con los Ballets Russes de Diaghilev a Berlín y París.
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1917: Tras la Revolución Rusa, se traslada a Moscú y lucha por preservar la tradición del ballet clásico ruso.
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1921: Fundación de Artistas del Pueblo Soviético.
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1927: Estreno de La Amapola Roja, primer ballet soviético, con coreografía de Vasili Tikhomirov y Lev Lashchilin.
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1925: Recibe el título de Artista del Pueblo de la URSS, siendo la primera bailarina en obtener esta distinción.
Relevancia actual
El impacto de Ekaterina Geltzer en la danza rusa y mundial sigue siendo evidente en la forma en que se enseña y se practica el ballet hoy en día. Su influencia como pedagoga ha dejado una huella imborrable en las generaciones posteriores de bailarines, quienes continúan preservando su legado y técnica. Además, su enfoque dramático y su dedicación a la perfección técnica siguen siendo fuente de inspiración para bailarines y coreógrafos contemporáneos.
A pesar de su retiro como bailarina a finales de la década de 1930, Geltzer continuó su labor educativa y formó a una gran cantidad de artistas que continuaron llevando la bandera de la danza rusa en el escenario internacional. Su visión, que priorizaba el estilo tradicional ruso, jugó un papel clave en la transición del ballet clásico al ballet soviético, asegurando que la danza fuera un vehículo para la expresión cultural del nuevo régimen soviético.
En la actualidad, su figura es reconocida no solo en Rusia, sino en todo el mundo, como una de las grandes maestras de la danza. Además, su trabajo como pedagoga continúa siendo una referencia fundamental en las academias de ballet más prestigiosas.
Conclusión
Ekaterina Vasilievna Geltzer no solo fue una de las más grandes bailarinas de su tiempo, sino también una figura clave en la preservación y evolución del ballet ruso. Desde su papel fundamental en los ballets de Alexander Gorsky hasta su contribución al ballet soviético en colaboración con Vasili Tikhomirov, su legado sigue siendo una parte esencial de la historia de la danza. Al mirar su vida, podemos ver cómo una artista puede transformar no solo el arte que practica, sino también la cultura en la que está inmersa, dejando una huella que perdura más allá de su tiempo.
MCN Biografías, 2025. "Ekaterina Vasilievna Geltzer (1876-1962): La Maestra de la Danza Rusa". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/geltzer-ekaterina-vasilievna [consulta: 28 de septiembre de 2025].