Ferrera, Francisco (1794-1851).
Militar y político hondureño, primer presidente de la República de Honduras (1841-1845). Nació en el año 1794, en Cantarranas, actual San Juan de Flores (Honduras), y murió en el año 1851, en Chalatenango ( Honduras).
Perteneciente a una familia humilde, de joven desempeñó diversos oficios para poder subsistir, tales como el de organista y sacristán de iglesia, hasta que, en el año 1827, con el estallido de la guerra por la independencia contra la Corona de España, abrazó la carrera militar. Se distinguió muy pronto por sus grandes dotes de mando y por su valor en todos los enfrentamientos en los que participó, por lo que, en abril de ese mismo año, fue ascendido al grado de capitán de dragones. Posteriormente, Ferrera ingresó en el ejército del general Francisco Morazán (primer presidente de la Federación de las Provincias Unidas de Centroamérica), donde alcanzó el grado de teniente coronel. Nombrado jefe de la intendencia de Tegucigalpa, en el año 1832 abandonó dicho puesto para ponerse al mando de los ejércitos destinados a combatir a Domínguez, al que derrotó de forma contundente en las sucesivas batallas de Tercales, Trujillo y La Ofrecedora.
En el año 1834, Ferrera fue nombrado vicepresidente por el jefe de Estado hondureño, Joaquín Rivera, al que sustituyó, desde septiembre de 1834 a enero de 1835, por motivos de salud, período en el que Ferrera comenzó a dar muestras fehacientes de su poca disposición por permanecer dentro de la Federación de Estados que se había formado en el año 1830, con Morazán como cabeza visible. Así pues, al producirse la ruptura definitiva del pacto federal, en 1838, Ferrera proclamó la independencia política de Honduras y se declaró en contra del Gobierno del presidente Herrera. Refugiado junto con sus tropas leales en Tegucigalpa, cuyo departamento puso bajo la protección directa de Nicaragua, estado que también pretendía separarse de la Federación, Ferrera se dispuso a invadir El Salvador, en cuya campaña contó con tropas nicaragüenses enviadas por su presidente, Joaquín Cossío, pero fue derrotado por Francisco Morazán, el 6 de abril de 1839, en la Batalla de El Espíritu Santo, tras de lo cual se vio obligado a buscar refugio temporal en Nicaragua.
Durante su corto período de exilio en Nicaragua, Ferrera entabló conversaciones de paz por Morazán, que se interrumpieron cuando Ferrera volvió a invadir El Salvador.
Sin darse por vencido en su deseo de separarse definitivamente de la Federación, Ferrera se unió al ejército del general nicaragüense Quijano, para marchar contra el general Cabañas, al que derrotaron sin paliativos. La posterior derrota de Morazán frente a las tropas guatemaltecas, en abril del año 1840, aseguró lo que tanto ansiaba Ferrera, la independencia de Honduras y su ordenación como República. El 30 de diciembre del mismo año, la Asamblea Constitucional hondureña nombró a Francisco Ferrera primer presidente de la República, no sin antes valerse de diversas coacciones ejercidas sobre los diputados más reticentes a la separación definitiva de la Federación.
Su Gobierno, profundamente conservador, se caracterizó por la aplicación de una serie de medidas de gran dureza y por la represión que desencadenó contra todos los movimientos de protesta que surgieron contra su política favorable a las oligarquías agrarias y a la Iglesia. Ferrera reorganizó el ejército, estableciendo el servicio militar obligatorio; mejoró sensiblemente la instrucción pública; introdujo una serie de leyes de carácter hacendístico y fiscales, como el aumento de los impuestos y la reorganización de las rentas provenientes del tabaco y de la producción de aguardiente; restauró por completo los antiguos privilegios de la Iglesia, es decir, el fuero eclesiástico y el diezmo, además de fundar, en el año 1843, el Colegio Tridentino de Comayagua; y, por último, declaró vigentes las leyes españolas con carácter supletorio en vista del vacío legal por el que pasaba en esos momentos la joven República de Honduras.
Reelegido en el año 1843, Ferrera continuó combatiendo todos los intentos revolucionarios provenientes de las filas federales y de los morazanistas y consiguió una importante victoria en la Batalla de Texiguat, contra una coalición de federales y tropas nicaragüenses. En virtud del Pacto de Chinandega, firmado el mismo año de su reelección, Ferrera se unió al general guatemalteco Rafael Carrera para combatir nuevamente a El Salvador, y reconoció el protectorado británico de Mosquitia.
En el año 1845, Ferrera fue sustituido por Coronado Chávez (1845-1847), quien le confió el ministerio de la Guerra hasta el año 1847, fecha en la que volvió a ser elegido presidente. Renunció al cargo a los pocos días por la falta de apoyo. Apartado totalmente de la política activa, Ferrera pasó el resto de su vida escribiendo algunos trabajos en prosa y poesía. Murió en el año 1851, en Chalatenango.
Bibliografía.
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BETHELL, Leslie: Historia de América Latina: América Latina independiente (1820-1870). (Barcelona: Crítica. 1991).
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PINEDA PORTILLO, Noé y LUZÓN BENEDICTO, José Luis: Honduras. (Madrid: Anaya. 1988).
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VV.AA: Historia de Iberoamérica: Historia Contemporánea. v. 3 (Madrid: Cátedra. 1988).
C. Herráiz García.