Errázuriz Zañartu, Federico (1825-1877).
Político chileno nacido el 25 de abril de 1825 en Santiago de Chile. Era hijo de Francisco Javier Errázuriz Aldunate y de Josefa Zañartu Manso de Velasco, y se casó con Eulogia Echaurren García-Huidobro. Estudió en el Seminario Conciliar y en el Instituto Nacional. Se graduó como abogado en la Universidad de Chile el 29 de septiembre de 1846. Fue miembro en 1847 de la Facultad de Leyes, y de la Facultad Tecnológica en 1848.
Sus primeros contactos con la política datan de 1849, cuando participó en la fundación del Club de la Reforma. Fue parlamentario en 1849 por Caupolican, y en 1855 por Molina. Participó activamente en el Motín de Ureola en contra de Manuel Montt, pero al fracasar este levantamiento tuvo que emigrar desterrado a Perú. De regreso al país, fue elegido diputado por Lontué. Su reincorporación al área pública se confirmó al ser elegido diputado por Santiago en 1861 e intendente por la misma provincia en 1865. También tuvo una destacada participación en varios gabinetes: fue Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública. Como fruto de su prestigiosa carrera política, se convirtió en 1867 en senador, y en 1871 en presidente de la República.
Gobierno (1871-1876).
El presidente Federico Errázuriz Zañartu había llegado al poder apoyado por la Fusión Liberal-Conservadora en 1871. Dos años después de iniciado el gobierno se presentaron serias dificultades con el Partido Conservador, en lo que se llamaron “cuestiones teológicas”, que se referían principalmente a la educación. El presidente Errázuriz se desprendió entonces de los conservadores y organizó un gabinete integrado por liberales y radicales. A esta combinación política se le llamó Alianza Liberal.
El período entre 1873 y 1875 se caracterizó por la ejecución de importantes reformas políticas, entre las que cabe destacar la incorporación a la Constitución de los derechos de reunión, asociación y libertad de enseñanza; esta última disposición provocó abusos que obligaron al Ministro de Educación, Abdón Cifuentes, a renunciar a su cargo. Por otra parte, en cuanto al sistema electoral, los senadores serían elegidos por votación directa y durarían seis años en su cargo; además, estableció la incompatibilidad entre el cargo de diputado o senador y el cargo retribuido de nombramiento exclusivo del presidente de la República. Quitó el derecho a voto a los ministros en el Consejo de Estado y dio entrada a representantes de las Cámaras. Suprimió el procedimiento para acusar a los ministros de Estado, con lo que se facilitó al Legislativo la fiscalización de los actos del Ejecutivo. Se restringieron considerablemente también las facultades del Ejecutivo en los casos del Estado de Sitio y se dificultó el conceder facultades extraordinarias al Presidente. Se estableció el voto acumulativo para las elecciones de diputados, abandonando el sistema de lista completa. La renta exigida por la Constitución para tener derecho a voto fue reemplazada por la presunción de que todo individuo que sabe leer y escribir goza de la renta que la Constitución exige para ser ciudadano activo (1874). Se consagró el concepto de Sufragio Universal en forma expresa mediante la reforma constitucional de 10 de agosto de 1888.
Además de estas reformas constitucionales, en 1874 se propusieron la Ley del Código Penal y la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales de Justicia. Uno de los puntos más discutidos de esta última hace referencia a la supresión del fuero eclesiástico; es decir, los miembros del clero quedaban, en caso de necesidad, sometidos a los tribunales civiles y no a los tribunales eclesiásticos. Otro punto de esta Ley estableció la Suspensión de los recursos de fuerza; es decir, supresión del derecho de los sacerdotes a apelar ante la justicia civil de las resoluciones de un Tribunal Eclesiástico.
Tampoco su gobierno dejó de lado las obras públicas; de hecho, se realizaron en este campo múltiples avances: la extensión del ferrocarril desde Curicó hasta Chillán, y de ahí hasta Talcahuano y Angol; la construcción del Malecón en la Ciudad de Valparaíso; la finalización de la construcción de la Universidad de Chile y del Congreso Nacional; y la construcción del Palacio de la Exposición de 1875 en la Quinta Normal de Agricultura. Estas faenas tuvieron un complemento exitoso a cargo del intendente de Santiago Benjamín Vicuña Mackena, quien transformó la ciudad y convirtió el Cerro Santa Lucía en un paseo público. Al mismo tiempo, el Parque Cousiño pasó a ser un lugar de esparcimiento para los ciudadanos de Santiago.
A pesar de la grave situación económica de los últimos años de su gobierno, el presidente Errázuriz logró finalizar su período y entregar el mando el 18 de septiembre de 1876 a Aníbal Pinto.