Enríquez Gallo, Alberto (1895-1962).
Militar y gobernante ecuatoriano, nacido en la hacienda «Pachuzala», en la parroquia de Tanicuchi (cantón Latacunga), el 24 de julio de 1895, y muerto en Quito el 13 de julio de 1962. Ocupó la presidencia de la república como dictador desde el 23 de octubre de 1937 hasta el 10 de agosto de 1938. Hizo sus estudios de primaria en la escuela de los Hermanos Cristianos, y empezó los de secundaria en el colegio Vicente León de Latacunga, para terminarlos en el Mejía de Quito.
Desde que presenció los combates de Chasqui (1906), sintió fuerte inclinación hacia la vida militar. Al estallar el conflicto con Perú en 1910, y contando apenas con 15 años de edad, se enroló voluntariamente en el batallón Pichincha como tambor. Después, en diferentes cursos y acciones bélicas, fue ascendiendo en el escalafón militar hasta el grado de general que le concedió el presidente Federico Páez, en 1935. Participó en la revolución militar que destituyó al presidente Gonzalo S. Córdova en 1925, y defendió al presidente Isidro Ayora conjurando una sublevación en su contra. También apoyó el derrocamiento de Velasco Ibarra -apoyando el ascenso de Antonio Pons Campuzano– en 1934, cuando aquél pretendía proclamarse dictador. Al año siguiente, Enríquez promovió la dictadura de su padrino Federico Páez; pero cuando éste pretendía constituirse presidente por cuatro años, Enríquez fue proclamado dictador por los militares. Se mantuvo en el poder durante nueve meses y medio, hasta que, en gesto honroso y noble, abdicó tal como lo había prometido, una vez que la Asamblea Constituyente nombró nuevo presidente. Durante su mandato dictó varias leyes importantes para el país: aprobó el Estatuto Jurídico de las Comunidades Campesinas; dictó la ley y el Reglamento General de Cooperativas, la Ley de Asistencia Social, la del Matrimonio Civil, el Código de Menores y el Código de Trabajo (1938), cuerpo de leyes que regula las relaciones obrero-patronales y reconoce necesarias garantías para los trabajadores, inclusive el derecho a la huelga. Su breve administración pasó a la historia como un período de paz, de libertad y de progreso social y jurídico.