Decio, Cayo Mesio Quinto Trajano. Emperador de Roma (201-251): El líder romano que desafió la crisis del Imperio

Cayo Mesio Quinto Trajano Decio, más conocido como Decio, fue un emperador romano que gobernó entre los años 248 y 251 d.C. Nació en el 201 en Budalia, cerca de Sirmium, en Panonia, y murió en 251 en Abryttos, en la región de Mesia, tras una corta pero agitada administración. Su figura está asociada con las profundas crisis que afectaron al Imperio Romano en el siglo III, una época marcada por invasiones bárbaras, tensiones internas y persecuciones religiosas. Su legado, aunque breve, tuvo un impacto significativo en la historia del imperio, especialmente por sus esfuerzos para restaurar el orden en medio del caos.

Orígenes y contexto histórico

Decio nació en una familia senatorial de gran renombre en el Illyrico, una región situada entre los Balcanes y el Danubio, que más tarde sería crucial para el desarrollo del Imperio Romano. Su ascendencia ilírica lo colocó en el grupo de emperadores conocidos como los «emperadores illíricos», quienes ocuparon el trono imperial en un período convulso de la historia romana.

El contexto histórico en el que Decio ascendió al poder estuvo marcado por una grave crisis del Imperio Romano. A lo largo del siglo III, Roma vivió una serie de enfrentamientos tanto internos como externos. Los usurpadores eran una constante, las invasiones bárbaras y la presión económica minaban la estabilidad del imperio. En este escenario, Decio fue designado por el emperador Filipo el Árabe para liderar las tropas en la defensa de las fronteras del Danubio, una región constantemente asediada por tribus germánicas y otras naciones bárbaras.

Logros y contribuciones

La victoria sobre las incursiones bárbaras

En 245 d.C., Decio fue enviado por Filipo el Árabe para comandar las legiones que defendían la región del Danubio, una de las zonas más vulnerables del Imperio Romano. Los godos, los carpos, los taifalos, los vándalos y los pecinos habían desolado la región de Histria, y la amenaza sobre Marcionópolis era inminente. Decio, con su notable capacidad militar, logró una victoria decisiva contra estas tribus, lo que le otorgó el reconocimiento de sus tropas y, eventualmente, su aclamación como emperador.

La persecución de los cristianos

Una de las características más controvertidas del reinado de Decio fue su política hacia los cristianos. En un intento por reforzar las tradiciones romanas y asegurar la unidad del Imperio, Decio promulgó un edicto en el año 250 que obligaba a todos los funcionarios imperiales a realizar sacrificios a los dioses romanos, una medida que debía garantizar la lealtad al emperador y al imperio. Aquellos que se negaban a cumplir con esta orden eran castigados con la muerte, lo que desencadenó una de las persecuciones más feroces contra los cristianos.

Esta persecución se saldó con numerosos mártires cristianos, pero también con el fenómeno de la apostasía, ya que muchos cristianos cedieron ante la presión para evitar la muerte. Sin embargo, otros resistieron y se convirtieron en figuras clave para la posterior expansión del cristianismo.

Restauración del poder civil del Senado

Decio también fue conocido por su intento de restaurar las antiguas tradiciones de la administración romana, un hecho que tuvo especial repercusión en su relación con el Senado. En un intento por devolverle el control sobre la administración civil del Imperio, Decio restauró la censura, que fue confiada a P. Lucinio Valeriano, uno de sus principales colaboradores. Esta medida buscaba un retorno a las raíces del poder romano, que en los últimos tiempos había sido erosionado por la creciente influencia del ejército sobre la política imperial.

Momentos clave de su gobierno

  • 245 d.C.: Decio es nombrado comandante de las legiones del Danubio y logra una victoria decisiva contra las incursiones bárbaras.

  • 249 d.C.: Tras la muerte de Filipo el Árabe en la batalla de Verona, Decio es proclamado emperador por sus tropas.

  • 250 d.C.: Decio promulga el edicto que obliga a realizar sacrificios a los dioses romanos, lo que da inicio a una persecución a gran escala contra los cristianos.

  • 251 d.C.: Durante una nueva oleada de incursiones bárbaras, Decio marcha hacia el Danubio con sus hijos Herennio Etrusco y Hostiliano para enfrentar a los invasores. En la batalla de Abrito, Decio es derrotado y muere a manos de las tropas bárbaras.

La defensa de las fronteras danubianas

En el año 251, cuando una nueva invasión de los godos y los vándalos, liderados por Kniva, amenazaba la región de Mesia, Decio acudió al frente de batalla acompañado de sus hijos, Herennio Etrusco y Hostiliano, quienes fueron nombrados césares. A pesar de sus esfuerzos, las tropas de Decio no pudieron contener la invasión debido a la escasez de efectivos y a las dudas sobre la fidelidad de algunos de sus comandantes, como Gayo Vibio Treboniano Galo.

Herennio Etrusco, en un intento por contener a los invasores, fue derrotado y murió en la batalla. Decio, a pesar de sus esfuerzos por salvar la situación, también fue derrotado en la batalla de Abrito, en una región pantanosa y difícil de atravesar. Esta derrota marcó su final y la de su dinastía. El emperador romano murió en combate, y su cadáver nunca fue recuperado.

Relevancia actual

A pesar de que su gobierno fue breve y terminó trágicamente, la figura de Decio sigue siendo importante en la historia del Imperio Romano. Su intento por restaurar las antiguas tradiciones de Roma y su papel en las persecuciones cristianas lo convierten en una figura clave en el marco de la crisis del siglo III, un período caracterizado por la inestabilidad política, las invasiones bárbaras y la transformación de la religión romana hacia el cristianismo.

Su relación con el Senado y su firme postura en la lucha contra las invasiones bárbaras, aunque no culminaron en un éxito duradero, dejan un legado de intento de restauración del poder imperial ante un panorama desolador.

Momentos clave de su caída

  • Muerte de Herennio Etrusco: En su intento por defender la frontera danubiana, el hijo mayor de Decio, Herennio Etrusco, murió en la batalla, lo que marcó el comienzo del fin para Decio.

  • Batalla de Abrito: En esta batalla, Decio perdió la vida en un enfrentamiento contra las fuerzas bárbaras, en una región conocida por su terreno pantanoso y difícil.

  • Ascenso de Gayo Vibio Treboniano Galo: Tras la muerte de Decio, las tropas se alinearon con Gayo Vibio Treboniano Galo, quien fue proclamado emperador, mientras que el hijo menor de Decio, Hostiliano, quedó fuera del poder.

Su figura se mantiene como una de las muchas que lucharon por mantener la estabilidad de Roma en un tiempo de aguda crisis, pero que no lograron superar la magnitud de los desafíos que enfrentaban.

Bibliografía

  • MAIER, F.G. Las transformaciones del Imperio Romano, s. III-VIII. Madrid; Siglo XXI, 1972.

  • RÉMONDON, R. La crisis del Imperio Romano. De Marco Aurelio a Anastasio. Barcelona; Labor, 1979.

  • ROLDÁN HERVÁS, J.M. Historia de Roma. Salamanca; Universidad, 1995.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Decio, Cayo Mesio Quinto Trajano. Emperador de Roma (201-251): El líder romano que desafió la crisis del Imperio". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/decio-cayo-mesio-quinto-trajano-emperador-de-roma [consulta: 16 de julio de 2025].