Crébillon, Prosper Jolyot de (1674-1762): El dramaturgo francés que se rebeló contra Racine
Prosper Jolyot de Crébillon (1674-1762), un nombre que resuena en la historia del teatro francés, fue un dramaturgo cuyo legado continúa siendo relevante en el ámbito literario y teatral. Nacido en Dijon, Francia, el 15 de febrero de 1674, y fallecido en París el 17 de junio de 1762, Crébillon fue una figura destacada en el siglo XVIII, famoso por sus complejas y trágicas obras teatrales. Su vida, marcada por momentos de grandeza y miseria, le permitió crear una obra que contrastaba con el estilo imperante de la época, rompiendo con el legado de autores como Jean Racine y abriendo las puertas a nuevas formas de expresión en el teatro.
Orígenes y contexto histórico
Crébillon nació en una familia acomodada. Su padre, Escribano-Jefe del Tribunal de Cuentas, le permitió acceder a una educación privilegiada. En su juventud, fue matriculado en el Collège des Godrans, donde recibió una formación académica que lo preparó para seguir una carrera en la magistratura, algo que su padre había previsto. No obstante, desde sus primeros años, su naturaleza rebelde se hizo evidente, tal como se reflejaba en los informes de los padres jesuitas que lo describieron como un “niño inteligente pero insigne tunante”. A pesar de los deseos de su padre de que se inclinara por la ley, Crébillon pronto abandonó esta senda para dedicarse a una vida bohemia en París, donde comenzó a forjar su camino como escritor y dramaturgo.
Este cambio en su vida fue el punto de partida de su carrera como autor de obras teatrales. En la París de su tiempo, Crébillon encontró un ambiente propicio para la creación, pero también lleno de conflictos y rivalidades. La competencia con otros dramaturgos, como su conocido rival Voltaire (más información aquí), y las tensiones sociales y económicas de la época marcaron el rumbo de su carrera.
Logros y contribuciones
Crébillon no tardó en hacer su marca en el mundo del teatro. Su estilo se alejó deliberadamente de las influencias predominantes en el teatro francés, particularmente de Racine (más información aquí), cuya obra había dominado la tragedia francesa durante el siglo XVII. Mientras que Racine se centraba en los grandes conflictos morales y psicológicos de la aristocracia, Crébillon llevó su teatro en una dirección completamente distinta, adentrándose en el terror y lo grotesco, explorando las pasiones humanas a través de temas oscuros y a menudo macabros.
La tragedia fue el género en el que Crébillon se destacó, creando obras que exploraban los límites de la emoción humana y la desesperación. Su enfoque en el sufrimiento y la violencia en el escenario lo acercaba a un estilo más cercano al melodrama, pero con una profundidad y complejidad que lo hizo único. En sus piezas, la presencia del miedo y el horror era palpable, como lo expresó él mismo al afirmar: “Corneille había tomado el cielo, Racine la tierra, y a mí no me quedaba nada más que el infierno, al que me he lanzado de cabeza”. A lo largo de su carrera, Crébillon escribió nueve tragedias, de las cuales las más destacadas incluyen Atrée et Thyeste (1707) y Rhadamiste et Zénobie (1711), que fueron ampliamente celebradas por la crítica y el público.
Momentos clave en su vida
A pesar de su éxito en los escenarios, la vida personal de Crébillon estuvo marcada por numerosas dificultades. En su juventud, disfrutó de la riqueza que le proporcionaba su familia, pero pronto se vio atrapado en los excesos de la vida parisina, lo que lo llevó a la ruina financiera. La vida disoluta que eligió para sí mismo hizo que las puertas de la alta sociedad se le cerraran, y se vio obligado a depender de una pensión otorgada por la marquesa de Pompadour (más información aquí) en los últimos años de su vida. A lo largo de su carrera, también mantuvo varias disputas con otros intelectuales y artistas de la época. Un conflicto significativo fue el que sostuvo con el poeta y dramaturgo Jean Baptiste Rousseau (más información aquí), quien lo atacó duramente en una respuesta a una sátira escrita por Crébillon en 1708.
Sin embargo, no todo fue conflicto en la vida de Crébillon. En 1731, después de una larga espera y varios obstáculos, fue finalmente elegido miembro de la Académie Française. En su discurso de ingreso, Crébillon demostró su ingenio y creatividad, recibiendo elogios tanto de sus colegas académicos como de la crítica. A pesar de su vida tumultuosa, su muerte en 1762 fue acompañada por un gran reconocimiento público. Los teatros y los académicos organizaron ceremonias fúnebres en su honor, un reflejo de la importancia de su obra en la escena teatral francesa.
Relevancia actual
La influencia de Crébillon en el teatro y la literatura no puede ser subestimada. Aunque sus obras no han alcanzado la misma fama universal que las de otros dramaturgos de su tiempo, su enfoque audaz y su estilo innovador siguen siendo estudiados y apreciados hoy en día. La ruptura con el modelo clásico que representaba Racine y su exploración de los aspectos más oscuros de la condición humana lo han convertido en un precursor del teatro moderno.
En el ámbito literario, las tragedias de Crébillon son consideradas fundamentales para comprender la evolución del drama francés. Su habilidad para combinar lo trágico y lo grotesco anticipa en muchos aspectos las tendencias más modernas en el teatro, y su experimentación con el horror y el sufrimiento humano continúa inspirando a dramaturgos contemporáneos.
Obra más destacada
A lo largo de su carrera, Crébillon dejó una serie de tragedias que, aunque no siempre fueron entendidas o aceptadas por su tiempo, constituyen un valioso legado para la historia de la literatura. Entre sus obras más importantes se encuentran:
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Atrée et Thyeste (1707)
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Rhadamiste et Zénobie (1711)
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Electre (1708)
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Xerxès (1714)
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Sémiramis (1717)
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Phyrrus (1726)
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Catilina (1748)
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Le triumvirat ou la mort de Cicerón (1754)
Cada una de estas piezas es un testimonio de su capacidad para explorar las pasiones humanas más profundas y complejas, siempre con una atmósfera de tensión y terror que se ha ganado el reconocimiento de la crítica literaria.
En resumen, Prosper Jolyot de Crébillon fue un dramaturgo que supo desafiar las convenciones de su tiempo y dejó una marca imborrable en la historia del teatro. Su legado, aunque en ocasiones eclipsado por la fama de sus contemporáneos, sigue vivo en las páginas de sus obras y en el estudio académico que se realiza sobre él en la actualidad.
MCN Biografías, 2025. "Crébillon, Prosper Jolyot de (1674-1762): El dramaturgo francés que se rebeló contra Racine". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/crebillon-prosper-jolyot-de [consulta: 29 de septiembre de 2025].