Córdoba y Córdoba, Luis de (1706-1796).
Marino español nacido en Sevilla en 1706 y muerto en la isla de León en 1796. En su carrera militar alcanzó el grado de capitán general de la Armada.
Era miembro de una ilustre familia andaluza, su padre fue capitán de navío. A los trece años realizó sus dos primeras singladuras a América, en compañía de su padre. En diciembre de 1721, cuando contaba con quince años, ingresó en la marina de guerra con el grado de guardia marina; inició de este modo una larga carrera militar plagada de éxitos y acciones bélicas. Luchó contra argelinos, austríacos e ingleses durante más de setenta y cinco años. Intervino en la expedición que llevó a Italia al infante don Carlos, en 1730; en la reconquista de Orán, en 1732; en la ocupación de Nápoles y Sicilia por Carlos de Borbón, en 1734; en la defensa de Cartagena de Indias por Blas de Lezo, en 1740; y en numerosas acciones contra corsarios argelinos. En 1740 fue ascendido, por sus méritos militares, al grado de capitán de fragata y siete años después alcanzó el de capitán de navío.
Como capitán de navío se le concedió el mando del buque América, el cual, junto con el Dragón, protagonizó una serie de encarnizadas batallas contra los corsarios argelinos que asolaban el Mediterráneo. Por todo ello, en 1760 fue ascendido a jefe de escuadra y se le puso al frente de una flota que viajaba hasta América del Norte ese mismo año. Regresó en 1774 a Cádiz y se le concedió el rango de teniente general.
Al comenzar la guerra entre España e Inglaterra, con motivo de la Independencia de los Estados Unidos, Luis de Córdoba fue puesto al frente, junto con el almirante galo Orvilliers, de una escuadra franco-española compuesta por 68 navíos. La escuadra apresó, en el Canal de la Mancha, al navío inglés Ardiente, de 74 cañones. En agosto de 1780 la escuadra combinada capturó en el cabo portugués de Santa María un gran convoy de 55 buques, junto con los tres barcos de escolta que lo protegían (éstos pasaron a la Armada española con los nombres de Santa Balbina, Santa Paula y Colón). Al año siguiente, mientras la flota combinada atravesaba el Canal de la Mancha les sorprendió una fuerte tormenta que lograron superar gracias a la pericia de Luis de Córdoba. Tras la tormenta se apoderaron de otro convoy británico de 24 barcos.
Dada su larga carrera naval y los éxitos obtenidos, en 1782 se le puso al frente de las operaciones navales destinadas a reconquistar el peñón de Gibraltar, que se encontraba en poder inglés desde que el Tratado de Utrecht de 1715 sancionara los acontecimientos de la Guerra de Sucesión. No pudo evitar el fracaso de las baterías flotantes, incendiadas por los sitiados, pero hizo todo lo posible por salvar a la mayor parte de los tripulantes de las mismas. Mantuvo el bloqueo a Gibraltar ante los continuos ataques de los almirantes ingleses Rodney y Howe. Pese a que los ingleses lograron romper el asedio, Luis de Córdoba permaneció en Gibraltar hasta la firma del armisticio. Por su labor en la guerra contra los ingleses fue ascendido en 1783 al grado de capitán general y se le encargó la dirección general de la Armada.
En 1796 falleció, tras haber prestado sus servicios a la Armada durante setenta años. Fue enterrado en el convento de San Francisco, en Cádiz, posteriormente sus restos fueron trasladados al panteón de marinos ilustres.
JACJ