Castillo Iglesias, Pedro (1962-VVVV).
Matador de toros español, nacido en Algeciras (Cádiz) el 25 de octubre de 1962. Tras una discreta andadura novilleril desarrollada principalmente en varias plazas meridionales, el día 26 de junio de 1982 compareció ante sus paisanos dispuesto a tomar la alternativa. Venía a la sazón apadrinado por el famoso coletudo sevillano Francisco Camino Sánchez (“Paco Camino”), el cual, bajo la atenta mirada del espada alicantino José María Dols Abellán (“José Mari Manzanares”), que hacía las veces de testigo, le cedió los trastos con los que había de dar lidia y muerte a estoque al toro Tintorero, que había pastado en las dehesas de Jandilla.
Para confirmar este título de doctor en tauromaquia, el día 1 de mayo de 1983 Pedro Castillo Iglesias hizo el paseíllo ante la severa afición de la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid). Le acompañaron aquella tarde en los carteles el matador manchego Francisco Alcalde Morcillo (“Paco Alcalde”), que comparecía en calidad de padrino, y otro compañero de andanzas toreras que, anunciado por el remoquete de “El Bayas”, también se presentaba ante la primera afición del mundo con el honrado propósito de confirmar su alternativa. Aquella tarde se corrieron cinco astados pertenecientes al hierro portugués de don José Murube, y un sexto que se había criado en la ganadería de don Manuel García Fernández-Palacios. El toro que lidió y estoqueó Pedro Castillo para confirmar su doctorado atendía al nombre de Gobernador, y pertenecía al primero de los dos hierros anteriormente citados.
A partir de su confirmación, Pedro Castillo Iglesias ha ido marcando una trayectoria irregular en la historia del Arte de Cúchares de finales del siglo XX, debido sobre todo a que su sereno valor y su bien acreditado temple no se han visto favorecidos por una justa oferta de contratos. Como suele ser tristemente habitual en las carreras de estos espadas poco favorecidos por padrinos poderosos, sus actuaciones vestido de luces han ido restringiéndose al estrecho ámbito de su región, lo que va en franco menoscabo de su proyección profesional. Y así, verbigracia, en la campaña de 1994 Pedro Castillo sólo hizo el paseíllo en cinco ocasiones.