Félix Blaska (1941-VVVV). El legado de un bailarín y coreógrafo de renombre internacional

Félix Blaska es un destacado bailarín, coreógrafo y director de ballet francés de origen ruso, nacido en Gomel el 8 de mayo de 1941. A lo largo de su carrera, Blaska ha marcado un hito en el mundo de la danza contemporánea y la coreografía, trabajando con las figuras más influyentes de su tiempo y creando una serie de obras que aún hoy se recuerdan por su originalidad y profundidad artística.

Orígenes y contexto histórico

Félix Blaska nació en Gomel, una ciudad que, en ese momento, formaba parte de la Unión Soviética y que, posteriormente, se convirtió en parte de Bielorrusia tras la disolución del bloque soviético. A una edad temprana, su talento para la danza y la música se destacó, lo que lo llevó a estudiar en el prestigioso Conservatorio de París. En 1960, se graduó de este conservatorio, lo que marcó el inicio de su carrera profesional. Desde entonces, Blaska se trasladó a París, donde se unió al grupo del aclamado Roland Petit, uno de los coreógrafos más importantes del siglo XX, con quien trabajaría en sus primeros proyectos.

Logros y contribuciones

El viaje de Blaska en el mundo de la danza y la coreografía se ha caracterizado por su incansable búsqueda de la innovación. A lo largo de su carrera, realizó una serie de obras que marcaron un antes y un después en la danza contemporánea. Entre sus primeros trabajos destacados están las coreografías Octandre (1966) y Les Affinités Electives (1966), las cuales realizó para el grupo de Roland Petit. En estas primeras creaciones, Blaska ya comenzó a experimentar con sonidos innovadores y a mezclar diferentes géneros musicales.

A lo largo de su carrera, Blaska también se destacó como bailarín y coreógrafo del Ballet du Théâtre Contemporain de Amiens, donde continuó su búsqueda de la experimentación y el cruce de fronteras artísticas. Posteriormente, fundó su propia compañía, Les Ballets de Félix Blaska, en 1969, donde continuó explorando nuevos horizontes dentro del ballet contemporáneo. Fue esta compañía la que le permitió crear algunas de sus obras más emblemáticas.

Entre sus creaciones más notables se encuentran obras como Danses Concertantes (1968), una coreografía basada en la música de Stravinsky; Electro-Bach (1969), en la que fusionó la música de W. Carlos con su danza experimental; y Ballet pour Tam-Tam et Percussionn (1970), que integró sonidos innovadores y percusión en su estructura coreográfica. Estas piezas, junto a otras como Blanche et Neige (1973) y Le Poème Électronique (1973), estrenada por el Ballet de l’Opéra de París, le dieron a Blaska una notoriedad internacional como creador de vanguardias en la danza contemporánea.

Momentos clave en la carrera de Félix Blaska

Félix Blaska fue una figura fundamental en la difusión de la danza moderna a nivel mundial. Algunos de los momentos más destacados de su carrera incluyen:

  • En 1970, presentó obras como Sensemayá y Sonate pour Deux Pianos et Percussion (de Bartók), que mostraron su capacidad para integrar la música clásica con la danza contemporánea.

  • En 1973, Blaska presentó su trabajo en algunos de los festivales más importantes de España, como los Festivales de Santander, Sevilla y la Quincena Donostiarra, lo que consolidó su renombre en Europa.

  • En 1974, sus obras Folk Songs (de Berio) y Hommages (dedicada a Mozart) continuaron expandiendo su repertorio, mientras que Fusion y Contre, también de Berio, le dieron nuevas oportunidades para mostrar su estilo único.

Además de su trabajo en Europa, Blaska llevó su arte a otros escenarios internacionales. En 1975, presentó la obra Concerto N° 2 (de Prokofiev) en Bruselas, interpretada por el Ballet de Tokio, lo que le permitió conectar su visión artística con públicos de diferentes culturas y contextos.

Relevancia actual

Hoy en día, Félix Blaska sigue siendo una figura influyente en el ámbito de la danza y la coreografía. Su estilo innovador, que fusionó la música clásica con la experimentación electrónica y la danza contemporánea, sigue siendo una fuente de inspiración para muchos coreógrafos y bailarines que exploran nuevas formas de expresión artística. Obras como Le Poème Électronique y Danses Concertantes siguen siendo interpretadas por compañías de ballet contemporáneo y se consideran esenciales en el repertorio de la danza moderna.

Su legado es un testimonio de la capacidad de la danza para trascender fronteras, tanto geográficas como estilísticas, y de cómo los bailarines y coreógrafos pueden usar su arte para desafiar convenciones y explorar nuevas posibilidades creativas. Aunque Blaska no ha buscado la fama mediática, su trabajo sigue siendo una piedra angular en la historia de la danza del siglo XX.

En resumen, la carrera de Félix Blaska es un ejemplo claro de cómo un artista puede dejar una huella indeleble en su campo mediante la dedicación a la innovación y la creatividad. Su obra no solo cambió la percepción del ballet contemporáneo, sino que también abrió nuevas posibilidades para futuros exploradores de la danza.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Félix Blaska (1941-VVVV). El legado de un bailarín y coreógrafo de renombre internacional". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/blaska-felix [consulta: 28 de septiembre de 2025].