Betancourt y Molina, Agustín (1758-1824).
Ingeniero español, nacido en Puerto de la Cruz (Tenerife) el 1 de febrero de 1758 y muerto en San Petersburgo el 14 de julio de 1824.
Vida.
Betancourt procedía de una familia acomodada de la nobleza insular. Su padre fue caballero de la Orden de Calatrava y capitán de milicias provinciales, y su madre era hija del marqués de Villafuerte, José Alonso de Molina Ponte y Castilla. Desde muy joven manifiesta una poderosa inventiva y una clara inclinación por las ciencias experimentales. A los 18 años construye, junto con su hermana, una máquina de coser para seda, que es presentada ante la Sociedad Económica de La Laguna. Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal con profesores particulares y, como era frecuente en las familias de la nobleza, ingresó en 1777 como cadete en el regimiento de milicias provinciales, alcanzando el grado de teniente en 1778. Este último año se trasladó a Madrid para proseguir sus estudios, merced a una pensión conseguida probablemente por influencia de su primo, Estanislao de Lugo y Molina, director de los Reales Estudios de San Isidro. Betancourt estudió matemáticas (álgebra, geometría y trigonometría) y física en esta institución durante el período 1779-1780, contando entre sus profesores a Vicente Durán Sacristán, Antonio Rosell Viciano y, probablemente, a Antonio Fernández Solano. También cursó estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Estudia análisis matemático, cálculo diferencial e integral, teoría de las curvas y mecánica analítica.
En 1783, por encargo del secretario de Estado José Moñino, conde de Floridablanca; Betancourt realizó su primera comisión oficial, consistente en una visita de inspección de las obras y estado del Canal de Aragón. Tras esta visita, redactó una Memoria de carácter técnico, en colaboración con su paisano Alonso de Nava Grimón. Este mismo año fue encargado también de inspeccionar las minas de Almadén, redactando tres Memorias sobre el particular que constituyen una interesante monografía del estado de estas minas a finales del siglo XVIII. Dirigió éstas al ministro de Indias; dos de ellas versaban sobre las máquinas y otra sobre los trabajos en el área de fundición (los manuscritos se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid).
De regreso en Madrid, en 1783, efectuó el lanzamiento de un globo aerostático, fabricado bajo su dirección, de «tafetán barnizado» y «siete pies de diámetro», en presencia de la Corte, en El Escorial, primera experiencia aerostática en nuestro país.
La calidad de su estudio le valió una beca de 1.500 reales al mes, para estudiar Química y Geología, y ampliar sus conocimientos en Metalurgia y Física, en París. En 1784, al ser recomendado por Floridablanca al ministro de Indias, José Gálvez, como técnico para las minas americanas, se trasladó a la capital del Sena para ampliar conocimientos de geometría y arquitectura subterránea. El año siguiente, Betancourt le propuso a Floridablanca un plan para crear en España una Escuela de Caminos y Canales, tomando como modelo la École des Ponts et Chaussées de París. El plan, que fue aprobado por el secretario de Estado, implicaba la permanencia del ingeniero canario en Francia durante varios años, con el propósito de dedicarse a los estudios de hidráulica y mecánica y de dirigir la formación de un grupo de pensionados del gobierno español.
La estancia en París, entonces capital científica de Europa, fue de la mayor importancia en la biografía intelectual de Betancourt. Asistió, con sus colaboradores, a los cursos de la École des Ponts et Chaussées, trabajando en los laboratorios y centros de experimentación de esta institución, y se relacionó con científicos, técnicos e instrumentistas tan destacados como Gaspard-F.C.M. Riche de Prony; Jean-Rodolphe Perronet, director de la École; Jean Charles de Borda; Mathurin-Jacques Brisson; Louis François Clément Bréguet; y el industrial Jean-Jacques Périer. Una de las tareas asumidas por Betancourt y sus colaboradores fue la de diseñar los planos y construir modelos reducidos de cuantas máquinas pudieran ser útiles y provechosas para obras hidráulicas, o cualquier adelantamiento técnico relacionado con las obras públicas o la industria metalúrgica y textil.
En 1788, Floridablanca aprobó el proyecto de crear un Gabinete de Máquinas, sito en el Palacio del Retiro, sobre la base del material elaborado por Betancourt y sus colaboradores, nombrando al ingeniero canario director del mismo. La instalación y apertura del Real Gabinete de Máquinas se efectuó en los años 1791 y 1792. Por el Catálogo redactado por el propio Betancourt sabemos que se componía de 210 modelos o maquetas, 359 planos y 99 memorias. El Gabinete llevó una vida mortecina y lánguida hasta su incorporación, en 1802, a la Escuela de Caminos y Canales. En 1788, y con el principal propósito de conocer los progresos en la máquina de vapor, se trasladó a Inglaterra, donde permaneció durante un período de tres semanas. Aunque no pudo acceder a los detalles de las nuevas máquinas, ya que la firma Watt y Boulton, explotadora de las mismas, no estaba dispuesta a compartir su secreto con extraños, observó en Londres, en una industria harinera, una de éstas, resguardada por sus cubiertas exteriores; Betancourt entrevió la esencia de sus mecanismos y funcionamiento.
De nuevo en París, diseñó un modelo de máquina de doble efecto y redactó una Mémoire sur une machine a vapeur a double effet que presentó a la École des Ponts et Chaussées y a la Académie Royale des Sciences. Gaspard Monge, Borda y Brisson emitieron en la Académie, en 1790, un dictamen sobre la Memoria. De este modo, Betancourt reveló al continente europeo el fundamento de la máquina de vapor de doble efecto.
De regreso en España, a finales de 1791, para hacerse cargo de la organización del Gabinete de Máquinas, Betancourt asistió además con cierta regularidad a las juntas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y fue elegido miembro de la comisión encargada de proponer mejoras en las enseñanzas. En 1792 recibió el encargo de cotejar la segunda edición de los Elementos de Matemáticas de Benito Bails, entonces confinado en Granada por la Inquisición. Betancourt comunicó que la obra, que servía de texto en la Academia de Bellas Artes, no había experimentado alteración alguna.
En 1793 viajó a Inglaterra, donde permaneció hasta 1796, comisionado por el gobierno español. Recorrió fábricas, manufacturas y obras públicas, tomando nota puntual de cuantas máquinas e ingenios pudieran interesarle. En este período realizó proyectos y estudios sobre excavadoras, dragas y transmisiones para molinos de viento y comenzó sus trabajos de telegrafía óptica. En 1795 obtuvo, en concurso público, un premio convocado por la Society for the Encouregement of Arts Manufactures and Commerce por una máquina para cortar hierba en los ríos y canales. Ganó además dos premios, otorgados por la Royal Society of Agriculture de Londres, que lo nombró socio de mérito. También estudió la aplicación de la máquina de vapor a los molinos azucareros y adquirió una gran cantidad de instrumental científico, con vistas a la frustrada expedición a Cuba organizada por Joaquín de Santa Cruz y Cárdenas, conde de Mopox, a la que había sido invitado a participar, junto con José María de Lanz.
Adelantado en el campo de la telegrafía, se ha afirmado que Betancourt construyó un telégrafo eléctrico de Madrid a Aranjuez para transmitir señales por medio de las descargas eléctricas de una botella de Leyden. Este episodio permanece indocumentado, y sólo se conocen sobre el mismo testimonios indirectos. Sin embargo, son bien conocidos sus trabajos sobre telegrafía óptica. Dichos trabajos debió comenzarlos en Londres, para proseguirlos luego en París en colaboración con Abraham Louis-Bréguet, quien había sido el autor de la construcción del telégrafo óptico de Claude Chappe. A finales de 1796, Betancourt y Bréguet presentaron al Directorio Ejecutivo de la República de Francia la memoria y los planos del ingenio que habían construido. El telégrafo Betancourt-Bréguet motivó una agria polémica con Chappe, quien acusó a los autores de plagio al señalar que no era más que una variante desacertada y sin valor práctico del suyo. Finalmente, la Academia de Ciencias emitió un informe, redactado por Jean-Baptiste Joseph Delambre, subrayando los méritos y ventajas del telégrafo inventado por Betancourt y Bréguet e indicando que éste «se distingue esencialmente de todas las demás máquinas de este tipo que conozcamos«. No obstante, y a pesar de las ventajas del nuevo telégrafo óptico, éste no logró imponerse sobre el de Chappe.
En 1798, Betancourt regresó a Madrid. El gobierno español había decidido instalar en España la telegrafía óptica; de hecho, entre dicho año y 1800 se construyó una línea que enlazaba Madrid con Cádiz, de la cual se encargó el propio Betancourt. Al crearse en 1799 la Inspección General de Caminos y Canales como órgano técnico de dirección en materia de obras públicas, los técnicos integrados en ella formaron su «cuerpo facultativo», y el primer comisario designado fue Agustín de Betancourt. En dicho cuerpo técnico ingresaron asimismo tres ingenieros cosmógrafos: José Chaix, José Agustín de Larramendi y Francisco Javier van Baumberghen. En 1801 Betancourt fue nombrado Inspector General de Caminos y Canales, y año y medio después redactó una Noticia del estado de los caminos y canales en España. Causa de sus atrasos y defectos, y medios de remediarlos en adelante. Hacia 1802 se incorporó el Gabinete de Máquinas a la Inspección, y este mismo año se fundaron los Estudios de la Inspección General de Caminos que, en 1803, por decisión de Betancourt, pasaron a denominarse Escuela de Caminos y Canales. Betancourt asumió la dirección de la Escuela desde 1802 hasta 1807, y redactó su plan de estudios. La Escuela contó entre sus profesores, además de con Betancourt, con José María de Lanz, Juan de Peñalver y José Chaix, quienes tradujeron y editaron (en 1803) la Geometría descriptiva, de Gaspard Monge y el Tratado de Mecánica elemental, de Louis B. F. Francoeur. La Escuela fue clausurada en 1808, al estallar la guerra de la Independencia.
En 1808 emigró a Rusia, donde trabajó al servicio del zar e ingresó en el ejército con el grado de mayor general; fue destinado al Departamento de Vías de Comunicación. Al año siguiente ascendió a teniente general y fue nombrado jefe del recientemente creado Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Vías de Comunicación, una escuela politécnica similar en concepto a la que había fundado en Madrid. Betancourt fijó las bases de funcionamiento del nuevo Instituto, aprovechando la experiencia adquirida en la Escuela de Madrid y en la Politécnica de París. Además de su labor en el Departamento de Vías de Comunicación y como organizador y director del Instituto, trabajó estos años en la modernización de la fábrica de armas de Tula y en el proyecto de una draga pala el puerto de Kronstadt. Betancourt se había ocupado ya, en Inglaterra y en España, en proyectos de dragas, pero de ellas la más importante y famosa fue la draga de rosario para el puerto de Kronstadt. La draga Kronstadt, que entró en funcionamiento en 1812, fue la primera máquina de vapor instalada en barcos fluviales en Rusia.
Entre 1810 y 1812, el ingeniero canario proyectó diversos puentes, entre los que destaca el primer gran puente permanente de arco construido en Rusia: el Kamennoostrovski, sobre el Málaia Nevka. En 1816 recibió el encargo de proyectar una fábrica de papel moneda y tres años después fue designado director general del Departamento de Vías de Comunicación del Imperio Ruso, en calidad de lo cual se dedicó a mejorar los canales y la navegación fluvial, y a impulsar la construcción de carreteras y puentes. Se encargó también de organizar el Comité de Construcciones y Obras Hidráulicas para urbanizar San Petersburgo, y proyectó los pabellones permanentes para las ferias comerciales de Nizhni Novgorod y las vías de acceso a las mismas. La obra más importante de Betancourt en Rusia fue la feria de Macarief, levantada en la confluencia de los ríos Volga y Oca, que comprende miles de edificios.
A partir de 1822 y hasta su muerte, debido a una serie de intrigas y rivalidades, su carrera en Rusia fue declinando. Como obra póstuma de Betancourt en este país debe citarse la Revista de Vías de Comunicación, aparecida en 1825 según la idea y programa concebidos por él de una «Revista literaria científica del imperio ruso sobre vías de comunicación. Editada por la Dirección General«.
Agustín de Betancourt estuvo casado con Ana Jourdain, de nacionalidad inglesa, con la que tuvo cuatro hijos. Fue Caballero de la Orden de Santiago y de la de San Alejandro, y miembro de la Academia Real de Ciencias de París. Murió el 14 de julio de 1824 en San Petersburgo, a los 66 años.
Obra científica
En su Mémoire sur une machine a vapeur a double effet, Betancourt diseñó un modelo de máquina de doble efecto y, a partir de este trabajo, los hermanos Périer construyeron la primera máquina de este tipo en Francia.
Otro producto de sus investigaciones sobre la potencia mecánica del vapor fue su Mémoire sur la force expansive de la vapeur de l’eau, donde demostró que el vapor tiene la misma temperatura que el agua del que resulta, que la presión del aire y la presión del vapor influyen del mismo modo en la temperatura del agua, y que la proporción entre la presión y la temperatura es constante, sea cual fuere la capacidad del recipiente en donde se hace la vaporización. Además, utilizando el método de interpolación de Prony, determinó la eficacia de la máquina en distintas épocas del año, así como en diferentes condiciones atmosféricas y temperaturas. El propio Prony apuntó otras dos aplicaciones del trabajo de Betancourt: la posibilidad de medir la altura de una montaña por la temperatura de ebullición del agua y la de un sistema de graduar los termómetros.
La obra escrita más importante y difundida de Betancourt es el Essai sur la composition des machines (1808), realizada en colaboración con su colega José María Lanz. El Essai fue elaborado por Lanz y Betancourt en el período que trascurre entre los años 1802 y 1807, a partir de los principios teóricos y las ideas pedagógicas de Monge acerca de la distinción entre el motor, los mecanismos de transmisión y sus movimientos, y la clasificación de los mecanismos de transmisión según la clase de transformaciones de los movimientos que producen. En 1806, Jean-Nicolas Hachette, discípulo de Gaspar Monge, inició en la École Polytechnique un curso de elementos de máquinas, y en 1807 elaboró también un programa y unas tablas para clasificar las «máquinas elementales» y, al tener conocimiento de la obra de Lanz y Betancourt, Monge y Hachette propusieron la publicación del Essai junto con el Programa de Hachette. Esta obra fue el primer manual de máquinas y mecanismos en la historia de la ingeniería europea, y sirvió durante medio siglo de libro de texto en muchas escuelas técnicas y de libro de consulta para los proyectistas.
Bibliografía
Fuentes
Mémoire sur la force expansive de la vapeur de l’eau. (Paris: Laurent, 1790).Essai sur la composition des machines ([En colaboración con Lanz, publicado junto con el Programme du cours élémentaire des machines, pour l’an l808, de Hachette] París: Imprimerie Impérial, 1808).
Estudios
CIORANESCU, Alejandro: Agustín de Betancourt. Su obra técnica y científica. (La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, 1965).RUMEU DE ARMAS, Antonio: Ciencia y tecnología en la España Ilustrada. La Escuela de Caminos y Canales. (Madrid: Turner, 1980).PAYEN, Jacques: Betancourt et l’introduction en France de la machine á vapeur a double effet. Revue d’ Histoire des Sciences, Nº 20 (1967).GARCÍA-DIEGO, José A.: Huella de Agustín de Betancourt en los Archivos Bréguet. Anuario de Estudios Atlánticos, Nº 21 (1975).——————————— Despedida a Betancourt, Ibid. 24 (1978).BOGOLIUBOV, Aleksei: Un héroe español del progreso: Agustín de Betancourt. (Madrid: Seminarios y Ediciones, 1973).
Víctor NAVARRO BROTÓNS.