Barth, Heinrich (1821-1865).
Explorador de origen alemán, nacido en Hamburgo el 16 de febrero de 1821 y muerto en Berlín el 25 de noviembre de 1865. Destaca como uno de los tres alemanes que recorrieron y «descubrieron» gran parte del continente africano; los otros son Gustav Nachtigal y F. Gerhard Rohlfs. Todos ellos pertenecían a la escuela de Humboldt y Forster, de la que tantos distinguidos exploradores y escritores salieron; el gran profesor de Barth fue Karl Ritter.
Realizó sus estudios de Filología Antigua en la Universidad de su ciudad natal, tras lo cual emprendió un viaje por Italia y Sicilia, donde le impresionó la realidad geográfica de la cuenca del Mediterráneo. Posteriormente se embarcó en Marsella rumbo a África, cuyo territorio recorrió desde Egipto, remontando el Nilo hasta la segunda catarata. De allí pasó a Palestina, luego a Constantinopla y, por último, recorrió Grecia antes de volver a su patria.
En 1849, y gracias al aviso de Ritter, Barth emprendió un nuevo viaje a África, esta vez junto a una expedición británica que, bajo el mando de Richardson y de Overweg, tenía que realizar delicadas tareas políticas y diplomáticos, tales como intentar conseguir la abolición de la esclavitud o establecer contactos diplomáticos con Sudán. La expedición salió de Trípoli en marzo de 1850 y desde allí, los expedicionarios se dirigieron hacia Murzuk. Así, enfilaron el Sáhara hasta el lago Chad, atravesando el Ghat y la región de Tintellust, hasta alcanzar Sudán en un viaje lleno de dificultades en el que Richardson murió, lo que obligó a Barth a asumir el mando de la exploración; decidió dirigirse hacia el oeste para explorar las tierras de Nigeria, donde descubrió uno de los afluentes del Níger, el río Benue. Continuó el viaje por el país montañoso de Air y, finalmente, en noviembre de 1853, alcanzó Timbuktu, la región dominada por los tuaregs al cabo de un mes de andar vestido de árabe y de comportarse como tal; Barth permaneció en Timbuktu hasta marzo de 1854.
Ésta sería su gran expedición, la centroafricana, ya que le llevó a recorrer gran parte del Sáhara, Sahel y la cuenca del Níger, sobre la cual afirmó que «por causa de la prematura muerte de Mungo Park, había permanecido desconocida para el mundo científico«. Su diario rebela la importancia que él mismo atribuyó a sus exploraciones:
«Esta empresa me salió bien contra toda esperanza. Y de este modo arranqué a las tinieblas del misterio no solamente la extensión enorme de tierras ignorada incluso de los propios mercaderes árabes o en todo caso menos conocida que cualquiera otra región del África, sino que además trabé relaciones amistosas con todos los poderosos jefes de las tribus que moran a lo largo del río, hasta llegar a aquella misteriosa ciudad… No solamente he dado a conocer esas regiones, sino que he hecho posible el establecimiento de un tráfico regular entre ellas y los europeos. Espero que esta feliz exploración del interior del África quede para siempre como una obra gloriosa del espíritu alemán.»
En 1855, ya de vuelta en Londres, escribió una extensa obra de cinco volúmenes, titulada Viajes y descubrimientos en el norte y centro de África, que incluía mapas, dibujos e incluso datos antropológicos e históricos sobre una región hasta entonces muy poco conocida. El valor de sus investigaciones fue reconocido por el Gobierno británico, que le concedió una pensión de por vida y le hizo miembro de las más importantes sociedades científicas y geográficas de la época, es decir, de las Sociedades Geográficas de París y Londres. En viajes posteriores recorrió parte de España, concretamente la zona de los Pirineos, y Turquía oriental. Falleció a causa de una enfermedad incurable de estómago, el 25 de noviembre de 1865.
Bibliografía
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TREUE, W. La conquista de la Tierra. Barcelona, Ed. Labor, 1948.