Alòs Serradora, Joan d’ (1617-1695).
Médico español, nacido en Moyà (Barcelona) en 1617 y muerto en Barcelona en 1695. Destacado por sus estudio en anatomía y fisiología.
Estudió medicina en la Universidad de Barcelona, en la que tuvo como principal maestro a Jacint Andreu. En 1659 fue nombrado titular de la cátedra de anatomía, desde la que realizó una eficaz labor docente, que influyó en la terminación de un anfiteatro proyectado dos décadas antes. Más tarde pasó a regentar las cátedras de aforismos y de botánica médica, ocupando por último la de prima durante casi un cuarto de siglo. Sólidamente instalado en los ambientes oficiales, desempeñó importantes cargos políticos y fue nombrado protomédico del Principado de Cataluña y de los Condados de Rosellón y de Cerdaña.
La primera publicación de Alòs fue una Dissertatio (1664) sobre los «trociscos viperinos» o carne de víbora empleada en la preparación de la tríaca, tema sobre el que mantuvo una polémica con el médico valenciano Miguel Vilar, al que dirigió un Criticum apologema (1665). En su condición de protomédico escribió también una Pharmacopea Cathalana, sive Antidotarium Barcinonense (1686). A pesar de su título no se trata de una farmacopea propiamente dicha, como hace constar en su prólogo el propio Alòs, que la publicó por no haber editado ninguna durante el siglo el Colegio de Boticarios de Barcelona.
La principal obra de Alòs es la titulada De corde hominis disquisito physiologico-anatomica (1694), que constituye el estudio de mayor importancia que en la España del siglo XVII se dedicó al aparato cardiovascular. Se ocupa en primer término de la anatomía del corazón, que expone incorporando los hallazgos más recientes. Con una orientación claramente moderna, desmiente las opiniones de los antiguos en problemas como la naturaleza de las fibras cardiacas y la unión de los vasos al corazón fetal.
La parte fisiológica del libro no es una mera defensa de la doctrina circulatoria, puesto que incorpora la compleja problemática planteada durante los tres cuartos de siglo transcurridos desde la aparición de la obra de William Harvey. Discute, por ello, extensamente, cuestiones como el origen de la sangre, las relaciones entre respiración y circulación, o la naturaleza de la contracción cardiaca, adoptando, en general, una actitud de compromiso entre los esquemas tradicionales y las nuevas interpretaciones. De tono mucho más moderno es la exposición de la doctrina circulatoria propiamente dicha. Alòs rechaza la teoría tradicional que consideraba al corazón como centro del calor innato y también la idea galénica del movimiento activo de las arterias, demostrando que la pulsación depende exclusivamente del impulso que la contracción cardiaca comunica a la sangre. Refuta los argumentos de los galenistas contrarios a la doctrina circulatoria, entre ellos los del británico James Primerose y el español Matías García.
Muy notable es también la parte terapéutica y patológica del tratado. Comienza por dar una excelente información acerca de dos novedades terapéuticas del momento: la administración intravenosa de medicamentos y la transfusión sanguínea. El interés por estas técnicas lo debe el médico catalán a su buen momento de la literatura médica reciente y, sobre todo, a Richard Lower, cuyo Tractatus de corde (1669) influye de mode evidente en toda su exposición. También dedica especial atención a las contribuciones de Johann Daniel Major y a su libro Chirurgia infusoria (1667), título que le sirve para rotular el capítulo que dedica a las técnicas de administración endovenosa de diferentes sustancias en los animales y en el hombre. En el consagrado a la transfusión sanguínea expone detenidamente las experiencias de Lower y resume las de Edmund King y Giovanni Riva.
Todavía más importante es la sección relativa a la anatomía patológica cardiovascular. Consistente en la reunión sistematizada de cerca de un centenar de protocolos de autopsia, referentes a lesiones anatómicas del corazón y de los vasos. De modo semejante al Sepulchretum (1679) de Théophile Bonet, proceden en su mayor parte de obras del siglo XVII. Hay también algunos casos de autores del Renacimiento, siendo muy significativo que no se reproduzca ningún texto medieval y solamente tres breves referencias de clásicos antiguos. Las lesiones descritas corresponden a una observación seria y objetiva, ya que a lo pintoresco se concede una atención mucho menor que en el Sepulchretum. Alòs incluye, además, dos autopsias procedentes de su propia experiencia disectiva.
La contribución del catedrático barcelonés a la introducción en España de importantes novedades fue, en suma, de auténtico relieve. Sin embargo, no hay que olvidar que Alòs no fue un seguidor de la medicina moderna, sino un ecléctico que se esforzó en encajar las principales innovaciones sobre una base tradicional. Ya hemos dicho que sus ideas fisiológicas son una hábil combinación de descubrimientos recientes y de doctrinas antiguas. No obstante, donde con más claridad se releva el carácter radicalmente galénico de su pensamiento es en el capítulo que plantea si el método curativo tradicional ha sido alterado por el descubrimiento de la circulación de la sangre. La respuesta negativa a esta cuestión, lejos de probar la modernidad de Alòs como han pretendido algunos estudiosos de su obra, es un mero intento de hacer compatible la doctrina circulatoria con la patología galénica tradicional, en la misma línea que habían seguido Gaspar Bravo de Sobremonte, Francesc Morelló y otros gelenistas moderados. Esta actitud contrasta con la de Juan de Cabriada y los demás miembros del movimiento médico novator desarrollado en estos años finales del siglo XVII, que subrayaron que el descubrimiento de Harvey era el «nuevo sol de la medicina», como resultado de un nuevo método científico que exigía una completa revisión de las doctrinas patológicas clásicas.
Bibliografía
Fuentes
Pharmaco-medica Dissertatio de visperiis troschiscis, Barcinone, M. Jalabert, 1664.Criticum Apologema… cotra Stateram Iatricam, D. Michaelis Vilar, Medici Valentini, Barcinone, 1665.Pharmacopea Cathalana, sive Antidotarium, Barcinonense restitutum et reformatum, Barcinone, A. Ferrer, 1686.De corde hominis disquisito physiologico-anatomica, Barcinone, ex Typog. A. Ferrer et B. Ferrer… per J. Gasbon, 1694.
Estudios
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José María López Piñero.