Abdullah al-Zagal (s. XV). El último gran defensor nazarí de Granada frente a la Reconquista

Abdullah al-Zagal fue una figura crucial en los últimos años del Reino nazarí de Granada. Como gobernador, militar y pretendiente al trono, su vida estuvo marcada por la lucha constante contra el avance cristiano y por las intrigas internas que fragmentaron el poder musulmán en la península ibérica. Su legado representa la última resistencia organizada del islam andalusí antes de la caída definitiva de Granada en manos de los Reyes Católicos.

Orígenes y contexto histórico

Abdullah al-Zagal nació en el seno de la dinastía nazarí, gobernante del Reino de Granada, último bastión islámico en la península ibérica. Era hermano de Abul Hasán (ver biografía), también conocido como Muley Hacén, quien fue emir de Granada en un momento decisivo del siglo XV, marcado por el incremento de las campañas militares castellanas dirigidas a reconquistar territorios aún bajo control musulmán.

La dinastía nazarí ya enfrentaba una situación política y militar sumamente delicada. La pérdida de territorios y la constante presión de los ejércitos cristianos creaban una atmósfera de inestabilidad. A ello se sumaban conflictos internos por el poder, como los que surgirían entre al-Zagal, su hermano Abul Hasán y su sobrino Muhammad XII, conocido históricamente como Boabdil, el Chico.

Logros y contribuciones

Uno de los momentos más destacados en la vida de Abdullah al-Zagal fue su papel como gobernador de Málaga en 1482, un puesto de gran importancia estratégica, ya que la ciudad era uno de los principales puntos de acceso al Mediterráneo y una clave militar para el reino nazarí. Desde esa posición, al-Zagal demostró grandes dotes como comandante militar.

En 1483, logró una de sus victorias más celebradas: la batalla de La Ajarquía, en la que derrotó a las fuerzas cristianas que intentaban consolidar su dominio sobre las zonas cercanas a Málaga. Aunque esta victoria no permitió recuperar Alhama —una plaza fortificada clave en la ruta entre Málaga y Granada tomada por los castellanos un año antes—, sí logró retrasar el avance enemigo y ofrecer un respiro a las fuerzas nazaríes.

Al-Zagal también fue reconocido por su resistencia férrea ante el avance imparable de los Reyes Católicos. Su liderazgo en la defensa de ciudades como Baza, Guadix y Almería representó los últimos esfuerzos bélicos del islam en la península ibérica.

Momentos clave

La división del reino nazarí

Uno de los episodios más complejos de su biografía fue la sublevación de Boabdil, el Chico, su sobrino, en 1483. Esta acción dividió aún más a la ya debilitada dinastía nazarí. Mientras Boabdil buscaba apoyo entre los cristianos, los partidarios de Abul Hasán aceptaron a al-Zagal como nuevo jefe, marcando el inicio de un conflicto interno que favoreció a los castellanos.

Tras la abdicación de su hermano, al-Zagal asumió el control efectivo de la Alhambra, mientras Boabdil se asentó en el Albaicín. A pesar de esta repartición del reino, la coexistencia fue tensa y breve. Boabdil, tras ser liberado por los Reyes Católicos, renovó su vasallaje a Castilla, comprometiéndose a entregar Granada a cambio de un señorío oriental si lograba derrotar a su tío.

La resistencia final

En 1487, Boabdil logró recuperar el control sobre la ciudad de Granada, lo que significó una nueva amenaza para al-Zagal. A pesar de haber perdido ya parte de su influencia, se mantuvo firme en el este del reino, con bases en Baza y Almería. La caída de Baza en 1489, después de un prolongado cerco de seis meses, marcó el principio del fin.

Una tras otra, las plazas fuertes que resistían bajo el mando de al-Zagal, como Guadix, Almería y las fortificaciones del Cenete, fueron cayendo en manos cristianas. Aislado y sin respaldo interno ni externo, abandonó la península en 1490 y se exilió en el Magreb, donde falleció lejos de su tierra natal.

Relevancia actual

El legado de Abdullah al-Zagal es fundamental para comprender los últimos días del Reino nazarí de Granada y, con ello, el final del dominio musulmán en la península ibérica. Su figura se inscribe en un contexto de lucha heroica y desesperada por preservar un mundo en desaparición, asediado tanto por enemigos externos como por divisiones internas.

Aunque a menudo eclipsado por figuras como Boabdil, el Chico, su historia ofrece una perspectiva distinta y valiosa: la del líder que intentó resistir hasta el final sin pactar con los conquistadores, y cuya caída fue el símbolo definitivo de la debacle del mundo andalusí.

En la actualidad, su nombre sigue ligado a lugares históricos como la Alhambra y la ciudad de Baza, escenarios donde se libraron las últimas batallas por la supervivencia de una cultura que había florecido durante siglos en la península.

Principales aportes y legado

  • Defensor de Málaga en 1482 y vencedor en la batalla de La Ajarquía.

  • Asumió el liderazgo nazarí tras la caída política de Abul Hasán.

  • Gobernó desde la Alhambra durante una de las etapas más críticas del reino.

  • Opositor de Boabdil y figura clave en la defensa del este del reino.

  • Su resistencia retrasó la conquista total del reino por parte de Castilla.

  • Representa uno de los últimos bastiones de la soberanía islámica en la península ibérica.

La historia de Abdullah al-Zagal es, en suma, la del último gran caudillo de la Granada islámica. Su lucha, aunque marcada por la derrota, simboliza el coraje, la dignidad y la fidelidad a una causa perdida, que aún hoy resuena en la memoria colectiva de la historia hispánica.