Alejandro Pidal y Mon (1846-1913): Un líder político y filósofo católico
Alejandro Pidal y Mon, nacido en Madrid el 26 de agosto de 1846 y fallecido en la misma ciudad el 19 de octubre de 1913, fue una figura clave en la política y el pensamiento católico español durante el siglo XIX y principios del XX. Su vida estuvo marcada por su fervor religioso y su profunda dedicación al tomismo, un enfoque filosófico que influiría de manera decisiva en su carrera pública. A lo largo de su vida, Pidal y Mon defendió el catolicismo tradicionalista y la monarquía, destacándose como uno de los pilares de la política conservadora de su época.
Orígenes y contexto histórico
Alejandro Pidal y Mon nació en el seno de una familia de marcada influencia política. Era hijo de Pedro José Pidal, un destacado político moderado y erudito asturiano. En su juventud, acompañó a su padre a Roma, donde este fue designado embajador ante la Santa Sede. Este contacto temprano con la Iglesia y el catolicismo marcaría profundamente su vida y su carrera futura. A lo largo de su educación, que incluyó estudios en la Universidad Central de Madrid, Pidal y Mon desarrolló una profunda devoción religiosa, especialmente hacia la filosofía tomista.
Su vínculo con la fe católica fue tan fuerte que, desde su juventud, mostró una gran inclinación por estudiar y difundir las ideas del Santo Tomás de Aquino, filósofo medieval cuya doctrina sería la base de sus postulados. Esta orientación religiosa y filosófica se manifestaría a lo largo de toda su vida política y académica.
Logros y contribuciones
Pidal y Mon comenzó su carrera política en 1872, cuando obtuvo el acta de diputado por Villaviciosa (Asturias) en el grupo conservador. A partir de ese momento, su carrera parlamentaria se extendería durante varias décadas, destacándose como una figura influyente dentro del panorama político español. Aunque su adhesión al Partido Conservador fue constante, siempre se mostró crítico con sus líderes y políticas, lo que le permitió mantener una cierta independencia dentro del marco conservador.
Uno de los momentos más significativos de su carrera fue en 1876, cuando se opuso de manera rotunda a la aprobación del artículo segundo de la Constitución, que permitía una cierta libertad religiosa. Pidal y Mon veía este paso como una amenaza al catolicismo y a la unidad de España bajo una monarquía tradicionalista.
En 1884, aceptó el cargo de ministro de Fomento en el gabinete presidido por Cánovas del Castillo, otro influyente líder conservador. Durante su mandato en el ministerio, Pidal y Mon implementó diversas reformas en el ámbito educativo, incluyendo los decretos sobre las oposiciones a cátedra, la libertad de enseñanza, y la reforma de la Facultad de Derecho y del Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios. Además, mostró mano dura al reprimir los motines estudiantiles que surgieron en la Universidad Central.
Presidente del Congreso
Entre 1891 y 1893, Pidal y Mon fue elegido presidente del Congreso durante el gobierno conservador. Su influencia en el Parlamento fue clave, y ocupó nuevamente la presidencia del Congreso entre 1896 y 1899, consolidando su posición como uno de los principales líderes del Partido Conservador. Durante su tiempo en el Congreso, promovió varias leyes y reformas que favorecían la causa católica y tradicionalista.
El tomismo como guía de su vida
Desde sus años en la Universidad, Alejandro Pidal y Mon mostró un interés profundo por la filosofía tomista, una corriente filosófica basada en las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino. Su dedicación a esta corriente de pensamiento fue inquebrantable, y a lo largo de su vida escribió varios trabajos sobre el tema, siendo su estudio más conocido el que realizó sobre la vida y obra del propio Santo Tomás de Aquino. Pidal y Mon afirmaba que el tomismo era el fundamento de toda verdad científica, y defendió su vigencia en el pensamiento católico de la época, algo que le permitió ganarse el respeto del papado.
El Papa León XIII, tras la publicación de su obra sobre Santo Tomás, le dedicó un Breve laudatorio, reconociendo su labor intelectual y su dedicación al catolicismo. Pidal y Mon, convencido de que el catolicismo debía impregnar todos los aspectos de la vida, desde la política hasta la literatura, hizo de su escaño en el Parlamento un púlpito desde el cual defendió incesantemente los valores católicos tradicionales.
El ideal monárquico y la defensa de la monarquía
Otro de los pilares fundamentales en la ideología de Alejandro Pidal y Mon fue su firme defensa del ideal monárquico. A lo largo de su carrera, se opuso a los movimientos republicanos y se mostró crítico con cualquier avance hacia el republicanismo en España. En 1872 y 1873, fue uno de los pocos diputados que defendió la monarquía en las Cortes, y en 1876 atacó duramente a Cánovas del Castillo, acusándolo de hacer concesiones a los republicanos y no haber restaurado lo suficientemente rápido la monarquía borbónica.
A pesar de su cercanía al Partido Conservador, Pidal y Mon nunca se consideró completamente parte de este grupo y mantuvo una actitud crítica frente a sus líderes. Cuando Cánovas del Castillo falleció en 1896, muchos diputados conservadores lo vieron como un posible sucesor al frente del partido, pero él rechazó esa posibilidad. En lugar de asumir el liderazgo, apoyó la candidatura de Silvela, otro líder conservador, convencido de que no estaba preparado para ser un hombre de Estado, sino que su misión era filosófica.
La fundación de la Unión Católica
En 1887, Pidal y Mon fundó la Unión Católica, una agrupación política destinada a ser un bloque católico-tradicionalista que pudiera frenar los avances del liberalismo. Aunque la iniciativa no tuvo éxito debido a la falta de unidad dentro del movimiento católico, fue un reflejo de la profunda preocupación de Pidal y Mon por la lucha ideológica de su tiempo. A pesar de este fracaso, la fundación de la Unión Católica reflejó el deseo de organizar una fuerza política que defendiera los principios del catolicismo y el tradicionalismo.
Contribuciones literarias y académicas
Además de su faceta política, Pidal y Mon fue un prolífico escritor y académico. Fue miembro de diversas academias, entre ellas la de Jurisprudencia, la de Ciencias Morales y Políticas, y la de Historia. También fue elegido presidente de la Real Academia Española. A lo largo de su vida, escribió numerosas obras sobre temas de historia y filosofía, y su interés por el tomismo se reflejó en textos como El triunfo de los jesuitas en Francia (1873), Santo Tomás de Aquino (1875), Balmes y Donoso Cortés (1883), y La metafísica contra el naturalismo (1893).
Su dedicación intelectual y su militancia católica le valieron el reconocimiento de la Iglesia, y en 1891 recibió la Gran Cruz de la Orden de San Gregorio Magno de manos del Papa León XIII.
Relevancia actual
El legado de Alejandro Pidal y Mon perdura hasta el día de hoy, no solo en la memoria de su época, sino también en la influencia que ejerció sobre la política y la filosofía católica española. Su defensa del catolicismo tradicionalista, su crítica a los avances del liberalismo y su defensa de la monarquía como sistema de gobierno siguen siendo puntos de referencia en los estudios históricos sobre la España de su tiempo.
Hoy, su figura es recordada como un ejemplo de la integración entre la política, la filosofía y la religión, un hombre cuya vida estuvo guiada por un sentido de misión religiosa y política que trascendió los límites de su tiempo.
Bibliografía
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Pidal y Mon, Alejandro. Santo Tomás de Aquino. 1875.
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Pidal y Mon, Alejandro. La metafísica contra el naturalismo. 1893.
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Pidal y Mon, Alejandro. Discursos y artículos literarios. 1888.
MCN Biografías, 2025. "Alejandro Pidal y Mon (1846-1913): Un líder político y filósofo católico". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/pidal-y-mon-alejandro [consulta: 29 de septiembre de 2025].