Igor Markevitch (1912-1983): Un genio de la dirección orquestal y la composición
Igor Markevitch (1912-1983), director de orquesta y compositor ucraniano nacionalizado francés, es reconocido como una de las figuras más influyentes en la música del siglo XX. Nacido en Kiev el 27 de julio de 1912, su legado sigue vivo tanto en la interpretación como en la composición. Markevitch dejó una huella imborrable en el mundo de la música clásica, siendo admirado por su maestría en la dirección orquestal, su capacidad para introducir nuevas técnicas en la música y su profundo respeto por las obras que interpretaba.
Orígenes y contexto histórico
Markevitch nació en el seno de una familia de músicos en Kiev, Ucrania, en una época que, marcada por los convulsos cambios políticos y sociales, obligó a la familia a abandonar su ciudad natal cuando él tenía apenas dos años. Se trasladaron a Suiza, donde el joven Igor comenzó a recibir sus primeras lecciones musicales a cargo de su padre, el pianista Boris Nikolayevich. Desde pequeño, la música fue un refugio y un motor en su vida, y su prodigioso talento pronto llamó la atención de grandes figuras del mundo de la música.
A los trece años, Markevitch tuvo la oportunidad de interpretar ante el célebre pianista Alfred Cortot la suite Noces, una obra compuesta por él mismo. Este encuentro fue crucial, pues Cortot, impresionado por el talento del joven, le ofreció apoyo para publicar la suite y, más tarde, para ingresar en la École Normale de Musique de París. En esta prestigiosa institución, Markevitch perfeccionó sus estudios de composición con Nadia Boulanger y de orquestación con Vittorio Rieti. Estos años de formación le permitieron desarrollar su técnica y, al mismo tiempo, explorar la música de vanguardia que lo caracterizaría en el futuro.
Logros y contribuciones
La carrera de Igor Markevitch despegó a una edad temprana. En 1930, con tan solo 18 años, debutó como director de orquesta al frente de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Esta actuación fue el inicio de una carrera que lo llevaría por el mundo, dirigiendo algunas de las orquestas más prestigiosas y participando en la creación de obras clave en la música del siglo XX.
Una de las grandes aportaciones de Markevitch a la música fue su habilidad para interpretar composiciones complejas y vanguardistas. Su obra L’Envol d’Icare (1933) fue un gran éxito cuando fue estrenada en París bajo la dirección de Desormière. Esta pieza, con una profunda influencia de la música oriental, pasó por una revisión en 1943, donde se retituló Icare, transformándose en una obra más tradicional y accesible para el público occidental.
A lo largo de su carrera, Markevitch mostró un enfoque único para dirigir, que reflejaba su meticulosa atención al detalle y su respeto por la partitura original. Entre sus composiciones más destacadas se encuentran Le paradis perdu, Cantique d’amour, y Le nouvel âge, obras que exploraron nuevas técnicas musicales y que incluyeron elementos de la música de gamelán indonesio y cuartos de tono, algo raramente escuchado en la música occidental en ese entonces.
A pesar de los avatares de la Segunda Guerra Mundial, Markevitch mantuvo su compromiso con la música. En 1935, tras su matrimonio con Kyra Nijinsky, hija del célebre bailarín Vaslav Nijinsky, se estableció en Suiza. Sin embargo, al estallar la guerra, se trasladó a Florencia, donde, además de continuar su trabajo como director y compositor, se unió a la resistencia italiana en 1943.
Momentos clave
-
El encuentro con Alfred Cortot: Fue decisivo en la carrera de Markevitch, quien, a los 13 años, ya demostraba un talento excepcional que le permitió ingresar a la École Normale de Musique de París.
-
La relación con Diaghilev: En 1929, el director de los Ballets Russes, Sergei Diaghilev, escuchó algunas de las composiciones de Markevitch, lo que resultó en el encargo de una obra para piano y el ballet L’Habit du Roi. Este encuentro marcó un punto clave en su carrera como compositor.
-
La Segunda Guerra Mundial: Durante este periodo, Markevitch se trasladó a Florencia con su esposa, donde trabajó en su música y participó activamente en la resistencia italiana. Esta etapa estuvo marcada por las dificultades económicas, pero también por un profundo compromiso con la música como medio de resistencia.
-
El retorno a la dirección orquestal: En 1947, Markevitch resurgió como director de orquesta, con una notable reorganización del festival Maggio Musicale de Florencia, lo que marcó su regreso triunfal a la escena internacional.
-
Las últimas décadas: En la década de 1970, Markevitch sufrió la pérdida progresiva de su audición, lo que afectó su capacidad para dirigir con la misma destreza. A pesar de esta dificultad, continuó dirigiendo y participando en festivales internacionales.
Relevancia actual
Igor Markevitch sigue siendo un referente para los músicos y directores de orquesta de la actualidad. Su enfoque meticuloso y su profundo respeto por las partituras lo convierten en un modelo a seguir para los músicos contemporáneos. Su obra continúa siendo estudiada, y sus grabaciones, especialmente las de las sinfonías de Tchaikowski, son consideradas esenciales en el repertorio clásico.
Además, su trabajo como docente en instituciones como el Mozarteum de Salzburgo, el Conservatorio de Moscú y el Conservatorio de Madrid, contribuyó a formar a nuevas generaciones de músicos. Su hijo, Oleg Caetani, fue uno de sus discípulos y continuó la tradición familiar en la música.
En la actualidad, las obras de Markevitch siguen siendo interpretadas en las principales salas de conciertos del mundo. Su contribución a la música clásica del siglo XX es indiscutible, y su legado continúa influenciando a generaciones de músicos y compositores.
La última etapa de su vida, marcada por sus giras por la Unión Soviética, especialmente su regreso a Kiev, ciudad natal que le dio tanto, fue un reconocimiento a la grandeza de su carrera. Además, su nacionalización francesa en sus últimos años consolidó su vínculo con el país que lo acogió y le permitió seguir desarrollando su carrera en el ámbito europeo.
Discografía seleccionada
Algunas de las grabaciones más destacadas de Igor Markevitch incluyen:
-
Orchestral Music-Vol 1. – Arnhem Philharmonic Orchestra, Director: Christopher Lyndon-Gee. MARCO POLO 8223653.
-
Orchestral Music-Vol. 2. – Arnhem Philharmonic Orchestra, Director: C. Lyndon-Gee. MARCO POLO 8223666.
Igor Markevitch dejó también una valiosa producción literaria en la que reflejaba sus pensamientos sobre la música y la dirección orquestal. Entre sus obras escritas se destacan Introduction à la musique (1940), The Problems of the Education of Today’s Conductors (1965) y su autobiografía Être et avoir été (1980).
Su influencia perdura en la música clásica, y su capacidad para combinar la tradición con la innovación lo convierte en un ejemplo perdurable de excelencia musical.
MCN Biografías, 2025. "Igor Markevitch (1912-1983): Un genio de la dirección orquestal y la composición". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/markevitch-igor [consulta: 26 de septiembre de 2025].