Maude Lloyd (1908-VVVV). La estrella del ballet británico que brilló desde Sudáfrica hasta Londres

Maude Lloyd, nacida en Ciudad del Cabo el 16 de agosto de 1908, es una figura trascendental en la historia de la danza del siglo XX. Su legado como bailarina, directora artística y escritora dejó una marca indeleble en el ballet británico. Desde sus inicios en Sudáfrica hasta su consolidación en Londres como una de las intérpretes más influyentes del Ballet Rambert, su vida fue un constante ascenso artístico que se extendió hasta su incursión en el ámbito literario bajo el seudónimo de Alexander Bland. Su versatilidad, compromiso social y colaboración con los coreógrafos más destacados de su época hacen de su trayectoria una referencia imprescindible para entender la evolución del ballet moderno.

Orígenes y contexto histórico

Maude Lloyd nació en un momento de grandes transformaciones para el arte y la danza. En el inicio del siglo XX, el mundo del ballet atravesaba una etapa de modernización, distanciándose del ballet romántico tradicional y abriéndose a nuevas formas de expresión. Este contexto influyó directamente en su carrera.

Desde muy joven, Lloyd mostró un fuerte interés por la danza y comenzó su formación en Ciudad del Cabo. En 1927, con apenas 19 años, decidió trasladarse a Londres, el epicentro del ballet moderno en aquel momento, donde su talento encontró terreno fértil para crecer y florecer.

Su llegada a la capital británica coincidió con una fase de efervescencia creativa en el mundo del ballet, lo que le permitió incorporarse al prestigioso Ballet Rambert, una de las compañías más influyentes del Reino Unido y pionera en la incorporación de nuevas corrientes coreográficas. Allí, su talento la catapultó rápidamente al centro de la escena.

Logros y contribuciones

Lloyd se consolidó como una de las bailarinas principales del Ballet Rambert durante una etapa crucial de la compañía. Su ascenso se consolidó tras la salida de otras destacadas figuras como Pearl Argyle, Diana Gould y Prudence Hyman, quedando ella como la primera ballerina de la compañía hasta 1938.

Durante este periodo, participó en numerosos estrenos coreográficos que marcaron época y que contribuyeron a definir el perfil del ballet moderno británico. Su versatilidad la convirtió en la intérprete ideal para algunos de los coreógrafos más innovadores de su tiempo.

Uno de los momentos más relevantes de su carrera fue su colaboración con Antony Tudor, con quien trabajó estrechamente en la creación de piezas que rompían con las convenciones del ballet clásico. A su partida hacia Estados Unidos en 1939, Lloyd asumió un papel clave como codirectora del London Ballet junto a Peggy van Praagh, lo que reafirmó su papel no solo como intérprete, sino también como líder artística.

Su legado incluye una contribución fundamental a la creación y puesta en escena de obras maestras coreográficas que ayudaron a forjar el canon del ballet británico contemporáneo.

Listado de ballets estrenados por Maude Lloyd

Durante su trayectoria, Lloyd participó en la creación y estreno de un impresionante repertorio de ballets:

  • The Fairy Queen (1927) – Frederick Ashton

  • The Lady of Shalott (1931) – Frederick Ashton

  • Valentine’s Eve (1933) – Frederick Ashton

  • Le Boxing (1931) – Susan Salaman

  • Circus Wings (1935) – Susan Salaman

  • Cross-Garter’d (1931) – Antony Tudor

  • Mr. Roll’s Quadrilles (1932) – Antony Tudor

  • The Planets (1934) – Antony Tudor

  • The Descent of Hebe (1935) – Antony Tudor

  • Jardin aux Lilas (1936) – Antony Tudor

  • Dark Elegies (1937) – Antony Tudor

  • Soirée Musicale (1938) – Antony Tudor

  • Gala Performance (1938) – Antony Tudor

  • Unbowed (1932) – Sara Patrick

  • Alcina Suite (1934) – Andrée Howard

  • La Muse S’Amuse (1936) – Andrée Howard

  • La Fête Étrange (1940) – Andrée Howard

  • Pavane pour une Infante Défunte (1937) – Bentley Stone

  • Paris-Soir (1939) – Walter Gore

  • Pas des Déesses (1939) – Keith Lester

  • The Seasons (1940) – Frank Staff

Cada uno de estos títulos representa no solo una colaboración artística, sino también una aportación al repertorio escénico del ballet moderno, con temas que oscilaban entre lo mitológico, lo romántico y lo abstracto.

Momentos clave

Uno de los hitos más destacados en la carrera de Maude Lloyd fue su nombramiento como codirectora del London Ballet en 1939. Esta responsabilidad llegó tras la partida de Antony Tudor a Estados Unidos, y la compartió con Peggy van Praagh, marcando el inicio de una nueva etapa en su carrera: la dirección artística.

En 1940, durante los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial, Lloyd hizo una pausa en su carrera artística para dedicarse a labores humanitarias. Trabajó activamente en favor de los refugiados y prisioneros de guerra, demostrando una profunda sensibilidad social que trascendía los escenarios.

Su regreso al ámbito artístico se dio desde otro ángulo: la crítica y la escritura. Bajo el seudónimo de Alexander Bland, se dedicó a la publicación de textos sobre danza, convirtiéndose en una voz autorizada en la historia del ballet. Esta etapa fue igualmente influyente, ya que permitió documentar y reflexionar sobre los cambios estéticos y sociales de la danza en el siglo XX.

Además, fue integrante del Ballet Markova-Dolin, otra de las formaciones importantes de la época, lo que amplió aún más su red de colaboraciones e influencias dentro del panorama artístico.

Relevancia actual

El legado de Maude Lloyd sigue siendo altamente significativo en la historia del ballet británico. Su papel como intérprete de referencia para coreógrafos como Ashton, Tudor, Howard y Lester la convierte en un eslabón esencial para entender el surgimiento del ballet narrativo moderno, caracterizado por su profundidad psicológica y su alejamiento del virtuosismo técnico vacío.

Como pionera femenina en la dirección artística, abrió camino para otras mujeres dentro de un ámbito históricamente dominado por hombres, y su figura es recordada como un ejemplo de liderazgo, sensibilidad estética y compromiso social.

Sus escritos como Alexander Bland también son fuente invaluable para estudiosos e historiadores de la danza, al ofrecer una visión interna de los procesos creativos del ballet del siglo XX desde la perspectiva de una protagonista activa en ellos.

Hoy, las compañías de danza continúan interpretando obras en las que Lloyd dejó su huella, y su nombre aparece citado frecuentemente en estudios especializados sobre la evolución del ballet contemporáneo. Su vida y obra son un testimonio del poder transformador del arte, tanto en el escenario como en la sociedad.

Maude Lloyd no solo danzó en los escenarios más prestigiosos del Reino Unido, sino que también tejió una red de colaboración e innovación artística que sigue inspirando a nuevas generaciones de bailarines, coreógrafos y escritores.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Maude Lloyd (1908-VVVV). La estrella del ballet británico que brilló desde Sudáfrica hasta Londres". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/lloyd-maude [consulta: 28 de septiembre de 2025].