Matías Lara Merino «Larita» (1885-1957): El torero malagueño que dejó huella en la historia del toreo

Matías Lara Merino, conocido en el
mundo taurino como «Larita», nació en Málaga el 15 de agosto de 1885 y
falleció en Guadalajara el 27 de octubre de 1957. Este matador de toros
español, a pesar de no haber sido aclamado por la elegancia o finura de
su arte, dejó una profunda huella en la historia del toreo gracias a su
valentía, su estilo característico y su peculiar forma de entender la
lidia. A lo largo de su carrera, Larita fue un torero que destacó por
su temeridad y su capacidad para atraer a un público que se deleitaba
con sus gestas audaces.

Orígenes y contexto histórico

La historia de Larita comenzó en
Beas de Segura, una localidad de la provincia de Jaén, donde a los
trece años dio lidia y muerte a su primer becerro. Unos años más tarde,
a los quince, se presentó por primera vez en la capital jiennense
vistiendo el tradicional terno de luces. Su paso por las plazas de
toros fue arduo y estuvo marcado por una constante lucha contra los
traspiés y revolcones, pues no contaba con la técnica refinada que
caracterizaba a otros toreros de su época. Sin embargo, su valentía y
arrojo le permitieron continuar avanzando en el mundo taurino, a pesar
de sus carencias estilísticas.

A lo largo de su carrera, Larita
compartió plaza con algunos de los más grandes toreros de la historia
del toreo, como Francisco Madrid y Villatoro («Paco Madrid»), quien fue
su padrino en la toma de alternativa, o Juan Belmonte García, una de
las figuras más importantes del toreo, quien presenció su doctorado.
Estos momentos de la vida de Larita son testigos de la feroz
competencia que existía en el mundo del toreo, especialmente cuando
nombres como José Gómez Ortega («Joselito»), Juan Belmonte García, y otros toreros como Rafael Gómez Ortega («El Gallo») y Rodolfo Gaona y Jiménez dominaban las plazas.

Logros y contribuciones al mundo taurino

Matías Lara Merino no destacó por
su refinada técnica, pero su valor, su estilo personal y su capacidad
para encarar la lidia de manera temeraria lo convirtieron en un torero
popular. En 1914, Larita tomó la alternativa en su ciudad natal,
Málaga, donde se presentó ante su público dispuesto a enfrentarse a un
toro de la ganadería de González Nandín. Esta fue la primera de muchas
actuaciones que lo consolidaron como un torero valiente y audaz.

En 1915, Larita confirmó su
alternativa en Madrid, una de las plazas más importantes del mundo
taurino, donde se le permitió lidiar un astado con el hierro de Olea.
Durante esta etapa, el torero malagueño fue apadrinado por el famoso Julio Gómez Cañete («Relampaguito») y compartió cartel con el coletudo vallisoletano Pacomio Peribáñez y Antón.
Aunque su estilo rudo y un tanto vulgar no le permitió destacar por su
técnica, sí lo hizo por su audacia y su disposición a enfrentar al toro
sin temor, lo que le permitió forjarse una base de seguidores fieles.

A pesar de estar rodeado de figuras de la talla de Manuel Jiménez Moreno («Chicuelo»), Joaquín Rodríguez Ortega («Cagancho»), y Cayetano Ordóñez y Aguilera
(«Niño de La Palma»), entre otros, Larita supo aprovechar sus
limitaciones técnicas y hacer de su estilo de toreo algo efectista, que
atrajo la atención del público. Su forma de lidiar los toros no se
basaba en la elegancia o en la depuración de la técnica, sino en su
capacidad para ofrecer un espectáculo lleno de valentía y momentos
dramáticos. Su torero era un torero sin miedo, que a menudo se enredaba
en sus propios lances de manera grotesca, pero que lograba mantener la
tensión y el interés de la audiencia.

Momentos clave en su carrera

A lo largo de su vida, Larita fue
testigo de momentos claves en el toreo que marcaron su carrera y la
historia de la tauromaquia:

  • 1 de septiembre de 1914: Larita toma la alternativa en Málaga, acompañado por su paisano Francisco Madrid y Villatoro («Paco Madrid»). Durante esta ceremonia, estuvo presente Juan Belmonte García, quien a la postre sería uno de los más grandes toreros de todos los tiempos.

  • 3 de julio de 1915: Larita confirma su alternativa en Madrid, donde lidia un toro de la ganadería de Olea, apadrinado por Julio Gómez Cañete («Relampaguito»). En esta ocasión, también estuvo presente el torero vallisoletano Pacomio Peribáñez y Antón.

  • Década de 1920-1930: Durante este periodo, Larita se mantiene activo en la plaza, compitiendo con figuras como José Gómez Ortega («Joselito»), Juan Belmonte García, Rafael Gómez Ortega
    («El Gallo») y otros grandes de la tauromaquia. A pesar de la
    competencia, su estilo rudo y valiente le permitió mantenerse en la
    escena.

Relevancia actual

El legado de Larita es un ejemplo
de cómo la valentía y la temeridad pueden forjar el nombre de un
torero, incluso cuando la elegancia y la técnica no son sus puntos
fuertes. Su estilo, aunque considerado grosero por muchos, logró
conectar con una audiencia que disfrutaba del espectáculo y el drama
que ofrecía en la plaza. Larita pasó a la historia como un torero que
no logró la finura de otros, pero que supo ganarse el cariño de los
aficionados por su arrobo y su determinación.

Su historia es la de un hombre
que, a pesar de no estar entre los más destacados de su época en
términos técnicos, dejó una marca imborrable en el toreo por su
capacidad para enfrentar al toro sin miedo. La gente lo recordará
siempre por ser un torero valiente, cuya destreza no estaba en la
precisión, sino en el coraje con el que se enfrentaba a cada astado.

La figura de Matías Lara Merino,
«Larita», sigue viva en la memoria colectiva de la tauromaquia
española, y su nombre es citado junto a los más grandes, aunque con una
historia muy diferente a la de estos colosos del toreo. Hoy, Larita es
recordado como un torero que se dedicó a luchar por su lugar en la
historia, aun cuando las adversidades parecían estar en su contra.

A pesar de que al final de su
vida, Larita murió en la pobreza en una residencia hospitalaria de
Guadalajara, su nombre sigue resonando en el mundo taurino, donde su
estilo de toreo ha quedado registrado como un ejemplo de valentía y
determinación, aunque nunca haya sido aclamado por la finura de su
técnica.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Matías Lara Merino «Larita» (1885-1957): El torero malagueño que dejó huella en la historia del toreo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/lara-merino-matias [consulta: 1 de octubre de 2025].