Manuel García Prieto (1859-1938): El marqués de Alhucemas y su legado en la política española

Manuel García Prieto (1859-1938), conocido como el Marqués de Alhucemas, fue una de las figuras más relevantes en la política española de finales del siglo XIX y principios del XX. A lo largo de su carrera, desempeñó importantes roles en varios gobiernos y, pese a los vaivenes políticos de la época, su influencia perduró hasta la dictadura de Primo de Rivera. Su legado es especialmente reconocido en el ámbito de la diplomacia y la política interna de España.
Orígenes y contexto histórico
Manuel García Prieto nació en Astorga, León, en 1859. Provenía de una familia de clase media que le permitió acceder a una sólida formación académica. Concluidos sus estudios en Derecho, García Prieto decidió ingresar en el Cuerpo Jurídico Militar, aunque pronto abandonó esta carrera para dedicarse de lleno a la abogacía. Su primer gran paso en la vida pública fue entrar a trabajar en el bufete de Montero Ríos, donde estableció una profunda amistad y un vínculo ideológico con el destacado político gallego. Esta relación fue fundamental para su desarrollo político, ya que, además de ser compañero de lucha política, se unió a la familia de Montero Ríos al casarse con una de sus hijas.
En 1888, García Prieto dio su primer paso en la arena política al conseguir el acta de diputado por su ciudad natal. En sus primeros años en el parlamento, trabajó en estrecha colaboración con los principales líderes del Partido Liberal. Con el paso de los años, su nombre se fue asociando con los logros más importantes de la política española, tanto en el ámbito interno como en la diplomacia internacional.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera política, García Prieto fue nombrado para varios ministerios, dejando una huella significativa en cada uno de ellos. En 1897, fue designado subsecretario de lo contencioso del Estado y, posteriormente, subsecretario de Ultramar. La consolidación de su poder dentro del Partido Liberal fue impulsada por su cercanía con Mateo Práxedes Sagasta, cuya muerte en 1903 permitió que Montero Ríos asumiera la jefatura del partido.
Uno de los momentos más destacados de su carrera ocurrió en 1905, cuando García Prieto asumió el Ministerio de la Gobernación en el gobierno de Montero Ríos. A pesar de que este cargo fue breve, ya que lo dejó en diciembre del mismo año para tomar la cartera de Justicia en el gobierno de Moret, marcó el inicio de su influencia en la reforma de la justicia española. Durante su gestión en el Ministerio de Justicia, García Prieto impulsó la creación de las colonias penitenciarias de la Escuela de Criminología y llevó a cabo una reforma en el Tribunal Supremo.
Su rechazo a la Ley de Jurisdicciones, un proyecto legislativo que consideraba incompatible con los derechos civiles, le costó la dimisión en 1906. Sin embargo, su carrera continuó en ascenso, y en ese mismo año fue nombrado Ministro de Fomento en el gobierno del general López Domínguez. En este cargo, García Prieto jugó un papel crucial en la negociación del Tratado Hispano-Marroquí en 1911, por el cual España estableció un protectorado sobre una parte del territorio marroquí. Este tratado, junto con otro acuerdo con Francia en 1912, consolidó su reputación como un habilidoso diplomático.
En reconocimiento a su labor, García Prieto fue nombrado Marqués de Alhucemas, además de ser elevado a la categoría de Grande de España, un título que reflejaba la importancia de su rol en la política nacional e internacional. También se destacó en el ámbito de la diplomacia al conseguir que las repúblicas hispanoamericanas estuvieran representadas en el Tribunal Interior de Justicia en La Haya.
Momentos clave en su carrera
La carrera de García Prieto estuvo marcada por importantes momentos de decisión y conflictos. En 1913, durante una escisión dentro del Partido Liberal, García Prieto se posicionó como líder de la facción que se consideraba heredera de la política de Sagasta. Fundó el Partido Liberal Democrático en oposición al sector encabezado por el conde de Romanones.
A lo largo de la Primera Guerra Mundial, García Prieto defendió una postura de neutralidad para España, evitando la involucración en el conflicto. Este enfoque fue respaldado por su elección como presidente del Senado en 1916, donde se dedicó a reagrupas las fuerzas liberales en su partido.
En 1917, formó un gobierno que, aunque de corta duración, demostró la fragilidad política de la época. La oposición de las Juntas de Defensa a sus políticas provocó su salida del poder, pero un mes después, en noviembre de 1917, García Prieto regresó al poder como presidente del gobierno tras la crisis interna del gabinete de Eduardo Dato.
A partir de 1921, tras el desastre de Annual, García Prieto se enfrentó a nuevas crisis. Intentó evitar el golpe de Estado de Primo de Rivera, recurriendo a la ayuda de las capitanías generales, especialmente la de Valencia, comandada por el general Zabala. En un último intento, solicitó la intervención del general Weyler, quien, sin embargo, no pudo evitar el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923.
La Dictadura y su retiro de la política
Durante la dictadura de Primo de Rivera, García Prieto se retiró de la vida política activa. No fue hasta el último gobierno de la monarquía, presidido por el almirante Aznar, que regresó a la política, esta vez como Ministro de Gracia y Justicia. Sin embargo, sus últimos años fueron marcados por una España cada vez más sumida en la agitación política y la dictadura, lo que dificultó cualquier intento de mantener la estabilidad en la política del país.
Manuel García Prieto falleció en San Sebastián en 1938, dejando atrás una carrera que, a pesar de sus altibajos, marcó una etapa fundamental en la política y la diplomacia española.
Su relevancia actual
La figura de Manuel García Prieto sigue siendo relevante en la historia de España por su contribución a la consolidación del poder liberal durante una época de gran agitación política. Fue un hombre de Estado clave que, desde los primeros años de la Restauración, jugó un papel crucial en la política española y en las relaciones exteriores del país. Su legado, tanto en la política interna como en la diplomacia, es un testimonio del dinamismo y las dificultades de la política española de principios del siglo XX.
MCN Biografías, 2025. "Manuel García Prieto (1859-1938): El marqués de Alhucemas y su legado en la política española". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/garcia-prieto-manuel [consulta: 28 de septiembre de 2025].