Windelband, Wilhelm (1848-1915).
Filósofo alemán, nacido en Potsdam en 1848 y muerto en Heidelberg en 1915. Fue catedrático en Zurich, Friburgo, Estrasburgo y Heidelberg. Ha influido sobre todo en la historiografía y la especulación filosófica europea de finales del siglo XX, a través de las obras de historia de la filosofía que escribió, entre las que destacan: Geschichte der neueren Philosophie in ihrem Zusammenhange mit der allgemeinen Kultur und den besonderen Wissenschaften (1878-1880), Geschichte der abendländischen Philosophie im Altertum (1888) y Lehrbuch der Geschichte der Philosophie (1892). En particular, es notable su concepción de la historia de la filosofía tratada «por problemas», en lugar de «por personalidades individuales». Desde un punto de vista teórico, destacan sus Präludien. Aufsätze und Reden zur Einführung in die Philosophie (1884), en donde anuncia el renacimiento de la filosofía alemana debido a un retorno crítico a la doctrina kantiana. El planteamiento de esta obra es el siguiente: Kant vuelve a aparecer ante el pensamiento alemán como un antídoto contra el espíritu del materialismo, pero este retorno está condicionado por una interpretación exacta del mundo histórico que Kant juzgó indigno de crítica severa. Retornar a Kant y al idealismo alemán significa, para Windelband, no un retorno efectivo, o al menos no sólo eso, sino también la construcción de una síntesis entre la austeridad del criticismo y la amplia visión histórica llevada a cabo por el idealismo. La ciencia histórica, encargada de perpetuar el recuerdo del género humano, debe regirse según ciertos criterios selectivos sólidos; tales principios de selección son los valores, junto con las categorías kantianas, aunque estas últimas intervienen en menor medida.
En su Rektoratsrede, Geschichte und Naturwissenschaft (1894) distingue entre ciencias de carácter nomotético y ciencias de carácter idiográfico. La primeras, que vienen a identificarse con las ciencias que investigan las leyes naturales, se caracterizan por proponer como objetivo de su investigación el pleno conocimiento de lo que ocurre en general, de modo que puedan establecerse leyes válidas para todos los casos; las segundas, propias de la historia, son aquellas que se ocupan de los casos particulares, esto es, de fenómenos que no son susceptibles de repetición. Pero esta distinción es, para Windelband, meramente formal y metodológica, por lo que una ciencia nomotética puede usar también el método idiográfico, efectuando en este caso una investigación propiamente histórica de los fenómenos. Tal doctrina le permite a Windelband rechazar cualquier intento de convertir la historia en una ciencia natural, tal y como proponían algunas corrientes positivistas; la historia se caracteriza por hacer uso de un método idiográfico; introducir en esa disciplina el método nomotético implica buscar «leyes» de la historia, en lugar de «figuras», lo que conduciría a la exposición de unas cuantas «generalidades triviales, que se salvarían únicamente con la distinción de sus numerosas excepciones«.
El entusiasta desarrollo de la historiografía que tuvo lugar en el siglo XIX influyó en Windelband a la hora de adoptar el concepto de «valor» en su elaboración crítica del conocimiento histórico. Si la filosofía ha de ser una crítica de la historia, y si la historia es la historia de los valores, la filosofía tendrá que ser la ciencia crítica de los valores universalmente válidos, y la historia, por otra parte, será el órgano de la filosofía, como antes lo había sido la naturaleza. De esta forma, para determinar mejor en qué consiste la peculiaridad del proceder histórico, se ha de dilucidar cuál es la naturaleza particular del juicio en el que se funda tal proceder. Una vez excluido el hedonístico, Windelband considera tres tipos de juicio crítico: el lógico, el ético y el estético; como consecuencia, tres son las ciencias filosóficas fundamentales: la lógica, la ética y la estética. Así, quedan excluidas del ámbito de la filosofía crítica la metafísica, como conocimiento dogmático de los principios últimos de la realidad, y la psicología, como disciplina empírica. Con esta doctrina, Windelband cree haber alcanzado el genuino significado del criticismo, que estaba implícito en Kant y que se hace explícito en su filosofía de los valores. Es fundamental para este criticismo la denominada «conciencia normal», sobre la que se levanta la construcción de los juicios críticos. Dicha conciencia se erige en sistema de normas universalmente válidas y constituye «la medida ideal del valor de toda realidad empírica«.