Weil, André (1906 -1996).
Matemático francés nacido en París el 6 de mayo de 1906 en el seno de una familia judia con un alto nivel cultural. Sus padres le ofrecieron, desde una edad muy temprana, una educación completa, que abarcaba todos los aspectos de la cultura de la época. Este fue el motor impulsor que le llevó, con sólo 14 años, a apasionarse por las matemáticas. En 1928 se graduó en la Universidad de París. En su tesis doctoral resolvió un problema, acerca de curvas elípticas, propuesto por H. Poincaré a principios de siglo y que nadie había conseguido solucionar hasta entonces.
Otra de sus grandes pasiones, la cultura hindú, hace que en 1930 acepte una plaza como profesor en la India. Pero sus relaciones con la política académica del momento ocasionan que sea despedido después de dos años de trabajo. Durante el tiempo que residió en la India conoció a Gandhi, con el que solía conversar y tomar el té, mientras el líder indio organizaba el derrocamiento de la autoridad inglesa.
Después de su salida de la India, desarrolla su labor docente en la Universidad de Estrasburgo hasta que dos años más tarde, y ante la amenazadora beligerancia alemana, es requerido desde Francia para cumplir el servicio militar. Weil no se considera capaz de servir a su país militarmente y, después de analizar la situación, decide huir a Finlandia. Allí continúa sus estudios. Se pasa días y días escribiendo símbolos incomprensibles para todos los que le rodean, hasta que debido a la atmósfera de temor a una invasión de la Unión Soviética, es confundido con un espía ruso. La policía finlandesa le detiene y están a punto de ejecutarle, sin saber que sólo es un «simple» matemático francés. Cuando se descubre su identidad, la policía de Finlandia le deporta a Francia, donde se le acusa y condena por deserción. Weil es encarcelado en una prisión militar, y es durante este tiempo cuando desarrolla su teoría más conocida, su teorema sobre la hipótesis de Riemann. Corría el 1939 y Weil, con sus 33 años, lograba demostrar la hipótesis de Riemann para la función Z en el caso de funciones de un cuerpo. Este estudio constituye uno de los pilares básicos de la teoría moderna de los números, ya que demuestra la corrección de la idea de Riemann sobre el comportamiento, en determinadas situaciones de gran importancia para la ciencia, de los números primos en su desplazamiento hacia el infinito.
Weil es puesto en libertad seis meses después de su encarcelamiento, a condición de incorporarse al ejército. Cuando los alemanes invaden y hacen desaparecer al ejército francés, Weil escapa a Inglaterra y, desde allí a los Estados Unidos, donde sólo es capaz de conseguir un puesto en la Universidad Lehigh en Pennsylvania que él considera como una «mediocre escuela de ingeniería».
En 1947 se traslada a la Universidad de Chicago. Allí recupera un proyecto que había comenzado en los años treinta, cuando Weil y un grupo de colegas se decidieron a escribir sus propios textos de matemáticas bajo un personaje pseudónimo: Nicolás Bourbaki, científico originario del imaginario país de Poldavia. Los estudios publicados por Bourbaki tocaban todas las áreas de las matemáticas, y según iba pasando el tiempo crecía la incertidumbre popular sobre la verdadera naturaleza de este personaje, hasta que, en 1949, un periodista llamado Ralp Boas publica el origen del misterioso científico. El mayor legado del proyecto Bourbaki fue llevar a la práctica una propuesta que el famoso matemático D. Hilbert hizo a principios del siglo XX, según la cual las matemáticas debían ser fundamentadas sobre bases más seguras de las que existían hasta el momento. Bourbaki profundizó en la abstracción y la axiomatización de las matemáticas hasta más allá de lo que se debía hacer, según opinión de Weil, que dejó el grupo a finales de los años cincuenta.
En 1958, Weil llega al Instituto de Estudios Avanzados de Princeton donde continua con sus estudios hasta el momento y aunque oficialmente se jubiló en 1976. Sus trabajos en aritmética, álgebra, topología y geometría dieron lugar a una de las áreas de la matemática moderna más evolutiva. Los colegas de Weil le consideran uno de los «últimos matemáticos universales», ya que con su trabajo, este gran matemático, ha conseguido ordenar las matemáticas y encauzar, con sus demostraciones, el estudio de esta ciencia.
En el año 1996, Weil tiene noventa años, ha perdido audición y su cuerpo está reconstruido con una prótesis de cadera, sin embargo sigue desarrollando sus estudios, y acude todos los días a su despacho de Princeton donde trabaja en la edición de las obras de J. Bernoulli y P. de Fermat, atrás quedó su azarosa vida. Weil, convertido en uno de los más insignes matemáticos de este siglo, ha ejercido una gran influencia en las matemáticas modernas con sus demostraciones y su sentido de «lo esencial».
Murió el 6 de agosto de 1998 en Princeton, (New Jersey, USA)
MJP