Wang Chong (27 a.C.-ca.100 d.C.)


Filósofo chino de la antigüedad, nacido en Shangyu (actualmente Zhejiang) en el año 27 d.C. y fallecido en la misma localidad hacia el año 100 d.C., está considerado uno de los más originales e independientes pensadores del período Han (206 a.C.-220 d.C.). Partiendo del confucianismo, abogó por una doctrina estrictamente naturalista, escéptica y materialista, contraria a las supersticiones y basada en la experiencia como único método de conocimiento.

Pocos datos ciertos se tiene de su vida, salvo los que el propio filósofo aporta en sus escritos. Nació en una familia de campesinos humildes y quedó huérfano a corta edad. Al parecer, gran parte de su formación debió ser autodidacta, ya que cuenta que desde los ocho años solía leer con avidez en una librería. Ejerció un cargo administrativo de categoría inferior en la capital, pero se retiró pronto y pasó la mayor parte de su vida en su localidad de origen consagrado al estudio y la escritura. La leyenda dice que murió en la más absoluta pobreza, hasta el punto de no poseer “[…] ni un acre de tierra, ni un grano de cereal”.

Wang Chong criticó algunos de los rituales tradicionales de la cultura china, como los grandes funerales, al considerar que el alma humana muere con la extinción de la vida física; de ahí que también censurase con dureza la popular creencia en fantasmas y espíritus. Divergió de algunas de las enseñanzas de Confucio y Mencio, y su racionalismo le llevó a negar con rotundidad que hubiese una relación directa de causa-efecto entre las conductas humanas y los fenómenos de la naturaleza, una creencia muy asentada en la mentalidad del país. Según Wang, la naturaleza posee sus propias leyes, basadas en principios físicos, y por tanto sus manifestaciones (terremotos, lluvias) son espontáneas, principio que le acercó a la doctrina taoísta e incluso le hizo ser incluido dentro de esta filosofía. Siguiendo su razonamiento, llegó a la conclusión de que los hechos humanos no son explicables mediante las leyes naturales; en cierto modo, se adelantó a su tiempo al señalar que el conocimiento de dichas leyes sólo es posible mediante la prueba de una evidencia física y un ensayo experimental. También fue uno de los primeros filósofos en plantearse la cuestión de la transmisión de caracteres físicos a través de las generaciones, aunque todavía no cabe hablar de ciencia de la genética.

Las teorías de Wang nunca gozaron de gran popularidad en la China imperial, aunque con el advenimiento del pensamiento racionalista del comunismo su figura concitó mayor atención que en épocas anteriores. Escribió cuatro obras, de las que sólo el Lunheng (Discursos o Ensayos Críticos) se conserva. Al contrario que otras obras filosóficas chinas, el Lunheng destaca por su estilo sobrio y un lenguaje claro y conciso.

Para más información, véase China: Historia (Prehistoria-Siglo X).