Alexander Volinine (1882-1955). El virtuoso ruso que conquistó la danza francesa

Alexander Volinine fue un bailarín y maestro de danza de origen ruso cuya trayectoria marcó una época tanto en la escena coreográfica de su país natal como en el ámbito internacional. Nacido en Moscú en 1882, se formó en una de las instituciones más prestigiosas de la danza clásica y llevó su arte a niveles de excelencia que lo convirtieron en una figura de referencia. Su legado perdura no solo por sus interpretaciones y colaboraciones con grandes nombres de la danza, sino también por su trabajo pedagógico y el prestigioso Prix Volinine, que continúa impulsando la creación coreográfica en su honor.

Orígenes y contexto histórico

Alexander Volinine nació el 17 de septiembre de 1882 en Moscú, en un periodo en el que el arte del ballet florecía en Rusia bajo el amparo de los teatros imperiales. Se formó en la Escuela Coreográfica de Moscú, de la cual se graduó en 1901. Esta institución fue un importante semillero de talento en el contexto del ballet clásico ruso, el cual vivía una etapa de consolidación y expansión a nivel internacional.

En el cambio de siglo, Rusia comenzaba a posicionarse como una potencia cultural dentro del mundo de la danza, y los grandes teatros imperiales eran tanto un símbolo de esplendor como un campo fértil para la formación de artistas de alto nivel. Volinine se convirtió en bailarín principal de esta compañía, consolidando rápidamente su lugar dentro de la élite artística del ballet ruso.

Logros y contribuciones

El año 1910 marcó un punto de inflexión en la carrera de Volinine. Dejó la compañía de ballet de Moscú para unirse a los Ballets Russes de Diaghilev, una de las agrupaciones más influyentes del siglo XX. Bajo la dirección de Sergei Diaghilev, los Ballets Russes revolucionaron el panorama escénico occidental al presentar una combinación innovadora de música, danza, escenografía y vestuario. Esta colaboración situó a Volinine en el epicentro de una transformación artística sin precedentes.

Dentro de esta compañía, estrenó el ballet Les Orientales (1910), coreografiado por Mikhail Fokine, uno de los más renombrados renovadores del ballet tradicional. En esta pieza, compartió escenario con Ekaterina Geltzer, con quien también realizó múltiples giras por Alemania, extendiendo la influencia del ballet ruso más allá de sus fronteras originales.

Volinine demostró una capacidad excepcional para adaptarse a distintos estilos y puestas en escena. En 1911, participó en el estreno americano del emblemático ballet El Lago de los Cisnes, interpretando el papel de Benno en una versión dirigida por Mikhail Mordkin. Ese mismo año, también actuó en la versión no autorizada del ballet Las Sílfides en Estados Unidos, producida por la compañía de Gertrude Hoffman.

Su prestigio lo llevó a compartir escenario como partenaire de destacadas bailarinas de la época, entre ellas:

Estos nombres, vinculados estrechamente al auge del ballet moderno y a la internacionalización del arte escénico ruso, son prueba del nivel artístico en el que se movía Volinine.

Momentos clave

La carrera de Volinine estuvo marcada por una serie de eventos trascendentales que definieron su legado artístico:

  • 1901: Graduación en la Escuela Coreográfica de Moscú.

  • 1910: Incorporación a los Ballets Russes y estreno de Les Orientales.

  • 1911: Participación en el estreno americano de El Lago de los Cisnes.

  • 1911: Actuación en Las Sílfides, versión no autorizada en EE.UU.

  • 1946: Invitación del Real Ballet Danés para la producción de Giselle.

Cada uno de estos hitos representa tanto el reconocimiento a su talento como la importancia de su presencia en escenarios clave de la danza mundial.

Relevancia actual

A pesar de haber fallecido el 3 de julio de 1955 en París, Alexander Volinine dejó una huella duradera tanto en la interpretación como en la enseñanza de la danza. Estableció su propia escuela de danza en París, desde donde formó a nuevas generaciones de bailarines, transmitiendo el rigor técnico y la sensibilidad artística que lo caracterizaban.

Uno de los elementos más significativos de su legado es el Prix Volinine, instaurado bajo los auspicios del Comité de Danza del International Theatre Institute – Unite. Este concurso, que lleva su nombre, tiene como finalidad:

  • Promover la creación coreográfica.

  • Financiar producciones de danza clásica, moderna o de jazz.

Gracias a este premio, el nombre de Volinine sigue vinculado a la innovación y al fomento del arte coreográfico en distintas disciplinas. Su figura no solo representa la excelencia interpretativa, sino también el compromiso con la formación y el desarrollo continuo del arte de la danza.

Volinine encarna el perfil del bailarín integral, capaz de unir la tradición rusa con la apertura cultural europea. Su paso por compañías tan influyentes como los Ballets Russes, y su trabajo con figuras icónicas como Anna Pavlova y Lydia Lopokova, lo posicionan como un puente entre generaciones y estilos, contribuyendo decisivamente al auge y evolución del ballet del siglo XX.

Su legado sigue inspirando a bailarines y coreógrafos en la actualidad, consolidando su estatus como una figura esencial en la historia de la danza.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Alexander Volinine (1882-1955). El virtuoso ruso que conquistó la danza francesa". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/volinine-alexander [consulta: 28 de septiembre de 2025].