Ramona Villazán (s. XIX): La dramaturga española que exploró los orígenes de Madrid

Ramona Villazán, dramaturga española del siglo XIX, ha permanecido en el olvido durante gran parte de la historia literaria española. No obstante, su obra más conocida, Los druidas o El primer día de Madrid, ha dejado una huella curiosa y valiosa en la dramaturgia decimonónica. Aunque no se conservan demasiados datos biográficos sobre su vida, su única obra conocida hasta la fecha ha sido objeto de interés para los estudiosos del teatro español. Esta pieza, un drama en verso, se distingue por su tratamiento innovador de la escenografía y la vinculación con los mitos pre-cristianos de la Península Ibérica. A través de esta obra, Villazán logró establecer un vínculo entre los orígenes de Madrid y las antiguas leyendas que rodeaban a la Península, una visión que aún hoy despierta la curiosidad de los historiadores.

Orígenes y contexto histórico de Ramona Villazán

El contexto histórico del siglo XIX fue fundamental para entender la obra de Ramona Villazán. Durante esta época, el teatro español experimentaba una evolución notable, buscando un equilibrio entre la tradición clásica y las nuevas tendencias artísticas. La dramaturgia en España comenzó a experimentar cambios importantes, con influencias de movimientos como el romanticismo y el realismo. Sin embargo, la obra de Villazán se mantiene en una línea más cercana a lo mítico y lo legendario, lo cual la coloca en una categoría única dentro del teatro de su tiempo.

La falta de información biográfica acerca de Ramona Villazán hace difícil reconstruir su vida personal y profesional. Solo se sabe que fue una autora activa durante el siglo XIX y que su única obra conocida, Los druidas o El primer día de Madrid, fue escrita en una época en la que las investigaciones sobre los orígenes de los pueblos y las naciones españolas estaban en auge, lo que probablemente inspiró la obra de Villazán.

Los druidas o El primer día de Madrid: Un drama sobre los orígenes míticos de la Península

Los druidas o El primer día de Madrid es la única obra atribuida con certeza a Ramona Villazán. Se trata de un drama en verso compuesto por tres actos que relata una historia situada en los remotos tiempos de España, cuando los carpetanos habitaban la Península Ibérica, antes de las invasiones romanas. La obra tiene lugar en un entorno legendario, donde la acción transcurre en una pradera rodeada de cabañas y en el interior de una cueva, creando un ambiente místico que es parte esencial de su estructura teatral.

La pieza de Villazán presenta una interesante reflexión sobre la puesta en escena en el teatro decimonónico. La autora inicia su obra con una serie de instrucciones precisas para lograr la mejor escenografía posible, algo que resulta un tanto inusual para la época. Esta atención a los detalles visuales refleja el interés de la autora por crear una atmósfera adecuada para la representación de un relato tan cargado de elementos mitológicos y simbólicos.

La originalidad de la obra: Mitos y vaticinios

Uno de los aspectos más originales de Los druidas o El primer día de Madrid es su tratamiento de los mitos pre-cristianos. Villazán se aparta de los relatos históricos en favor de una narrativa que mezcla lo legendario con lo imaginario, lo que otorga a la obra una dimensión mítica particular. En este sentido, la obra se adentra en los primeros días de la historia de España, aunque con una gran carga simbólica. En la trama, el personaje de la Maga o Sibila, en un acto de cierre, pronuncia dos importantes vaticinios: el nacimiento de un dios de una virgen y la futura grandeza de Iberia.

Estos elementos vaticinadores, que combinan lo profético con lo mágico, refuerzan el carácter visionario de la obra. La aparición de estos augurios no solo aporta un aire de misterio, sino que también encierra una reflexión sobre el futuro glorioso de la Península, a pesar de los tiempos oscuros en los que la acción transcurre.

Además, una de las aportaciones más curiosas y sorprendentes de la obra es la etimología popular que Ramona Villazán ofrece para el nombre de Madrid. Según la autora, el nombre de la ciudad deriva de «Madruid», un asentamiento de druidas donde se desarrollan los eventos descritos en la obra. Esta invención lingüística, aunque no históricamente precisa, otorga a la obra un interés cultural y folklórico, pues se convierte en una explicación poética y mitológica sobre el origen de una de las ciudades más importantes de España.

La escenografía: Un aspecto clave en la puesta en escena

En cuanto a la puesta en escena, Ramona Villazán muestra una notable preocupación por la escenografía, un aspecto fundamental en la experiencia teatral de la época. En la introducción de la obra, la autora detalla las características del espacio en el que debe desarrollarse la acción, haciendo hincapié en la necesidad de crear un ambiente que refuerce el carácter mítico y simbólico del relato. En este sentido, la obra puede considerarse un precursor de la atención a la escenografía que más tarde se vería en las producciones teatrales del siglo XIX y principios del XX.

¿Estreno y legado de la obra?

A pesar de que Los druidas o El primer día de Madrid es una obra que ha perdurado en el tiempo, no existen pruebas de que haya sido estrenada en algún momento de la historia. Tampoco se tiene constancia de que la pieza haya sido impresa en su momento. El único vestigio de la obra que ha llegado hasta nuestros días es un manuscrito que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, con el número de registro 14.13016. Este manuscrito es el único testimonio de la existencia de la obra y representa un testimonio valioso de la dramaturgia española decimonónica.

El hecho de que no se haya estrenado ni impreso la obra plantea interrogantes sobre la recepción de Ramona Villazán en su tiempo. Es posible que las circunstancias sociales o las limitaciones de la época impidieran que la obra fuera representada en el escenario, lo que ha hecho que su legado sea más reducido en comparación con otras obras teatrales de su tiempo.

Relevancia actual de Ramona Villazán

A pesar de la escasa información disponible sobre su vida y obra, Ramona Villazán ha adquirido una relevancia creciente en los estudios de la dramaturgia española del siglo XIX. Su obra, Los druidas o El primer día de Madrid, ha sido objeto de análisis por su singular enfoque en los mitos pre-cristianos de la Península Ibérica y su original tratamiento de la escenografía. En un contexto en el que el teatro español experimentaba profundos cambios, Villazán ofrece una propuesta que, aunque no alcanzó el reconocimiento de otros autores de la época, destaca por su originalidad y por la riqueza de sus referencias culturales y míticas.

La figura de Ramona Villazán, aunque no es ampliamente conocida, sigue siendo un referente en el estudio del teatro español del siglo XIX, especialmente para aquellos interesados en las conexiones entre historia, mitología y dramaturgia. Su obra representa una propuesta literaria única que, si bien no tuvo la difusión que otras piezas contemporáneas pudieron alcanzar, continúa siendo relevante para entender la evolución de la dramaturgia en España y la forma en que el teatro se relacionaba con los mitos nacionales.

Bibliografía

  • HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.). Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996.

  • PAZ Y MELIÁ, Antonio. Catálogo de piezas de teatro que se conservan en el departamento de manuscritos de la Biblioteca Nacional. Edición de Julio Paz. Madrid, 1934-35.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Ramona Villazán (s. XIX): La dramaturga española que exploró los orígenes de Madrid". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/villazan-ramona [consulta: 29 de septiembre de 2025].