Verrocchio, Andrea del (1435-1488).
Escultor, orfebre y pintor italiano, llamado Andrea di Francesco di Cione. Nació en Florencia en 1435 y murió en Venecia en 1488. Su primera actividad fue la de orfebre, desarrollando un gusto decorativo y una clara impronta humanista. Protegido por los Médicis y dotado de una gran versatilidad técnica, asumió, junto a Pollaiolo, el protagonismo artístico de la segunda mitad del Quattrocento en Florencia.
Sus primeras obras son Lavabo para la sacristía vieja de San Lorenzo, de 1465-1466, y la tumba de Piero y Giovanni de Médicis, donde realiza una mezcla de bronce, pórfido y mármol.Dirigió un importante taller en el que además de pintar y esculpir se realizaban trabajos de armadura o retablos. Fue maestro de artistas tan renombrados como Lorenzo di Credi, al que nombrará su heredero, Perugino o Leonardo da Vinci.
En la segunda mitad del siglo parece que se va a cerrar el primer ciclo del arte florentino, que había estado dominado por los problemas de la búsqueda del rigor científico en la composición de la obra y en el medio de interpretar la naturaleza y la historia. Verrocchio va a preferir la experimentación activa y el perfecto dominio del arte, frente a la especulación y la definición teórica.
Su obra pretende encontrar un punto de equilibrio entre la representación de la existencia humana con sus múltiples sentimientos y el continuo devenir de la naturaleza.
El David, actualmente en el Museo de Bargello, ya no se muestra como el adolescente heroico de Donatello, sino que es un tipo más vulgar: un paje de la corte de los Médicis que trasmite con la naturalidad de su pose la gracia de un joven despreocupado. De la misma época son La Dama con ramillete, actualmente en el Museo Barguello, o el Niño con Delfín realizada para el patio del Palacio Vecchio, en las que la influencia donatelliana se muestra atemperada por efectos de claroscuro pictórico, obras muy admiradas y de gran influencia en Leonardo.
La incredulidad de Santo Tomás, realizada para Orsanmichele en 1483, muestra la expresión de los sentimientos a través de la luz y los gestos, así como el diálogo psicológico que se establece entre el apóstol y Cristo, representándose la credulidad humana de Santo Tomás y la resignación melancólica de Cristo. En ella se vuelve a un nuevo gusto clásico, tendencia que se mantiene en el Cenotafio Forteguerri, de 1477, realizado para la catedral de Pistoia.
A él se debe una de las grandes esculturas ecuestres del Quattrocento: el Condottiero Colleoni de Venecia, realizada entre 1479 y 1488. En ella, la serena magnificencia que había conferido Donatello a su Condottiero se trasforma en una vigorosa expresión, mostrando la psicología, la terribilita del guerrero, que avanza majestuosamente con su caballo. La búsqueda del movimiento y la expresión hace que el jinete torsione, soberbiamente, el cuerpo, imponiendo su dominio sobre el mundo. Murió mientras estaba realizando esta obra.
La actividad pictórica de Verrocchio es muy discutida, siendo difícil separar su mano de la de sus discípulos: obras como la Virgen de la Plaza para la catedral de Pistoia, realizada en colaboración con Lorenzo di Credi, o las Vírgenes de Berlín y Londres, atribuidas a Perugino, muestran la dirección técnica del maestro pero no su ejecución.