Alfonso Verdugo Castilla (1706-1767). El conde poeta de la Ilustración española

Alfonso Verdugo Castilla, conde de Torrepalma, fue un personaje notable del siglo XVIII español, cuya vida conjugó la erudición literaria con la actividad diplomática. Su figura, aunque menos conocida en comparación con otros nombres del Siglo de las Luces, representa una intersección clave entre la aristocracia, la intelectualidad y el desarrollo de las instituciones culturales en España. Su contribución a la poesía mitológica y su activa participación en academias de prestigio le confieren un lugar relevante en la historia literaria hispánica.

Orígenes y contexto histórico

Alfonso Verdugo Castilla nació en 1706 en Alcalá la Real, una ciudad andaluza de la provincia de Jaén. Su nacimiento coincidió con una época convulsa en España, marcada por la Guerra de Sucesión (1701-1714), un conflicto que redefinió el mapa político del país e instaló en el trono a la dinastía borbónica. En este contexto de transformación, el joven Alfonso creció en un ambiente donde la nobleza comenzaba a buscar nuevas formas de relevancia, no solo en la política, sino también en las artes y las letras.

Herederó el título de conde de Torrepalma, lo que le permitió acceder a una educación esmerada y a los círculos intelectuales más importantes de la época. La Ilustración española empezaba a tomar fuerza, y las academias y salones se convertían en espacios donde la razón, el gusto y el conocimiento eran valores fundamentales.

Logros y contribuciones

Alfonso Verdugo Castilla destacó como poeta, aunque gran parte de su obra se ha perdido con el tiempo. A pesar de ello, los poemas que han llegado hasta la actualidad permiten vislumbrar una pluma refinada, culta y profundamente influida por la tradición clásica y la mitología. Entre sus composiciones más conocidas se encuentran:

  • El Deucalión (1770): un poema mitológico que muestra su dominio de los relatos grecolatinos y su capacidad para reinterpretarlos con sensibilidad ilustrada.

  • El juicio final

  • Al incendio de Roma por Nerón

  • A César mirando la cabeza de Pompeyo

  • El diluvio

Estas obras reflejan un interés por los grandes temas de la historia y la mitología, tratados desde una óptica moralizante y filosófica, muy en línea con los ideales ilustrados. En ellas se advierte un profundo conocimiento de las fuentes clásicas, así como una técnica poética elaborada y cuidada.

Además de su faceta literaria, Verdugo Castilla ejerció como diplomático, aunque los detalles de su carrera en esta área son menos conocidos. Esta actividad le permitió conectar con otras culturas y enriquecer su visión del mundo, lo que seguramente influyó también en su obra poética.

Momentos clave

Uno de los aspectos más destacados de la vida de Alfonso Verdugo Castilla fue su vinculación con importantes instituciones culturales. Fue miembro de la Real Academia Española, donde contribuyó al desarrollo y conservación del idioma español, una labor fundamental en un siglo en que se buscaba codificar y perfeccionar la lengua.

También formó parte de la Real Academia de la Historia, institución dedicada al estudio y difusión del pasado español, lo que demuestra su interés por las raíces culturales del país. Finalmente, participó en la Academia del Buen Gusto, un círculo que reunía a intelectuales y artistas con el fin de promover la estética y las buenas costumbres en el arte y la literatura. En esta última era conocido con el sobrenombre de «el difícil», posiblemente por la complejidad y rigor de su pensamiento o su estilo poético.

Cronología de momentos clave

  • 1706: Nace en Alcalá la Real (Jaén).

  • Ingreso en academias: Miembro activo de la Real Academia Española, la Real Academia de la Historia y la Academia del Buen Gusto (fechas específicas no disponibles).

  • 1770: Publicación del poema El Deucalión (póstumo).

  • 1767: Fallece.

Relevancia actual

Aunque la figura de Alfonso Verdugo Castilla ha sido en gran parte eclipsada por otros contemporáneos más populares, su legado es significativo por varias razones. En primer lugar, representa una faceta de la nobleza ilustrada que buscó participar activamente en la vida cultural del país, no solo como mecenas, sino como creadores y pensadores.

Su producción poética, aunque limitada en cuanto a lo conservado, ofrece un testimonio valioso del neoclasicismo español, caracterizado por el retorno a las formas y temas de la Antigüedad clásica. Además, su pertenencia a varias academias prestigiosas resalta el papel que estas instituciones jugaron en la consolidación del pensamiento ilustrado en España.

Actualmente, el estudio de su obra permite a los historiadores y críticos literarios recuperar voces menos conocidas del siglo XVIII, enriqueciendo así la comprensión de un período clave en la historia cultural española. La revalorización de su poesía contribuye también a un panorama más completo del movimiento ilustrado, mostrando que más allá de los grandes nombres, existieron figuras comprometidas con el arte, el saber y el perfeccionamiento de la lengua.

En definitiva, Alfonso Verdugo Castilla encarna el espíritu de una época en la que la nobleza ilustrada se transformó en agente cultural, buscando en la literatura y el conocimiento una forma de dejar huella en la historia. Su obra, aunque en parte perdida, sobrevive como testimonio de una vida dedicada al cultivo de las letras y al servicio de las ideas.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Alfonso Verdugo Castilla (1706-1767). El conde poeta de la Ilustración española". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/verdugo-castilla-alfonso [consulta: 11 de julio de 2025].