Velasco y Pérez Petroche, Juan de (1717-1792).


Historiador ecuatoriano y sacerdote jesuita, nacido en Riobamba en 1727 y fallecido en Faeza (Italia) en 1792. Es considerado como el protohistoriador del Ecuador. Hasta los cuatro años fue criado en el campo por una nodriza, lo cual hizo que, desde tan tierna edad, se aficionara a hablar el quichua y a comunicarse con los indios, de donde recavaría de viva voz muchos conocimientos y tradiciones. Incorporado a la Compañía de Jesús en 1747, ejerció como profesor en los colegios jesuitas de Cuenca y Popayán, sin descuidar en ningún momento sus estudios de historia, geografía y ciencias, así como su trato directo con los indígenas. En la mencionada ciudad colombiana le sorprendió, en 1767, la orden real de expulsión de los jesuitas de los territorios españoles, lo cual obligó a los jesuitas de Quito a huir a Italia. Éstos se refugiaron en la ciudad de Faeza hasta que fueron obligados a separarse, al ser disuelta la Compañía por el Papa Clemente XIV, en 1773. El padre Velasco alquiló un mísero cuarto, debido a sus escasos recursos económicos. Sufrió muy pronto un deterioro de su salud, del que se repuso hacia el 1784, aunque le quedó como secuela una sordera casi completa.

Escribió varias obras, de las cuales la más importante su Historia del Reino de Quito en la América meridional, y Crónica de la provincia de la Compañía de Jesús del mismo Reino, redactada en tres partes (entre 1787 y 1789). Se trata de una obra llena de fantasía, hechos reales y fantásticos, con una gran nostalgia por la patria lejana y añorada. A pesar de la polémica de que fue objeto durante el siglo XX, hoy está plenamente revalorizada como base y fundamento de la historia del Ecuador. El padre Velasco hizo un trabajo con los criterios científicos de su época, utilizando incluso toda la bibliografía existente hasta entonces y manuscritos hoy desaparecidos. Fue publicada por vez primera vez en París en 1837, por un médico francés que pasó muchos años en Ecuador; posteriormente ha conocido varias reediciones.

Otras obras fueron: Tratado de Física, Vocabulario de la lengua peruano-quitense llamada del Inca (terminado en 1787), y una Colección de poesías varias hecha por un ocioso en la ciudad de Faenza, en la que recoge poemas escritos por diversos jesuitas en el destierro. Hizo también una Carta general de las provincias del Quito propio y últimamente se han encontrado los manuscritos de otra obra suya titulada Tratado de Filosofía.

Con justa razón ha sido considerado, junto con Eugenio Espejo, fundador espiritual del Ecuador. De hecho, con sus obras contribuyó a formar el sentimiento nacional ecuatoriano.