Toyotomi Hideyoshi (1537-1598).
Dictador militar, nacido en 1537 y fallecido en 1598, considerado junto con Oda Nobunaga (1534-1582) y Tokugawa Ieyasu (1543-1616) uno de los más grandes guerreros japoneses. Aunque procedía de una familia de origen humilde, fue capaz de convertirse en un guerrero de gran fama y poder, y conseguir completar la tarea de la reunificación nacional, iniciada por Oda Nobunaga. Brillante estratega y astuto político, mostró siempre una generosidad desacostumbrada hacia sus enemigos. Inició una serie de reformas sociales encaminadas a fortalecer su poder, pero que dejan ver su conciencia de los problemas socioeconómicos de la época. A pesar de sus grandiosos planes de conquista exterior y de megalomanía en los últimos años, es una de las más grandes figuras de la historia japonesa.
Al servicio de la casa de Oda
Su padre era un simple soldado de la casa de Oda, y él, siguiendo la tradición, también entró a su servicio. Luchó junto a Oda Nobunaga por la expansión de sus dominios y su empeño de reunificación, demostrando sus grandes dotes de estratega. Su señor fue asesinado en el templo Honnoji de Kyoto por Akechi Mitsuhide. Hideyoshi retó a Mitsuhide y, tras vencerlo, anexionó sus dominios a los de Nobunaga, de cuyo control se hizo cargo.
Regente imperial
En 1585 Hideyoshi se convirtió en regente imperial, tomando el control por delegación del emperador, de todos los poderes civiles y militares. En 1588 todos los daimyo, o señores feudales, rindieron obediencia al emperador y su regente. Una de sus más conocidas medidas contra la rebelión armada fue la llamada caza de espadas, decretándose una ley que prohibía la posesión de armas a todo aquel que careciera del rango de samurái. Así, el monopolio de las armas quedó en manos de la aristocracia guerrera, y la posesión de un juego de dos sables, uno largo y otro corto (véase katana), se convirtió en el símbolo del status de samurai.
Entre 1590-1591 se desarrolló la campaña de la llanura de Kanto, tras la cual la reunificación militar de Japón quedó terminada. Todo el territorio nacional pertenecía a Hideyoshi o a sus vasallos. Se dio inicio así a un nuevo orden jerárquico feudal en función de la lealtad demostrada en los años de lucha.
Edictos contra el cristianismo
En julio de 1587 Hideyoshi promulgó un edicto de expulsión de los misioneros jesuitas. Sin embargo, aunque algunas iglesias fueron destruidas, pocos fueron los que abandonaron el país. En 1596 la confiscación del galeón español «San Felipe» por Toyotomi Hideyoshi, marcó el inicio de la persecución de los misioneros católicos, en su mayoría portugueses y españoles. El galeón que recorría la ruta de Manila a Acapulco fue desviado por un tifón y arrastrado hasta las costas japonesas. Hideyoshi ordenó la confiscación de su carga y ejecutó a seis misioneros franciscanos, tres jesuitas y diecisiete pasajeros que viajaban abordo. Los que sobrevivieron consideraron que Hideyoshi había respondido así provocado por las intrigas políticas de los jesuitas portugueses. Contestando a las protestas del gobernador español de Filipinas dijo que tampoco los reyes de España y Portugal permitirían la presencia de misioneros shinto o budistas en sus dominios.
Invasión de Corea
Entre 1592 tuvo lugar la primera expedición de conquista de Corea, que finalizó con relativo éxito; y en 1597 la segunda, que fue abandonada al morir Hideyoshi en 1588. Una de las principales razones de esta invasión fue la negativa de Corea a permitir el paso de las tropas japonesas hacia China. Hideyoshi intentaba hacer realidad su sueño de conquistar al gran país del continente. En ambos casos el apoyo de China fue decisivo para evitar la victoria de los japoneses.
Como consecuencia de esta guerra y su tráfico de prisioneros, algunos ceramistas coreanos fueron llevados desde el continente para desarrollar allí su oficio, estando en sus manos el origen de la hoy famosa cerámica japonesa.
En sus últimos años Hideyoshi parecía trastornado por la muerte de su heredero, sus temores de traición por parte de su sobrino, su creciente ansiedad por la actividad de los cristianos, y la obsesión de asegurar la sucesión al cargo de regente de su hijo pequeño. Para proteger a su heredero creó el llamado Consejo de los Cinco Grandes Ancianos. Desafortunadamente, su insaciable sed de poder arroja sobre él una sombra de terror durante los últimos años.
Bibliografía
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COLLCUT, Martin; JANSEN, Marius y KUMAKURA Isao. Japón. El imperio del sol naciente. (Barcelona: Ediciones Folio [col. Atlas Culturales del Mundo], 1990).
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HALL, John Whitney. El imperio japonés. (Madrid: Historia Universal Siglo XXI [vol XX], 1984).
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SANSOM, G. B. Japan. A Short Cultural History. (London: The Cresset Library, 1987).