Tomás de Villanueva (1486-1555). El Padre de los pobres que reformó la Iglesia y dejó un legado espiritual imborrable
Tomás de Villanueva, uno de los santos más admirados y venerados de la historia de España, nació en Fuenllana hacia 1486 y falleció en Valencia el 8 de septiembre de 1555. Apodado «El Padre de los pobres», «El Arzobispo limosnero» o «El dadivoso», dedicó su vida entera al cuidado de los más necesitados y a la reforma de la Iglesia. Fue un hombre que, a través de su humildad y generosidad, dejó una huella perdurable en la historia religiosa y social de su tiempo. Canonizado por Alejandro VII en 1658, su fiesta se celebra el 10 de octubre. Además, es considerado patrón de la diócesis de Valencia y de su villa natal, Villanueva de los Infantes, donde desde su niñez mostró un inquebrantable sentido de la caridad.
Orígenes y contexto histórico
Tomás de Villanueva nació en el seno de una familia de la baja nobleza en Villanueva de los Infantes, una pequeña localidad de la provincia de Ciudad Real. Durante su infancia, mostró un carácter piadoso y una profunda inclinación hacia las obras de caridad, algo que marcaría el resto de su vida. Tras completar sus estudios en su ciudad natal, se trasladó a la Universidad de Alcalá, donde se dedicó al estudio de las artes y la teología. En la Universidad, Tomás destacó por su brillantez académica, y más tarde llegó a ser profesor y maestro en la misma institución.
La época en la que vivió Villanueva estuvo marcada por una gran transformación en la España del Renacimiento, un momento de consolidación del poder de los Reyes Católicos y de grandes cambios en la Iglesia Católica. La Reforma Protestante de Martín Lutero había sacudido los cimientos de la Iglesia en Europa, lo que propició la necesidad de una reforma interna dentro de la misma institución. Fue en este contexto donde Tomás de Villanueva, con su vida de humildad y generosidad, desempeñó un papel crucial, tanto como líder espiritual como defensor de una mayor espiritualidad en la Iglesia.
Logros y contribuciones
Un modelo de austeridad y dedicación al prójimo
En 1516, Tomás ingresó en la Orden de San Agustín en Salamanca, donde destacó rápidamente por su rigor y austeridad. Sus compañeros se maravillaban de su dedicación y su vida de oración y penitencia. En 1520, Tomás fue ordenado sacerdote, y desde ese momento, comenzó a predicar por toda España. Su oratoria le hizo ganar una reputación extraordinaria, hasta el punto de que el propio Carlos I de España solicitó en varias ocasiones escuchar sus sermones.
Su fama como predicador fue tal que, poco tiempo después, fue nombrado profesor de filosofía en la Universidad de Alcalá. Además de su faceta académica, Tomás asumió importantes cargos dentro de su Orden, llegando a ser prior, superior provincial y comisario de los agustinos. En 1533, bajo su supervisión, se envió a los primeros monjes agustinos a América, marcando el comienzo de la expansión de la Orden en el Nuevo Mundo.
A pesar de su creciente fama y poder, Tomás de Villanueva vivió en una pobreza absoluta. Siendo arzobispo de Valencia, uno de los cargos más prestigiosos de la Península Ibérica, se negó en varias ocasiones a aceptar el cargo de arzobispo de Granada, aunque el emperador Carlos I insistió en su nombramiento. Fue únicamente tras la vacante del arzobispado de Valencia que, en virtud del voto de obediencia, Tomás aceptó finalmente el cargo.
Reformador y líder espiritual
Como arzobispo de Valencia, Tomás de Villanueva se centró en la reforma de la disciplina eclesiástica y en la implementación de importantes obras sociales. Fundó en Valencia un Colegio que llevaría su nombre y en el que se reunían algunos de los teólogos más destacados de su época. Su visión de la Iglesia no solo era la de una institución dedicada al culto, sino que también veía en ella un vehículo para la justicia social y el apoyo a los más desfavorecidos. Fue conocido por su generosidad, ayudando de manera personal a los pobres que acudían a su puerta.
Entre sus logros más importantes se encuentran sus esfuerzos por erradicar el lujo dentro de la Iglesia, promoviendo un estilo de vida austero entre los clérigos. Su celo por la reforma eclesiástica fue notable, y aunque defendió la necesidad de un concilio para tratar los problemas internos de la Iglesia, no asistió al Concilio de Trento, ya que prefirió quedarse cerca de su diócesis para continuar con su labor pastoral.
Momentos clave
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1516: Tomás de Villanueva ingresa en la Orden de San Agustín en Salamanca.
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1520: Es ordenado sacerdote y comienza su labor como predicador.
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1533: Los primeros monjes agustinos, bajo su supervisión, son enviados a América.
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1544: Es nombrado arzobispo de Valencia tras rechazar el arzobispado de Granada.
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1555: Fallece el 8 de septiembre en Valencia, dejando un legado de humildad, caridad y espiritualidad.
Relevancia actual
Tomás de Villanueva sigue siendo un referente de caridad, austeridad y piedad en la historia de la Iglesia Católica. Su vida y enseñanzas continúan siendo fuente de inspiración para muchos. La devoción popular a su figura creció rápidamente después de su muerte, y en 1658, fue canonizado por el Papa Alejandro VII. Su fiesta se celebra el 10 de octubre, un día en el que se recuerda su dedicación a los más pobres y su incansable labor por mejorar la vida de los más necesitados.
Además, su obra literaria, en la que destacan numerosos sermones y escritos espirituales como Canciones sacrae y Modo breve de servir a nuestro Señor en diez reglas, sigue siendo estudiada y admirada tanto en ámbitos académicos como religiosos.
Por otro lado, su postura crítica hacia el lujo y la corrupción eclesiástica le valió el reconocimiento como un precursor de la reforma dentro de la Iglesia. De hecho, su visión de una Iglesia pobre y al servicio de los más necesitados se puede ver reflejada en movimientos posteriores dentro de la misma institución. La vida de Tomás de Villanueva se erige como un modelo a seguir para aquellos que buscan un camino de humildad, dedicación y servicio al prójimo.
La figura de Tomás de Villanueva sigue viva en la memoria colectiva, tanto en la ciudad de Valencia como en su villa natal, Villanueva de los Infantes. Su labor social y su intensa vida espiritual continúan siendo un faro para todos aquellos que buscan imitar su ejemplo de generosidad y entrega.
Obras principales:
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Canciones sacrae (Alcalá, 1572)
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Cartas (publicadas en la Revista agustina, tomos I y II)
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Modo breve de servir a nuestro Señor en diez reglas (Madrid, 1783)
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Explicación de las bienaventuranzas y de su correspondencia ya con los dones del Espíritu Santo, ya con la oración del Padre Nuestro (Madrid, 1763)
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Oración o soliloquios entre Dios y el alma después de la comunión (Madrid, 1763)
A lo largo de los siglos, el pensamiento y las enseñanzas de Tomás de Villanueva han dejado un legado que trasciende el tiempo. No solo fue un hombre profundamente religioso, sino también un visionario que entendió la importancia de la Iglesia como un instrumento de justicia social, algo que sigue siendo relevante en el mundo contemporáneo.
MCN Biografías, 2025. "Tomás de Villanueva (1486-1555). El Padre de los pobres que reformó la Iglesia y dejó un legado espiritual imborrable". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/tomas-de-villanueva-santo [consulta: 18 de julio de 2025].