Tobar, Carlos Rodolfo (1854-1920).
Narrador, ensayista, lingüista, periodista, médico, político, diplomático y profesor universitario ecuatoriano, nacido en Quito en 1854 y fallecido en Barcelona (España) en 1920. Dotado de una vasta formación humanística que le convirtió en una de las principales figuras del panorama cultural ecuatoriano de finales del siglo XIX y comienzos de la siguiente centuria, dejó impresa una interesante producción literaria y ensayística de la que se recuerda, principalmente, la denominada «doctrina Tobar», que propone no reconocer ningún gobierno surgido de una revolución en tanto no quede probado el apoyo mayoritario del pueblo.
Vida.
Nacido en el seno de una familia acomodada, recibió desde niño una esmerada formación académica que le permitió desarrollar sus vastas inquietudes humanísticas, orientadas tanto al estudio de las Ciencias como al de las Letras. Así, cursó las carreras de Medicina y Ciencias Naturales, y se doctoró en ambas materias, aunque a lo largo de su dilatada trayectoria profesional ejerció más como escritor, pensador, profesor, articulista y diplomático. En esta última faceta de su actividad laboral, Carlos Rodolfo Tobar fue muy conocido en diversos lugares del mundo.
Al tiempo que desarrollaba sus estudios científicos, el humanista de Quito completó una profunda formación filológica que le permitió obtener por oposición la Cátedra de Literatura de la Universidad de Quito, institución de la que fue nombrado rector en 1891. En su amplitud de miras, no se conformó con estos prestigiosos cargos y emprendió también una brillante trayectoria política que le llevó a ser elegido Diputado y, posteriormente, Vicepresidente del Senado Ecuatoriano (1900), para acabar por ocupar la cartera ministerial de Relaciones Exteriores. Previamente, Carlos Rodolfo Tobar había realizado numerosos viajes por Europa y América, y desempeñado funciones de ministro plenipotenciario de Ecuador en España (país al que amó tanto como a su propia patria) y en Chile. Durante estas prolongadas estancias en el extranjero, el humanista de Quito fue recibido con grandes muestras de admiración hacia su obra en multitud de asociaciones e instituciones culturales, en las que tuvo ocasión de difundir su pensamiento por medio del dictado de conferencias académicas (tanto científicas como literarias) y la emisión de discursos de contenido político. Su devoción por España le animó a residir en Barcelona durante largos períodos de su vida, y en dicha ciudad halló la muerte a finales de la segunda década del siglo XX. Poco antes de su deceso, el gobierno ecuatoriano había querido recompensar las fecundas labores diplomáticas de Carlos Rodolfo Tobar con su nombramiento como representante de su país en la Sociedad de Naciones.
Obra.
Ensayo y periodismo.
Fuera del ámbito de la prosa de ficción, del se hablará con extensión en los parágrafos siguientes, el humanista de Quito sobresalió por una serie de escritos periodísticos que, encuadrados en el género del artículo de costumbres, revelaron su profundo interés por alcanzar un perfecto conocimiento de su país y de la idiosincrasia de sus compatriotas. Además, dentro del campo del periodismo, sus viajes internacionales le permitieron darse a conocer como un consumado maestro de la crónica. Muchos de estos trabajos -que, por su extensión y hondura, pueden ser considerados como auténticas piezas de ensayo- quedaron agrupados en varios volúmenes que Carlos Rodolfo Tobar dio a la imprenta a lo largo de toda su vida. Se trata de las obras misceláneas tituladas Brochadas. Artículos (Quito; Imprenta del Gobierno, 1885); Más brochadas. Malos dibujos. Tres discursos (Barcelona; Imprenta de Luis Tasso Serra, 1888); y De todo un poco (Quito: Imprenta de la Universidad Central, 1896). Además, en sus aficiones ensayísticas, Tobar se reveló como un escrupuloso gramático a través de su interesante obra Consultas al Diccionario de la Lengua (Barcelona; Imprenta Atlas Geográfico, 1911), que alcanzó una enorme difusión en los países hispanohablantes de ambos lados del Atlántico.
Prosa de ficción.
En su faceta de creador literario, Carlos Rodolfo Tobar se dio a conocer por la publicación de una espléndida narración corta titulada Timoleón Coloma (1888), opera prima que relata los avatares del proceso de iniciación de un joven que abandona el hogar para quedar recluido en un internado. Tributaria de los libros de viajes que tan en boga estuvieron por los años de su aparición -no en vano puede ser interpretada como un imaginario desplazamiento espiritual del protagonista, en su descubrimiento de su propio mundo interior y de la realidad que le circunda-, Timoleón Coloma fue saludada desde el momento de su salida a la calle como una pieza emblemática de la narrativa breve en las Letras ecuatorianas, hasta el extremo de que algunos críticos y lectores llegaron a identificar el agitado proceso de iniciación del joven protagonista con los balbuceos adolescentes de la primera literatura específicamente ecuatoriana.
Tres años después de la publicación de esta magnífica novella, Carlos Rodolfo Tobar volvió a la primera plana de la actualidad literaria hispanoamericana con la difusión por entregas de la Relación de un veterano de la independencia, una extensa novela que, tras esta primera aparición periodística, quedó finalmente recogida en formato de libro a mediados de la última década del siglo XIX (Quito; Imprenta de la Universidad Central, 1895). Si con la publicación de Timoleón Coloma el autor quiteño se había revelado como uno de los mejores prosistas de su tiempo, con esta amplia narración Carlos Rodolfo Tobar vino a consolidarse plenamente como el gran escritor ecuatoriano de finales del siglo XIX, al paso que daba un impulso definitivo a sus anteriores escritos ensayísticos y periodísticos centrados en el análisis de la historia de su nación.
Compuesta por dos partes de considerable extensión, la Relación de un veterano de la independencia aborda los acontecimientos históricos ocurridos en Ecuador durante la primera mitad del siglo XIX, vistos desde la perspectiva de un niño que, a la par que el lector, los va conociendo por boca de un veterano de la revolución, superviviente de la matanza de los independentistas llevada a cabo el 2 de agosto de 1810. En páginas posteriores, el crecimiento del protagonista permite a Tobar volver a construir una aventura de iniciación que, en este caso, culmina en la figura de un héroe. Al margen del interés intrínseco de los hechos históricos y los avatares ficticios que conforman las vivencias de los personajes, esta monumental novela de Carlos Rodolfo Tobar constituye por sí misma un valioso muestrario de las diferentes técnicas narrativas y modas literarias de su tiempo, manejadas con envidiable soltura por el autor quiteño. Así, la variedad de registros literarios configura un rico entramado textual en el que sobresalen los rasgos de humor y mejores los recursos orales de la literatura popular, pero también las más relevantes características de la novela histórica romántica.
Bibliografía.
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– DONOSO PAREJA, Miguel. «Timoleón Coloma, un joven Torless de por acá», en TOBAR, Carlos R.: Timoleón Coloma (Quito; Ed. El Conejo, 1984).
– RODRÍGUEZ CASTELO, Hernán. «Carlos R. Tobar», en Cuento ecuatoriano del siglo XIX y Timoleón Coloma (Guayaquil; Ariel, [s.d.]).
——————- «Relación de un veterano de la independencia, gran novela histórica del XIX americano», en TOBAR, Carlos R.: Relación de un veterano de la independencia (Quito; Círculo de Lectores, 1987).