Tenazas de Morón (1850-1933). El cantaor olvidado que rescató el alma del cante jondo
Diego Bermúdez Cala, más conocido como Tenazas de Morón, fue un cantaor flamenco andaluz que, pese a una vida marcada por el anonimato y la pobreza, se convirtió en un símbolo del cante jondo más auténtico y primitivo. Nacido en Morón de la Frontera (Sevilla) en 1850 y fallecido en Puente Genil (Córdoba) en 1933, su figura ha sido reivindicada por los amantes del flamenco como un testimonio vivo de las raíces del arte flamenco. Su nombre alcanzó notoriedad internacional a una edad avanzada, cuando triunfó en el mítico Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922, compartiendo galardón con el joven prodigio Manolo Caracol.
Orígenes y contexto histórico
Diego Bermúdez nació en un ambiente rural y humilde, en pleno corazón de Andalucía, donde el cante flamenco era parte esencial de la cultura popular. A mediados del siglo XIX, el flamenco estaba en pleno proceso de transformación y consolidación como género musical diferenciado. Era una época en la que aún no se había formalizado su estructura, y los cantes eran transmitidos de forma oral, generación tras generación. En ese contexto, Morón de la Frontera y otras localidades sevillanas eran focos vitales para la transmisión del cante antiguo, sin comercialización ni escenarios.
Desde joven, Tenazas de Morón se vinculó al ambiente flamenco, especialmente al entorno de Silverio, considerado uno de los grandes impulsores del flamenco escénico. Es probable que trabajara en su célebre café cantante y que allí interpretara sus cantes. Esta etapa temprana lo conectó directamente con la tradición oral del cante jondo más puro.
Logros y contribuciones
El gran mérito de Tenazas de Morón no radica en una carrera profesional brillante, ni en una discografía abundante, sino en ser considerado un relicario viviente del flamenco más primitivo. Su cante, tosco y desgarrado, fue visto como un vestigio auténtico de lo que muchos consideraban ya desaparecido en el flamenco de su tiempo.
Su consagración llegó en 1922, en el Concurso de Cante Jondo de Granada, promovido por intelectuales como Manuel de Falla y Federico García Lorca. Este certamen buscaba rescatar el flamenco antiguo, alejándolo de las fórmulas comerciales que comenzaban a invadirlo. Tenazas, a sus 72 años, logró conmover al jurado y al público con una interpretación considerada por muchos como una revelación del pasado.
Su aportación fue considerada tan valiosa que los cronistas lo describieron como un «bargueño antiguo» del que brotaba la esencia del cante jondo. La voz rota, el eco del tiempo, y la expresión cruda de sus cantes emocionaron a quienes le escucharon, viendo en él a un testigo directo de una época perdida.
Momentos clave
A pesar de su tardío reconocimiento, la vida de Tenazas de Morón estuvo llena de episodios significativos, muchos de ellos envueltos en la leyenda. A continuación, se destacan los momentos más importantes de su vida:
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1850: Nace en Morón de la Frontera (Sevilla).
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Juventud: Se relaciona con Silverio Franconetti y frecuenta los cafés cantantes.
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Circa 1890: Deja de cantar tras recibir una puñalada en una reyerta, que le provoca una herida en el pulmón.
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1922: A los 72 años, gana el Concurso de Cante Jondo de Granada junto a Manolo Caracol.
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Últimos años: Vive en condiciones de pobreza en Puente Genil, donde fallece en 1933.
Una de las anécdotas más repetidas sobre su participación en el concurso de 1922 es que llegó andando hasta Granada por falta de dinero para el transporte. Aunque no está documentado, esta historia refleja la dureza de su vida y la pasión que lo empujó a cantar de nuevo después de más de tres décadas de silencio.
Relevancia actual
La figura de Tenazas de Morón ha cobrado una importancia simbólica en el estudio del flamenco. Representa la pureza del cante jondo, anterior a las influencias teatrales y comerciales de finales del siglo XIX e inicios del XX. Su estilo, considerado rudo y carente de recursos técnicos según algunos críticos contemporáneos, es hoy valorado precisamente por su autenticidad.
Los estudiosos del flamenco lo han convertido en un símbolo del cantaor natural, el que canta no por espectáculo sino por necesidad interior. Sus grabaciones, aunque escasas, han sido preservadas y analizadas como testimonios únicos del cante antiguo, y su intervención en el concurso de 1922 se sigue considerando un hito en la historia del flamenco.
Además, su biografía es una fuente de inspiración para quienes valoran la cultura popular, la resiliencia personal y la reivindicación de los olvidados. Personajes como él dan sentido a la idea de que la genialidad no siempre viene acompañada de fama o fortuna, sino que puede permanecer latente hasta que las circunstancias permiten su redescubrimiento.
El legado de Tenazas de Morón sigue vivo en cada interpretación que busca la esencia primitiva del flamenco, en cada estudio que rastrea las raíces del cante jondo, y en cada homenaje que lo nombra como uno de los últimos guardianes del alma flamenca.
MCN Biografías, 2025. "Tenazas de Morón (1850-1933). El cantaor olvidado que rescató el alma del cante jondo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/tenazas-de-moron [consulta: 19 de octubre de 2025].