Máximo Tajes (1852-1912). El presidente uruguayo que consolidó la estabilidad tras una era convulsa

Máximo Tajes, figura destacada de la historia política y militar de Uruguay, nació en Canelones en 1852 y falleció en Montevideo en 1912. Su trayectoria es recordada por haber liderado el país entre 1886 y 1890, en una etapa crucial de consolidación institucional tras un periodo de intensas tensiones políticas y sociales. De extracción militar, Tajes se convirtió en una figura clave para la transición democrática y la pacificación nacional.
Orígenes y contexto histórico
La vida de Máximo Tajes se sitúa en un Uruguay sacudido por conflictos internos y externos. Desde joven se integró al ejército, alcanzando el grado de teniente general en un contexto de militarización del poder político. En 1865, cuando estalló la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, Tajes ya formaba parte de las filas militares, iniciando así una carrera marcada por la acción en tiempos de crisis.
Durante el último cuarto del siglo XIX, el país vivía constantes enfrentamientos entre caudillos y luchas por el poder, lo que favorecía el protagonismo de figuras militares en el ámbito político. En 1875, Tajes participó en un movimiento revolucionario, lo que reforzó su papel como actor central en la dinámica militar y política del Uruguay de su época.
Logros y contribuciones
A comienzos de la década de 1880, Tajes comenzó a interesarse activamente por la política, integrando el círculo de poder del presidente Máximo Santos. A pesar de mantener su rol en el ejército, asumió funciones clave en el gobierno entre 1881 y 1886, demostrando su versatilidad como líder militar y civil.
Durante ese periodo, también colaboró con el presidente interino Francisco Antonio Vidal, quien le designó ministro de Guerra y Marina. Esta responsabilidad coincidió con su ascenso a general en jefe del ejército uruguayo, posición desde la que dirigió la ofensiva contra la insurrección de 1886, logrando su victoria en la batalla de Quebracho.
Su mayor contribución al país llegó con su designación como presidente, tras la renuncia de Máximo Santos. El 18 de noviembre de 1886, asumió el mando en una situación delicada, marcada por la reciente tentativa de asesinato contra Santos y la agitación civil. Tajes instauró una política conciliadora que ayudó a pacificar el país y reducir la tensión social acumulada durante la administración anterior.
Uno de sus actos más contundentes al asumir el poder fue la expulsión de Máximo Santos, quien, al regresar de Europa, no pudo desembarcar en territorio uruguayo. Esta medida, aunque polémica, consolidó su autoridad y marcó una ruptura con el estilo autoritario de su antecesor.
Momentos clave
La presidencia de Máximo Tajes estuvo marcada por decisiones clave que influyeron en la estabilidad política del país. Entre los momentos más destacados de su vida se pueden enumerar:
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1865: Participación en la Guerra de la Triple Alianza.
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1875: Intervención en un movimiento revolucionario.
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1881-1886: Miembro del gobierno de Máximo Santos y luego de Francisco Antonio Vidal.
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1886: Ascenso a general en jefe del ejército y victoria en la batalla de Quebracho.
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18 de noviembre de 1886: Asume la presidencia de Uruguay tras la renuncia de Máximo Santos.
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1886: Ordena la expulsión del expresidente Santos.
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1886-1890: Desarrollo de una política de conciliación y control del ejército.
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1890: Finaliza su mandato y se retira de la vida pública.
Durante su mandato, Tajes logró fortalecer las instituciones democráticas y minimizar el papel de los militares en la política activa, una de las tareas más complejas en un país con fuerte tradición de caudillismo militar.
Relevancia actual
La figura de Máximo Tajes ocupa un lugar importante en la historiografía uruguaya por su papel como puente entre un régimen autoritario y una nueva etapa de apertura institucional. Su política de conciliación y estabilidad interna permitió el avance hacia una democracia más participativa y menos dependiente de las armas.
Además, su retiro definitivo de la vida pública al terminar su presidencia en 1890, sin intentar influir desde las sombras ni regresar al poder, le otorgó una dimensión ética y republicana valorada por las generaciones posteriores. Fue sucedido por Julio Herrera, su ministro de Gobierno, en un acto que consolidó la continuidad institucional y fortaleció la confianza en la alternancia democrática.
Hoy en día, Máximo Tajes es recordado no solo por sus hazañas militares, sino por haber encarnado el espíritu de reconciliación y estabilidad en uno de los periodos más complejos de la historia uruguaya. Su legado sigue presente en el imaginario colectivo como el de un líder que supo gobernar con firmeza, pero también con prudencia, en tiempos de profundas divisiones.
MCN Biografías, 2025. "Máximo Tajes (1852-1912). El presidente uruguayo que consolidó la estabilidad tras una era convulsa". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/tajes-maximo [consulta: 5 de octubre de 2025].